Playa Este

-Si, si...

*Farfullé en respuesta a su reclamo y la escuché irse.
No importaba cuanto se lo explicara las cosas o si conversabamos cualquier asunto, con ella siempre terminaba en una discusión pues se empeñaba en llevarme la contraria en absolutamente todo, cuestionando mi proceder, mis conocimientos, mi entrenamiento profesional, mis años de experiencia, luego mis motivaciónes y finalmente me culpaba por todo y me llamaba pesado.
No entendía porqué, pero incluso cuando la instruía a veces comenzaba a contradecir mis técnicas médicas que pasaban a llevar sus "
principios"

Qué principios, si cuando la conocí era nada más que una vagabunda que vivía con los perros en algún rincón olvidado de la isla.
Entonces la sané de una enfermedad incurable y me esforcé, en esa época, en enseñarle a leer y escribir, enseñarle a sumar y restar y las técnicas básicas de la medicina popular.
Le enseñé todo cuanto pude y la dejé con Robbin para perfeccionarse... le di una profesión y una vida, y ella lo unico que hacía era reclamarme por todo.*

*A pesar de pensar en lo que decía Adriel, intente no darle mucha importancia ya que estaba cansada y si me ponía a pensar jamas podría alcanzar el sueño y dormir un poco. Así que en cuanto me acomode en la arena cerré los ojos y deje de preocuparme por todo lo demas, no paso mucho antes de que pudiera dormir tranquilamente sobre la arena*

*Pasaron unas horas y volví a quedarme dormido, hasta que desperté a causa de mi estómago que rugía como una fiera hambrienta.
Miré al rededor sin ver ni rastro de Aerith, así que me levanté como pude, sosteniendome del tronco del arbol contra el cual estaba recostado, y caminé en la dirección que fuera buscando una rama o algo, lo suficientemente largo para servirme de apoyo al moverme.
Teníamos que construir un refugio y encontrar comida antes del anochecer, pues si solo nos acostabamos por allí a dormir era muy probable que no solo yo, sino también Aerith, murieramos ambos de hambre o de hipotermia.*

*El cansancio me había pegado fuerte después de quedarme dormida, pues fue difícil que empezara a despertar de nuevo y no me molestaba pues aun cuando sentía la arena en casi todas las partes de mi cuerpo, no me importaba pues estaba teniendo un sueño completamente relajador, ademas de que mis sueños me mantenían en se mundo por la curiosidad que se había despertado en mi después de haber confirmado la tonta idea de que era una sirena*

*Momento de moverme, pensaba.
Momento de moverme mis pelotas... no podía ni siquiera dar dos pasos en paz sin sentir que mi pierna se volvía a fracturar, obligandome a permanecer quito durante varios minutos antes de volver a intentarlo.
No hube avanzado apenas cinco metros cuando vi algo similar a una rama gruesa y recta... mas o menos. A pesar de los ganchillos, si se los quitaba me serviría mejor que mi propia pierna para poder avanzar.
Puse todo mi esfuerzo por alcanzarla hasta llegar a ella, entre quejidos y maldiciónes, con un dolor infernal que me tiró al final de vuelta al suelo sobre la hierba humedecida por el rocío constante del bosque tropical.
La rama era perfecta. Un poco de cuidado, sacarle la corteza y los ganchillos, iba a suplir bien mi pierna por un tiempo.
Me apoyé en ella y con toda la fuerza de mis brazos me puse de pie, mirando al rededor.
Era un sobreviviente. No iba a dejar que una mierda de isla que ni siquiera conservaba ni un alma viva me venciera.*

*Empece a despertar cuando las aguas alcanzaron mis pies, fue ese el momento de alejarme de la playa.
A regañadientes y ya mas despierta que dormida me puse de pie para desperezar mi cuerpo para ver si ya se le había pasado el mal humor a Adriel.
Empece a andar de regreso a donde había dejado al medico...me detuve al pensar en esa palabra y negué con la cabeza, tenia que llamarle por su nombre para que dejara de tomarlo como un insulto, aunque lo dudaba pues era tan terco que no iba a cambiar.
Empece a andar de nuevo al aclarar mi mente ya con la idea de llamarlo a el por su nombre completamente*

"
una mierda de isla que ni siquiera conserva ni un alma viva..."


*Repetí en mi mente después de unos minutos cuando comencé a avanzar en busca de plantas comestibles, hongos o algo que me ayudara a construir alguna clase de herramienta útil.
Claro... una mierda de isla que no podía sostener la visa era peligrosa lo suficiente para matar a cualquiera.
Sin agua o comida para largas temporadas, sin refugio y llena de animales salvajes.
Una mierda de isla desierta... pero mortal.*

*Al volver a la fogata ya mas relajada me encontré que Adriel no estaba en el lugar de antes, fruncí el ceño pensativa de a donde habria ido pero solo di un suspiro y empece a caminar*

-Adriel!!!!

*Le llame por su nombre sin problema esperando que apareciera de donde sea que hubiera ido*

*Estaba sentado en el suelo con la espalda cargada en el tronco de un arbol cuando, entre mis sueños, oí mi nombre.
Abrí los ojos solo para ver vegetación*

-Estoy aquí...

*Avisé con media voz. No podía elevar más mi voz que eso, pues estaba cansado.
Había caminado no más de 100 metros hacia el interior, alejandome de la playa, siguiendo el sonido de un río. Pero comencé a sentirme cansado de pronto y caí derrotado al final, sin haber alcanzado mi objetivo.*

-A... Aerith...

*La llamé, apoyando el palo en el suelo y sosteniendome de él para levantarme, pero no lo logré-*

*Me cruce de brazos dando un suspiro, pero no paso mucho antes de que escuchara la voz del medico que respondía y voltee a ver hacia donde venia la voz, antes de empezar a acercarme y encontrarlo tras un árbol*

-Nunca puedes tomarte las cosas tranquilamente, verdad?

*Cuestione retándole un poco pero no importaba, seguramente iba a ignorarme o a responderme tan cortante como siempre*

-Vamos, te ayudo a levantar

*Dije arrodillandome a su altura para poder pasar su brazo detras de mi cabeza e intentar levantarlo*

*No supe en qué momento fue, pero de un momento a otro vi a Aerith cerca de mi que me hablaba no se que cosas que no podía entender.
Entonces ella me ayudó a levantarme y me cargué sobre ella.*

-Encontré comida...

*Le dije en un murmullo. En mi bolsillo traía una serpiente de agua que se me había acercado mientras estaba en el suelo.
La tomé con mis manos por la cabeza y la degollé con los dientes antes de que pudiera morderme.
Todo al rededor estaba lleno de vegetación baja y humedad. Era el hogar propicio para esa clase de serpientes, pero al mismo tiempo era peligroso, pues esas sabandijas mordían y su veneno era muy poderoso.*

-Tienes... que construir un ... un refugio...

*Dije entre jadeos.
No sabía que tan buena era Aerith para construir cosas, pero esperaba que lo fuera suficiente como para no morir en el intento.*

-Y tu debes descansar

*Dije mirandole con reproche y llevándolo de nuevo a donde la fogata. Podía sentir el calor en su cuerpo era seguro que volvía a darle fiebre*

-Deja de preocuparte yo me encargo del resto

*Sabia lo que tenía que hacer, solo necesitaba que el estuviera quieto y sin reclamos*

*Me dejé recostar en no se donde y me quedé quieto, junto a una fuerte de calor agradable y cercana.
Estaba preocupado por Aerith, pero no podía hacer nada por ella.
Apenas conseguí un poco de alimento para ella sola. Así que iba a tener que arreglárselas sin mi.
La vista se me nublaba, pero me negué a dejarme vencer por la fiebre y el agotamiento.*

*En cuanto el se quedó quiero yo tuve oportunidad de moverme, ya estaba descansada y pronto atardeceria así que una vez deje al medico me dispuse a buscar cosas para armar un refugio y el lugar para encontrar esas cosas era cerca de los árboles con hojas grandes las eran buenas para armar refugios*

-Ahora si

*Murmuré tomando en el camino todo lo que pudiera servirme para un refugio y lo empecé a armar entre dos árboles que serviría como pilares*

*La fiebre embotaba mis sentidos y no pude distinguir que pasaba. Solo eran ruidos que me hacían querer explotar la cabeza y unas especies de siseos.
En mi estado, creía ver serpientes todo al rededor. Alucinaba. La temperatura de mi cuerpo ascendió y me cubrió de sudor frío antes del atardecer, haciendome temblar involuntariamente.*

*Después de un par de horas consiguiendo hojas y cuerdas para sostener un improvisado refugio logre terminarlo con bastante esfuerzo. Recogí cosas y las acerque al temporal hogar que ahora teníamos y cuando deje todo listo finalmente lleve al medico bajo ese techo de hojas donde lo deje descansar un poco antes de atenderlo.
Prendí la fogata y puse a cocer na serpiente que había sacado de su bolsillo cuando sobresalió del pantalón, enseguida deje eso al fuego mas bien azando y que era la única manera de comer las cosas ahí.
Me senté en el suelo y apoye la cabeza del médico en mis piernas para empezar a bajarle la fiebre que volvía a causarle estragos*

*La fiebre me hizo sufrir bastante durante los días siguientes.
Tenía alucinaciónes y no dormía por las noches con la sensación de que el mundo daba vueltas y me aplastaba un enorme peso.
Mi salud se deterioró, pero gracias a los esfuerzos de Aerith y a la resistencia que tenia mi cuerpo, poco a poco fui mejorando.
La fiebre se disipó al tercer día. Había adelgazado mucho, tenía los labios partidos por la temperatura y el debilitamiento general me tenía tirado en aquella especie de colchón de maleza y hojas que Aerith había hecho para mi descanso.
Me desperté sin ganas de nada, ni siquiera de abrir los ojos. Podía sentir el sabor de la sal en mis labios a causa de la briza constante que llevaba pequeñas gotas de agua salada hacia el interior de la isla.
Aerith había hecho un buen trabajo con el refugio, con la comida y con mi salud, cuidandome todo el tiempo y me sentía mal de no poder levantarme y hacer algo por ayudarla.
Era ya bastante cansador tratar de sobrevivir allí como para estar cuidando a otra persona.*

*En todo el tiempo que el medico paso enfermo me dedique a cuidarlo y conseguir al mismo tiempo comida para ambos lo cual era escasa y repetida muchas ocasiones pero al menos seguíamos vivos, lo cual ya era mucho.
Llegue a quedarme muchas ocasiones dormida y solo recargada en la palma detrás de mi haciéndole de almohada al medico con mis piernas. Por suerte la fiebre había sido temporal y poco a poco fue disminuyendo hasta que finalmente desapareció lo que me alegraba en sobre manera.
Esa ultima mañana como el resto seguía durmiendo recargada contra la palma y con la cabeza del medico en mis piernas reposando al menos así me daba cuenta cuando pasaba algo a Adriel y podía atenderlo rápidamente*

*El lugar donde reposaba era cómodo y agradable a pesar de no ser el sitio que normalmente escogería para descansar.
Abrí los ojos pesadamente y lo primero con lo que me deleitó la luz del día fue la presencia de Aerith, como siempre, a mi lado. Estaba dormida pero me tomó unos segundos darme cuenta que mi cabeza reposaba sobe sus piernas.
Al notarlo quise levantarme, pero mi cuerpo no resistía levantar ni su propio peso y volví a recostarme con un profundo y débil gemido.
Tendría que recuperar mis fuerzas, pero no quería hacerlo a costa de las fuerzas de Aerith.*

*Me desperté repentinamente al sentir algo golpear mi piernas y solo me incorpore un poco para poder ver que era lo que pasaba, sin embargo no había nada a mi alrededor y caí en cuenta después de unos segundos que estaba el medico en mis piernas y seguramente se había movido*

-Buen día

*Le salude con una sonrisa cansada, me cubrí la boca para bostezar y volví a recargarme contra el árbol cerrando los ojos, aun tenia sueño y me sentía cansada*

-Como te sientes?

*Pregunte manteniendo mi posición actual para seguir descansando un poco antes de ir a buscar el desayuno para ambos*

-Buen día.

*Quise sonreirle, pero mi sonrisa resultó en una mueca poco amigable y luego volví a mi seriedad habitual.*

-Inútil... *Murmuré. Era como me sentía al no poder levantarme siquiera*

-Esta enfermo y es normal

*Le defendí sin preocuparme demasiado ya que yo me había sentido muchas veces mas igual cuando enfermaba*

-Descanse un poco mas yo iré por el desayuno

*Dije abriendo los ojos e incorporándome para poder dejarlo recostado en el suelo y yo poderme levantar a hacer lo que decia*

-Aerith

*La llamé cuando me dejó en la cama recostado.*

-No te malgastes demasiado. Come bien y descansa. No te preocupes mucho por mi.

*Ordené, aunque con voz débil, era firme.*

-Sabes que no voy a morir definitivamente. Pero tú si, si te descuidas.

*Volví a cerrar los ojos. No era como si le pidiera que me abandonara, pero si que viera más por sus necesidades que por las mías.*

*Me arrodille al escucharle llamarme y me quede mirándole hasta que termino de hablar*

-Estare tan bien como tu

*Le asegure sonriendo y acercandome a besar su frente antes de levantarme completamente y salir del refugio en busca de comida *

*Cuando cerré los ojos no esperaba que ella se quedara, así que me sorprendí de sobremanera cuando sentí que se acercaba y abrí los ojos para verla darme un beso en la frente.
Con los ojos como pasmados la vi salir y un segundo mas tarde sentí mi rostro ruborizarse tanto que creí que me volvía la fiebre.*