Segunda planta (Dormitorios)

Aqui el doctor les dejara descansar si sus heridas son graves y de cuidados constantes

Marko Gabarry escribió:*Un par de horas después de llegar al puerto, había enviado a la mayor parte de los tripulantes a la isla, incluidos Tetra y Jared, luego a los enfermos y heridos a la clínica con Aerith y a los menores a cargo de adultos, que tenían órdenes y tareas específicas que cumplir dentro de los próximos cinco días.
Entrada la noche bajamos mercancías de la bodega, para ejercer la labor de mercantes pues estaba seguro de que muchos isleños añoraban la llegada del barco mercante, y eso nos iba a dar un poco más de posibilidades de reabastecimiento.
Finalmente, dejando todo en orden en la cubierta y el barco con la debida seguridad, bajé en el último viaje de bote hacia la isla.
Mi primer destino sería la clínica.*

*Estaba consciente al bajar del barco, e hice mi mejor esfuerzo por mantenerme así durante el trayecto, para lucir firme y tranquilo a pesar de mi estado de salud. Cada remada parecía lenta, y el viaje me resultó eterno antes de por fin poder reposar mi cuerpo sobre una cama.
La señorita Aerith fue amable conmigo y me acomodo en una habitación a solas, y le pedí que acomodara también la habitación para que Jared pudiera dormir aquí conmigo, y no diera problemas a otros.
Pregunté por él varias veces, y por marko, pero siempre me dijeron que no habían llegado aquí aun.
Creí que Jared estaría con tetra... tan solo deseaba tener la seguridad de que no estaba armando líos otra vez por conocer la ciudad.
Era un niño curioso y se entusiasmaba cada vez que llegabamos a un lugar donde él no había estado nunca antes. Lamentaba no poder acompañarlo esta vez en su aventura, aunque por suerte estaba Tetra para suplirme.*

*Gracias a la ayuda de todos los tripulantes, todos los heridos estaban descansando, con heridas curadas y ya estaba repartiendo la comida que había prepara después de la instalación y curación de todos.
Agradecí a profundamente la ayuda porque era mucho trabajo para mi sola hacer que está clínica quedará adaptada a las necesidades de todos.
Llevaba la comida para Henry y toque la puerta antes de entrar*

-Hola. Traje la comida.
Como te sientes?

*Le salude antes de siguiera preguntar estado, acercándose hasta la cama donde descansaba y dejándole la bandeja con comida*

*Pasé la noche despierto, casi toda la noche, y Jared nunca llegó.
Al oir la puerta creí que sería él, sin embargo llegaba Aerith con el desayuno.*

-Estoy mejor. *Mentí con una débil sonrisa, sentandome en la cama para ver lo que traía.*

-Disculpa que te moleste con esto, pero haz visto por casualidad a Jared? Creo que estaba con monique. *Sabía que ella tenía mucho trabajo, y que no era buena idea cargarla con peticiones extra. Igualmente Marko... debían de estar muy ocupados trabajando.*

-Sabes que hacerte el fuerte no va en este lugar, verdad?

*Le Cuestione con una sonrisa, acercando una mesa para poner su comida y la disfrutará sin problema alguno*

- No he visto al niño ni a la mujer en la clínica

*Si estaban en la isla suponía que era mejor asi aquí no se deprimirian ni preocuparía por nada*

-Pero si llegasen los mandaré directo a aqui

-No importa donde esté, sigo siendo el capitán que seguirá luchando hasta el ultimo aliento por su honor.
Es lo unico que tengo.

*Contesté sonriendo, con gran esfuerzo para mantenerme sentado hasta que encontré una posición cómoda y relajada con la que podía mantener el equilibrio, ligeramente inclinado hacia adelante con mi codo del brazo sano sobre mi rodilla.*

-Se lo agradecería mucho.
Y Marko? Deben estar trabajando duro aún estando en tierra firme. Deberían tomarse un descanso. Por mi al menos no debe preocuparse demasiado.

*Aunque, en realidad, no sabía el estado de salud de los demás.*

- En su barco, aquí los que damos las órdenes somos los expertos

*Dije con algo de broma pues yo no era experta, sólo la asistente y ahora tenía que atenderlos hasta que los médicos estuvieran dispobles*

-Tomaremos descansos por turno a partir de que todos estén estables

*Así que tampoco debianpreovuparse por eso ahora*

*Me reí por su aclaración.*

-Vaya... me siento super seguro ahora que estoy bajo el cuidado de los expertos.

*Comenté. Siempre había sido así, sin embargo tan solo era Marko
Esta vez había tres expertos en medicina trabajando en conjunto por la gente de mi tripulación, y eso era estupendo.*

-Eso está muy bien. Recuerde que si no se cuida, no podrá cuidar de otros. *Recordé, yo mismo, lo que me había dicho marko tiempo atrás.
Pretendia proteger a mi tripulación, a Jared, pero si descuidaba mi propia salud estaría haciendo completamente lo contrario. Parte de cuidar a quienes dependían de mi, era cuidarme a mi mismo, de modo que nunca le faltara a esas personas que intentaba proteger.*

-Seguro estará bien en un par de días, así que aproveche para descansar y así recuperarse sin preocupaciones

*La verdad es que también el estrés podría retrasar el proceso de curación y ya en tierra y atendiendo a los enfermos y rellenando sus bodegas estaría bien en poco tiempo*

-Volveré más tarde a darle la medicina y recoger los platos

*Le avise, despidiéndose con un ademán de la mano, iría a ver como iba Adriel*

-Por supuesto. *Descansaría no tan solo por mi salud sino también por la de Marko. El hombre habia enfermado tan solo porque tenia que estar al pendiente de que no me lastimara, y esta era mi ultima oportunidad.
Tan solo pensar que estuve a poco de perder mi brazo, y que nunca volvería a poder usar una espada de la misma manera que hasta ahora... Me ponía mal, no podia negarlo.
No habia nada que pudiera hacer para contrarrestarlo, pero podia hacer algo para evitar que empeorase y eso era quedarme aquí, descansar y obedecer a los doctores.*

**Revisé a Kosher, quien había amanecido mucho mejor después de pasar la noche en tierra firme.
El aire de la civilización y la estabilidad de la isla iba a sentarle bien a todos los heridos, sobre todo a él.
El hombre del golpe en la cabeza continuaba dormido, así que había que darle de beber periódicamente para que no se deshidratar a con el calor que hacía.
Cuando llegué donde Henry, estaba dormitando medio desnudo sobre sus mantas, así que me acerqué y tomé su temperatura con mi mano.
No estaba afiebrado, pero le serví un vaso de agua limpia y cocida, como no podía tenerse a bordo, y lo remesí suavemente para que se incorporara y bebiera un poco.
El más feliz de estar en tierra firme era, sin lugar a dudas, yo mismo. Tenía a mi disposición agua limpia a diario, y podía conseguir medicina cada día y confeccionar la con mucha mayor libertad de ingredientes que a bordo de un barco. *

-Capitán. Beba algo de agua limpia. Va a sentarle bien.

*Le dije con amabilidad*

*No podía evitarlo. No importaba cuanta ropa me pusiera antes de acostarme, despertaba semi desnudo o desnudo a veces por completo sobre la cama. Marko conocía esas raras costumbres inconscientes, y aunque parecía un problema de sonambulismo de poca importancia y selectivo, extrañamente lo hacía cuando alguien ,e estaba vigilando al dormir.
Ahora, con mi brazo herido, me era imposible quitarme la ropa por completo con facilidad, por eso estaba a medio desvestir, con la camiseta colgando a un lado de la cama, enganchada en mi brazo vendado.
Cuando Marko me habló primero le contesté con un quejido, y luego abrí los ojos para despertar.*

-No tengo sed, Marko...

*Le contesté con pereza y luego miré al rededor.*

-Y Jared... aún no ha regresado?

*No sabía donde podía estar, aunque estuviera con Tetra sabía lo inquieto que se ponía cuando estabamos en tierra firme, como si estando a bordo no hiciera nada... Era como si tocar tierra le diera nuevos bríos a su vida y el problema mayor es que esos bríos lo llevaban a alejarse más de lo que podría alejarse a bordo del Aurelia.
Era como un animalito... si pudiera atarlo a un poste y darle agua y comida así todo el tiempo me sacaría un peso enorme de encima.*

-Está lloviendo?

*Pregunté al sentir el aire extraño. Era aún más extraño sentir la tormenta pero no sentir el vaiven del barco bajo los pies. Estaba demasiado acostumbrado a estar a bordo y estar en tierra firme me hacía sentir desorientado.*

-Beba, capitán.
O ya olvidó su promesa? *Le recordé casi con humor, que prometió hacer todo lo que yo le decía con el fin de mejorar.*

-Si, llueve y promete ser intenso.
Jared no ha regresado, pero estoy confiado en que Tetra le mantendrá a salvo y resguardado.

*Quien más me preocupaba era Aerith, que había salido a hacer los mandados del doctor Adriel sin fijarse que se aproximaba una tormenta.
De todos modos, era una muchacha lista y seguramente buscaría cobijo en algun sitio si las cosas se volvían peligrosas afuera.
Sostuve a Henry a pesar de que no le permití levantarse.
Era normal sentir mareos los primeros días despues de llegar a tierra firme, sobre todo tras haber estado tantos meses en alta mar.*

-He puesto a Juan a preparar la comida para todos aquí en la clínica. Los demás están en la ciudad consiguiendo materiales para reparar el barco.
Los daños son bastante cuantiosos después de todo. Tal vez tengamos que quedarnos un par de meses aquí.

*Bebí ya sin renegar después de su sutil recordatorio.Para mi no tenía mucho sentido pues beber o no beber agua ahora no entendía como podría hacerme mejorar mas rápido. Necesitaba ir a la playa, sumergirme en el agua y nadar un poco. El mar no curaba mis heridas como hacía con las sirenas, pero aliviaba el dolor después de acostumbrarme al ardor del agua salada en las heridas abiertas.*

-Ese niño... un día lo voy a atar con una cuerda al barco para que no vaya a irse lejos ni a ninguna parte. Me ahorraría muchos problemas si supiera quedarse en un solo lugar.

*Lo miré de reojo y entonces noté la forma en que me miraba. Sonreí apenas.*

-Anda... es una broma. *Le aclaré en seguida, aunque ganas de hacerlo no me faltaban.*

-Que dices... meses? Ha quedado así de mal?

*Me sorprendía, pues lo que yo había notado no era tan grave como para requerir meses de reparación. Sin dudas es que tenía que mejorarme pronto para poder supervisar las obras de reparación del Aurelia, conseguir buenas rebajas y si era posible zarpar lo más pronto posible. Aún tenía pendientes un par de nombres de la última lista de bandidos que me habían entregado en Port Royal, y necesitaba retomar la búsqueda pues dentro de poco debía regresar a rendir cuentas.
Eso es en lo que me había convertido a fin de cuentas. En un mercenario de la milicia, disfrazado de comerciante, disfrazado de pirata, para tener acceso a gente y a información que no tendría si usaba el uniforme rojo de la guardia naval. Esa relación no me molestaba en absoluto, pues así satisfacía también mi propia necesidad de sangre y aliviaba mi consciencia de saber que estaba luchando contra criminales. Pero la mejor parte, es que iba encontrando y asesinando uno a uno a aquellos hombres que bajo las órdenes de Dannia habían asesinado cruelmente a Leyre, mi hermosa e inocente madre, para comerse su carne como si fuera cualquier pescado corriente, como salvajes indolentes a los encarecido ruegos de la pobre criatura.
No podía olvidar sus gritos y la expresión de su rostro mientras esos malditos la despedazaban, y tampoco olvidaría los rostros de ellos... Hasta hacerles a cada uno lo mismo que le hicieron a ella.
Marko se marchó después de un rato al verme decaído, pensando en que necesitaba descansar y efectivamente logré descansar un poco hasta que tarde esa noche sentí a Jared junto a mi, y me di cuenta de que parecía asustado por algo. Le pregunté, y me contó acerca de Aerith y esa historia de ser bruja. Me di cuenta de que necesitaba contarle la verdad sobre ella para que dejara de imaginarse cosas, y de paso volví a contarle la historia de Leyre, que le contaba para dormir cuando era más pequeño. La hermosa princesa sirena que se enamoraba de un hombre y tenía un hijo, un niño con piernas, pero con los dones de los seres del mar. Le contaba toda la historia, pero jamás el final. Nunca le había dicho como es que la vida de Leyre terminó ni del destino de ese niño mestizo, porque antes de acabar él siempre se quedaba dormido, con la parte hermosa de la historia en mente, como si hubiera algo hermoso en esa horrible historia llena de injusticias y abusos proferido por su madre.
Y quizás fuera mejor así, que él permaneciera dormido pensando en las cosas bellas, porque resulta que es de esos abusos que él mismo había nacido. Hijo de mis entrañas, eso era Jared... De mis entrañas y de las de esa horrenda mujer que fue su madre, a quien al final asesiné con mis propias manos. *

*Me dormí junto a Henry escuchando su voz. Siempre me contaba esa historia bonita sobre sirenas pero nunca creí que las sirenas existieran de verdad. Aún así, el cansancio pudo más que la curiosidad esta vez y me quedé dormido, y soñé con sirenas y con la bruja Aerith que era una bruja con cola y podía cantar y hechizar a la gente.
Podía ser sirena pero no dejaba de parecerme sospechosa así que mejor sería tener cuidado con ella.
Al día siguiente me desperté temprano y Henry aún dormía cuando me levanté. Tenía que ir donde Dominic a trabajar, pero como Henry dormía no quise molestarle y solo me escabullí con las primeras luces del alba, por la puerta de atrás de la clínica.
Era un edificio viejo y el suelo crujía cuando cmainaba, pero era más liviano así que aunque crujía, era levemente y si tenía cuidado no pasaba nada. Además las puertas no tenían llave, tan solo una traba que no consistía en más que un palo enganchado a los bordes del marco de la puerta, así que me fue sencillo salir de la habitación, caminar por el pasillo y cruzar la cocina sin que nadie me viera.*