Cubierta

*Seguía la muchacha a donde fuera, pues sentía que las miradas al rededor se levantaban al ver pasar a la sirena, aunque ella no conocía el poder de su belleza. El simple hecho de reclinarse en el suelo, caminar y hacer aparición era para los hombres de a bordo una invitación al descaro.
Para eso estaba aquí yo, pues, para evitar que le pasara algo a la niña aunque estaba seguro de que los tripulantes que quedaban a bordo después del amotinamiento eran gente decente y respetuosa, no podía confiar en la moral ajena en estos casos.
Sin embargo me ocupé de ello, de ver al rededor y acompañar a Aerith en su trayecto sin prestar atención a lo que hacía, así ue su conversación privada con ese hombre quedó como tal, sin que yo me enterase de nada de lo que estaban diciendo.
Cuando oí mi nombre voltee a ver a la niña y le sonreí.*

-Diga?

*Estaba aquí para ayudar, si, pero debía decirme que es lo que necesitaba para saber cómo reaccionar.*

-Pues si, pero primero debo cumplir mi tarea de dejarla bajo custodia segura y hacerle un sitio en las literas para que descanse.

-Lo se, pero el no parece sentirse bien

*Le dije señalandole a Adriel, no sabia realmente si era asi, pero quiza le pudiera ayudar a que aceptara ir a descansar o algo por el estilo*

-Podemos esperar el acomodarnos?

*Le pregunte con suplica en la mirada, olvidaba que yo no debia hacer ese tipo de cosas, pero estaba acostumbrada*

*Volví la mirada al hombre y reconoci de inmediato el mal que lo aquejaba, bastante común para quienes no solían navegar.*

-Oh, no se preocupe. Muchos sufren de vértigo a bordo de un barco. Sin dudas este es el mejor sitio en el que puede estar, con aire fresco y en el centro de gravedad de...

*Le iba a explicar que a causa del movimiento del barco el sentido del equilibrio y orientación de una persona acostumbrada a tierra firme se podía perturbar, lo que daba pasó una sensación de vértigo incontrolable.
Estando en el lugar donde se había quedado estaba justo sobre la vástago del centro gravitacional de la embarcación,donde el movimiento se reducía a un suave balanceo menor al de todo el resto del barco. Pero de pronto volví mi mirada a ella y vi esos ojos celestes tan expresivos, y sin dudarlo acepte gustoso el dejarme capturar por ellos.*

-...Oh... esto... claro...

*Contesté medianamente desconcertado, pero le seguí las intenciones sin entender porque razón.*

-Iremos. Abuscar algo de medicina y algo para que estén cómodos. Por favor, no se aparte de aquí ^^

*Asenti como n la cabeza a su s palabras y me quede junto a Adriel*

-Necesitas que consiga algo?

*Pregunte a mi compañero mientras le miraba angustiada porque no lo veía normalmente asi y era bastante extraño*

-O que quieres que haga?

*En un breve espacio de tiempo había logrado elevarme a las estrellas de nuevo y recordar, con cierto pesar, la época en que solía encaramarme sobre los tejados de la vieja Génova, junto con mi amigo Giorgio, ambos de no mas de siete u ocho años y con las manos cargadas de oro ajeno y sangre, veíamos pasar a los guardas de la ciudad en sus monturas ignorantes de que no nos encontrarían en los callejones oscuros y sucios... y nos reíamos carcajadas. Nosotros dos aspirabamos juntos a las alturas, donde simplones como ellos no nos alcanzarían jamás.
Podíamos escondernos en el diván deshabitado de un gordo ricachon durante toda una noche, con las habilidades de Giorgio para abrir cerrojos y el instinto de supervivencia que yo siempre había poseído, no había casa con tesoros ocultos que se nos pasarán por alto y los tipos aquellos estaban tan rodeados de riqueza que una caja de joyas no suponía una gran pérdida material. Recuperarían el costo del robo en dos o tres días a costa de sus esclavos, a quienes les costaría tres vidas de trabajo duro obtener tal cantidad de dinero.
Eran tiempos felices para mi, mientras permanecía en la ignorancia infantil de la vida y lo que conlleva portarse mal desde la tierna juventud. Fue una vida dura, no libre de penas y amargura, pero era feliz con muy poco. Un pan y una manzana, quizás dos monedas de poco valor que gastaba en ropa limpia y un sitio seco donde dormir. Giorgio y yo nos las apañabamos y al final del día, exhaustos de sobrevivir un día más, nos recordábamos bre los rojos tejados a contemplar, satisfechos, las estrellas.
Aún hoy parecía que era el mismo cielo y que los años para los astros eran nada, y la vida de un hombre pasaba por delante de sus ojos como una partícula de polvo.

Pero la voz aguda y demandante de Aerith volvió a resonar en mis oídos. Soñaba con los ojos abiertos y pestañee para salir de mis ilusiones y sentir de golpe el regreso de mi vértigo que me comprimía el cerebro.
Fruncí el ceño y emití un gruñido breve y profundo.
Cerré los ojos, y luego la escuché decir algo estupido.
Abrí los ojos de nuevo y en lo que me supuso un gran esfuerzo, ergui mi cabeza para mirarla de frente.*

-Anda a dormir.

*Bramí y los ojos se me tornaron en blanco una vez mas por el mareo que me revolvía los sesos y deje mi cabeza inclinarse hacia atrás mientras aspiraba una profunda bocanada de aire esperando poder soportar las ganas intensas que tenia de vomitar.*

*Me quede esperando a que me contestara y al escucharlo supe que ese era su problema asi que asentir con la cabeza y reprimi un suspiro para levantarme finalmente, lo único que tenia era que lo dejara dormir al parecer.
Lo deje estar y me aleje de el para que pudiera descansar yo no quería ir sola a las literas pero dudaba que pudiera quedarme en la bodega, por lo que no sabia que debia hacer ahora *

*Mi cabeza era como una botella a la que iban lanzando de un lado a otro y mi cerebro se sentía como el ron que se agitaba violentamente en un espacio demasiado pequeño.
Sentí a Aerith que se alejaba aunque de ser por mi habría preferido que se quedara a mi lado. Había estado un buen rato fuera de mi vista y eso no me hacia sentir nada cómodo, sobre todo al tratarse de un barco en el que, al menos para mi, la honestidad de todos valía verga.
Gire el rostro a un costado y suspiré profundamente con los ojos cerrados, intentando ignorar el movimiento de la embarcación y, de pronto, una exclamación llegó a cubierta desde lo alto de las cofas.
No entendí muy bien al principio, pues los marineros hablaban en un dialecto sucio y mal versado del idioma y, a veces, mezclados con palabras en  otras lenguas que se habían visto obligados a aprender para poder comunicarse. El resultado de tanta variedad era que sólo entre ellos se entendían cuando hablaban sin esforzarse y para mi, acostumbrado a mi italiano materno, al inglés pueblerino y a un latín puro y erudito, su dialecto me resultaba muchas veces indescifrable.
A pesar e aquello, podía prescindir del entendimiento de las palabras sólo con escuchar el tono lascivo y la intención  a las claras insolente de sus palabras, seguido de una risa descarada.
Abrí los ojos para enfocar difícilmente al sujeto que estaba en lo alto de la cofa, mirando a Aerith desde lo alto con una actitud de plano despreciable.
Si hubiera tenido a mano un arma no habría dudado en usarla. En cambio, hice el gesto de levantarme del suelo aunque no lo logré. Mi cuerpo estaba hecho de gelatina ahora mismo, por lo que opte a quedarme sentado.
Sin duda me molestaba, y molestaría a Aerith si lo habia escuchado, pero estaba lejos y nada podía hacer ahora para darle su merecido. Por lo tanto esperaría, con paciencia, pues dudaba que no bajara nunca de su lugar seguro en las alturas y su rostro, o al menos su voz, la recordaría hasta poder saldar sus cuentas.*

*Me quede esperando junto a un barril mientras esperaba que Marko apaeciera porque no sabia a donde tenia que ir, quiza solo la bodega, los calabozos y el camarote del capitan pero dudaba que ese lugar fuera adecuado para quedarme asi que solo espere tranquila hasta que empece a escuchar palabras a la distancia, dirigiendo la vista a todos lados para saber de donde venian y finalmente di con el hombre de la cofra que mas que amable estaba resultando repulsivo, baje la mirada ignorandolo, pero era claro que me ponia nerviosa con tantas cosas que decia.
Crei que callaria si lo ignoraba pero en lugar de eso otros hombres que andaban por ahi se le unieron, lo que causo que llevara un brazo a sostener el otro en clara evidencia de que estaba nerviosa e incomoda por lo que empece a caminar hacia la escotilla para volver a entrar a la bodega donde estaba ese pequeño refugio de antes*

*Al rato regresé a la cubierta después de registrar todas mis cajas y maletines en busca de las hierbas para el mareo, pues me quedaba ya sin suministros desde hace semanas y mas ahora que habíamos tenido aquella emergencia. Afortunadamente encontré en mis frascos para mareos un par de hojas con las que preparé un poco de infusión. No era suficiente, pero tampoco tendría necesidad de más pues había demostrado ser un hombre fuerte  e inteligente como para evitar marearse más de lo mínimo, y con la ayuda de las plantas estaría mejor en poco tiempo.
Regresé así a cubierta subiendo por las escotillas y caminé al sitio donde había estado la señorita, pero no la encontré sino solo al hombre sentado en un rincón del puente.
Me le acerqué y le mecí ligero para comprobar que se había desmayado, de manera que le di de beber pausadamente la infusión y dejé el resto en una botella limpia en su regazo. Así él mismo bebería más al despertar, así mismo como le cubrí con una manta y coloqué un saco lleno de paja detrás de su nuca para hacerle de almohada. Había prometido ponerlo cómodo, así que una   vez estuvo hecho me levanté y miré al rededor.
Lo que me entró a preocupar es que la señorita no estaba por ningun lado, de modo que pregunté al joven timonel quien me relató lo que había ocurrido y que la muchacha bajó a los pisos inferiores en busca de refugio.
No entendí porqué, pues no había sitio más seguro que donde otras miradas bondadosas pudieran interceder por su seguridad, de modo que también yo bajé para ir en su busca.
Su seguridad me había sido confiada, de modo que no podía permitir que algo malo le sucediera bajo mi custodia.*

*Subí a toda prisa a la cubierta y el fresco me golpeo el rostro bajando rápidamente el calor que sentía por mi impulsivo actuar de hace rato, di un suspiro y me frote los brazos antes de empezar a caminar por la cubierta.
Mi comportamiento no gabachos sido adecuado ni siquiera entendí porque había tenido ese arranque pero solo si pensaba en el ayudando a esa mujer era que me ponía asi inclusive más que si lo hacia Henry y no lograba entender el porque*

*Salí detrás e ella a toda prisa y repetí mi llamado esperando que volteara.
El aire frío logro calzarme hasta el corazón, enfriando esa laguna de sentimientos fundidos que tenía dentro del pecho en ese momento.*

-No quiero que comience este día sin antes que escuches lo que tengo que decirte.

*Le dije cerrando la puerta de Henry detrás de mi y avanzando con largas zancadas hasta donde ella estaba.
Puse una mano rápida y pesadamente sobre su hombro y la cerré, mirándola con firmeza y sin embargo con el corazón que se me derretía dentro del pecho y latía cada vez más e prisa.*

*Di un suspiro y cerré los ojos mientras me relajaba, estaba tranquila ahora que mi mente se estaba aclarando y podía pensar mejor que en aquella escena tonta de....celos? Realmente lo que estaba sintiendo eran celos porque en ningún momento me di cuenta cuando fue que llegue a ver a Marko mas allá de solo un amigo.
Por eso fue que cuando sentí una mano en mi hombro no me dio tiempo de girarme hasta que quede Marko se puso frente a mi, por lo que le mire fijamente y algo sorprendida aunque más avergonzada de lo que creía*

-Que paso?

*Pregunte con la sorpresa en la voz mientras sostenía su mirada lo mejor que me lo permitía mi estado de sorpresa *

-Qué tenemos que hablar tu y yo.

*Le contesté y en mi esfuerzo por lucir firme, mi semblante se notaba excesivamente serio, aunque mas por los nervios y mis esfuerzos por disimularlo.*

-En privado...

*Agregué de inmediato, reduciendo el volumen de mi voz casi instintivamente*

*Arque una ceja y negue con la cabeza*

-Ya te habia dicho que no hay nada de que hablar

*Menos aun cuando tenia que aclarar mi mente de todos esos pensamientos que me estaban llenando la cabeza y el pecho de sentimientos extraños que no entendia completamente*

-Pues aqui no creo que sea privado

-Si que tenemos que hablar.

*Le pofié costando la lengua a su pobre excusa.*

-Ven conmigo.

*Le dije en el mismo tono parco y la tome de su antebrazo para caminar en dirección a la escotilla, pues no iba a permitir que ella volviera a escaparse.
Estaba decidido a hablarle ahora y a hacer que me escuchara así tuviera q obligarla, aún cndo ese no era para nada mi estilo... Si íbamos a los pisos inferiores tendríamos la libertad de hablar como se nos diera la gana con la seguridad de que no habría oídos en las paredes.*

*En lo que llevaba en el barco Marko siempre se mostraba amable y nada serio a menos que se tratará de trabajo pero ahora hasta era diferente para hablar con demasiada autoridad *

-Porque?

*Cuestione sin realmente oponerme a que me arrastrara con el a donde fuera que me llevara pues no quería pelear con él más de lo que ya lo había hecho*

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*Pasé la noche en la cubierta, al parecer, pues no me di cuenta cuando fue que en medio de mi malestar me quedé dormido.
Al despertar sin embargo estaba cobijado con varias mantas de lana y saco rellenos de plumas, lo que me mantuvo caliente incluso durante las horas más frías de la madrugada.
El sol me dio en la espalda de soslayo al amanecer, lo que quería decir que le daba la espalda al este y, por lo tanto, íbamos en dirección al sudoeste. Mi cerebro se orientó de inmediato en una dirección ntes de abrir los ojos sólo con ese simple dato y al abrirlos vi mucha nueva información que interpreté al instante.
Eran como las ocho de la mañana y había comenzado ya el nuevo turno de cubierta, hace menos de media hora a juzgar lo lagañoso en el rostro del nuevo timonel, más viejo que el que estaba a cargo anoche y, por lo tanto, más experimentado.
Sentí en mi aliento el baho del alcohol a pesar de que no recordaba haber bebido. Con sospecha y desconfianza me llevé una mano por encima de la boca y olfateé mi propio aliento. Pude reconocer el olor de adormidera, destilado de rábano y una mezcla de cedro y clavos de olor, que servía como anestesia.*

"Me drogaron..."

*Concluí entrecerrando los ojos, y sabía quién, pues sólo había visto un hombre capaz de utilizar una mezcla tan potente en la dosis correcta para no matarme pero tampoco dejarme despertar hasta la mañana.
Internamente agradecí su gesto, aunque a nadie le gustaba que le drogaron, se preocupó de abrigarme bien consciente que la droga iba a entumirme el cuerpo durante las horas de mayor efecto, por lo cual descarté malas intenciones hacia mi persona.*

-Donde diablos esta Aerith...

*Murmuré apenas con voz entendible, devolviéndome entre las mantas donde reposaba, aunque cómodamente, ya no las necesitaba más pues estaba despierto y sentia mi cabeza más equilibrada que la noche anterior.
Pude levantarme sin problema y ver el horizonte.
Mi vértigo aumentaba cuando no podía ver esa línea imaginaria que se formaba en el límite cuando cielo y mar se confundían, así que ahora que estaba claro no tenía tantos problemas, aunque si, al caminar, parecía como si tuviera el equilibrio de un borracho que intentaba parecer sobrio.*

-Te sientes bien, amigo?

*Me preguntó una voz grave y profunda. El hombre barbado de brazos musculados que manejaba el timón me habló y lo miré con ojos fríos y orgullosos.*

-Por supuesto que sí.
Donde puedo encontrar a la rubia menuda que deambulaba por aquí  anoche?

*El hombre me respondió con un levantamiento de hombros, pero cuando chisté la lengua me contestó.*

-Acabo de tomar mi turno.

*Eso quería decir ,seguro, que había estado durmiendo como una vaca antes de que le despertarán para suplir al otro muchacho, lo cual quería decir a su vez que el otro estaría en las literas durmiendo tras su turno nocturno.
Lo que tenía que hacer entonces era bajar, despertarlo y obligarlo a decirme donde estaba Aerith.
Entonces bajé del puente por las escaleras a trompicones pero sostenido en las barras,  y haciendo quite a los marineros que trabajaban ya duramente a estas horas, llegar a la escotilla para bajar a las literas.*

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*Subí las escaleras molesto, pero si las cosas abajo estaban hechas un lío,en la cubierta era mil veces peor.
Todo el mundo hacia sus labores pero en un caos tremendo porque no había quien los dirigiera. Quienes estaban a cargo del velamen escuchaban las órdenes de dos personas diferentes de modo que no podían sincronizar las arboladuras de ambos mástiles. A su vez el timonel intentaba ayudar dando recomendaciones al aire para avanzar más de prisa, pero con el resultado completamente contrario.
Como consecuencia, el barco perdía velocidad y los ánimos e la tripulación estaban alterados.
Era realmente molesto que no hubiera ni un solo lugar en este puto barco en el que uno pudiera estar tranquilo, así e me resolví a hacer algo al respecto.
Aerith había do a buscar a ciegas a un segundo oficial desaparecido, de modo que yo intentaría el otro modo... ir donde el mismo capitán y liberarlo del problema que lo mantenía alejado de la cubierta, que es el sitio donde tenía que estar dando órdenes....
Oí que estaba en el camarote, así ue sin pedir permiso ni nada solo entré como si lo tuviera permitido.*

*Salí a cubierta a toda prisa para buscar a Adriel y que ayudar a Marko para que este ayudara a Jared pero al salir a cubierta no lo encontré a simple vista, asi que empece desde la proa buscándolo por toda la cubierta e inclusive por las velas, aunque sabia que esos lugares el no los visitaba.
Fui por la cubierta ida y vuelta al menos dos veces pero no encontraba su rastro por ningún lado*

-Adriel......Adriel....

*Empece a llamarlo en la tercera vuelta por si es que se escondía de mi, pero noche recibí respuesta por ningún lado así que pase a los niveles de abajo a ver si tenía suerte*

*Subiendo por la escobilla lo primero que llego a mis oídos fue el ajetreo de los marineros intentando areeglarselas para sacar a flote el barco, sin embargo resulto extraño que Marko no estuviera dando ordenes por Henry, no este ultimo si era su obligación, frunci el ceño y me dirigí al camarote de Henry a saber que pasaba.

A medio camino me interceptó Aerith que parecía desesperada buscando a alguien pero con ella y su compañero separados no sabia si lo buscaba a el o andaba buscando a alguien mas*

*No había encontrado a Adriel y nadie me había dado una razón de el, además no había visto a monique para comentarle que Marko la necesitaba con él según su llamado, había entrado a ponerse nerviosa por no lograr cumplir con mi objetivo, y estaba por pasar a la angustia y desesperación cuando por la cubierta pude distinguir a Monique que iba a algún lado del barco.
Me le plantee enfrente mirándole entre feliz y angustiada al menos ya había encontrado a alguien*

-Monique, la necesitan en las literas baje rápido por favor

*Le dije aprisa y sin mucho detalle y pareció desconsertarse a mis palabras, pero no sabia quue más decirle pues no quería alterará ahora antes que llegara abajo*

- Allen le explicara, yo necesito buscar a mi compañero

*Y así hice, en cuanto di el mensaje me apresure a seguir buscando a Adriel mienreas lo llamaba para que saliera de donde estuviera *

*Le mire tranquila mientras hablaba, pero arquero una ceja al no recibir demasiados detalles, sin embargo siendo ella ajena a la tripulación seguramente ni siquiera sabia de quieres había hablado Allen así que asenti con la cabeza*

-Iré en seguida, gracias

*Le respondí antes de dejarla ir y mirar a la escotilla tenia que a las literas, di un suspiro ayudaría a Allen antes de ir a ver a Henry, no fuera a ser que después me encontrará con otro inconveniente mas peligroso, asi fue que volví mis pasos esta vez a las literas*

*Le di la vuelta al barco desde los calabozos a cubierta y me preocupaba que estuviera haciendo una tontería a su propio gusto que hiciera enojar a otros.
La angustia se había apoderado de mi y habia empezado a preguntar a los marineros si le habían visto pero algunos pocos lo vieron bajar a las literas temprano pero después nada.
Amablemente algunos me ayudaron a buscar o si lo veían me dirían, aun así seguí buscando, aunque ahi arriba había mucho ajetreo, un desorden a falta de quien ordenara supuse que por eso eran tan descuidados dejando cosas por todos lados sin cuidado para sus otros compañeros. Por eso es que cuando escuche un grito me gire para ver, encontrándome con uno de los marineros caer desde la arboladura justamente el suelo de la cubierta.
Lo que causo que diera un grito por el susto, antes de que pudiera reaccionar y fuera directo a donde el hombre para intentar ayudarlo y fue que me arrodille junto al cuerpo que se rodeaba de otros marineros, me sentía asustada, nerviosa y completamente inútil que mi mente solo empezó a pedir cosas que de mi boca no lograban salir y algunos marineros se iban y volvían trayendo cosas mientras otros volvían a sus puestos y yo a pesar de tener cosas a la mano no sabia que hacer o pro dónde empezar*

*Lo mas a prisa que pude atravesé la cubierta y bajé a la cocina sin fijar mi atención en nada más que mi objetivo.
Daba por hecho en esos momentos que Marko se preocupaba por la organización en los trabajos de la cubierta. Quién hubiera pensado que aquellos gritos eran de desconcierto...
En el camino de vuelta, cuando traía conmigo el agua caliente y las vendas, escuché en mi cabeza una orden, y me preocupé.
Había un montón de hombres cargando cosas las que dejaban en la cubierta y fui yo mismo quien, en vez de dirigir mis pasos a mi cámara, fui derecho al tumulto para dejar mi cubo de agua caliente frente a Aerith, que estaba arrodillada en el suelo junto a un hombre herido.
Los hombres al rededor seguían sus órdenes sin preguntar, sin embargo a pesar de que mi cuerpo le obedecía, mi mente aún estaba lúcida.*

-Qué estas haciendo con mis hombres, Aerith?

*Le pregunté con calma.*

*No tome nada de lo que traían y me quede mirando a los hombres asustada porque traían las cosas que repetía en mi cuando Adriel me las pedía para atender a alguien incluso pensaba que el viniera a ayudar pero no aparecía pro ningún lado.
Llevaba mis manos dudosa al cuerpo del hombre cuando escuche una pregunta y al final de esta mi nombre por lo que levante la mirada para encontrarme con Henry*

-Yo...yo no

*Negué con la cabeza pues no hacia nada*

-No hice nada, ni he dicho nada hasta ahora

*Pude decirle con prisa para que no se fuera a enojar o me regañara por lo que estaba pasando*

-Ellos empezaron a traer cosas

*Quizá porque sabían e intentaban ayudar pero sin yo tenerte la mínima idea de que era lo que pasaba en realidad con todo este asunto*