Cubierta

*Negué ligeramente con la cabeza.*

-No digas que no.
Eres consciente de que puedes hacer esta clase de cosas... No es necesario que hables, solo que quieras. Ellos oyen tus deseos como una orden... yo también lo oigo.

*Le dije con calma, aunque internamente luchaba por mantenerme quieto y no ir a buscar hiervas medicinales, si es que había alguna en este barco ahora.*

-Quieres ayudarlo, verdad?
Entonces deja de pensar y querer. Respira hondo... y relájate un poco. Solo así podré regresar con Alexandriel y decirle lo que ha ocurrido.

*Me mordí el labio angustiada y negué con la cabeza yo no había dicho ni hecho nada*

-De verdad no he dicho nada, yo no quiero causar problemas

*Dije al punto del llanto, pero a sus palabras solo asentir con la cabeza. Respire profundo como ne dijo e intente dejar de pensar pero no podía así que intente desviar mis pensamientos a otras cosas sin intentar pedir nada*

*Poco a poco lo shombres comenzaron a recobrar la razón y, sin decirle nada a Aerith para no desconcentrarla, comencé a dar ordenes.*

-Por el amor de Anfítitre... Organización, señores!

*El pobre chico que había caído de una de las vergas estaba bastante aporreado y le sangraba la cabeza, por lo que requería atención.*

-Tu, lleva esto a mi camarote y dile al doctor que hay otra emergencia en la cubierta

*Ordené y me agache junto a Aerith, dándole un abrazo.*

-Bien hecho, muchacha. Ahora la gente asi. Vamos a conversar un poco acerca a de esto, de acuerdo? Debes aprender a controlar esas emociones.

*Me dedique a pensar en la isla, el viaje e incluso el pasar de las nubes mientras se arreglaban las cosas, no sabia muchas cosas e inclusive no quería hacer nada malo aunque parecía que mi propia existencia era un problema.
Salí de mis pensamientos al sentir unos brazos a mi alrededor volteando a ver y encontrándome con Henry*

-Lo lamento

*Me disculpe en un murmullo pero sinceramente a causa del lio que habia ocasionado*

-Yo no supe que hacer

*A causa de eso fue que había perdido la cabeza solo pidiendo las cosas que sabia que Adriel iba a necesitar para ayudarle al hombre*

-No te preocupes... sabes lo que tienes que hacer de ahora en adelante. Mantenía la calma y todo saldrá bien.

*Le dije y luego mire al hombre en el suelo que yacía en una posición irregular y la madera del suelo se manchaba con su sangre.*

-Aun ahora no sabes que hacer?

*Le pregunté frunciendo la boca y me acerqué al cuerpo.
Él continuaba con vida, pero no estaba consciente. Y cómo después de tal golpe.
Lo moví on cuidado hasta dejarle recostado hasta que vinieron dos hombres más con una camilla conformada de dos palos que sostenían un trozo de tela vieja. Recostamos allí al herido y mande lo llevaran a las literas para esperar atención médica y quitarlo de la vista de los otros hombres que debían e trabajar.*

-Ve con él y haz lo que puedas mientras Alexandriel tarda. Solo mantenimiento la calma, de acuerdo?

-Es que no se que hacer

*Le respondí con la voz compungida por el llanto que me negaba a dejar salir pues sabia que no era el momento, mire el cuerpo de nuevo al escucharle y di un suspiro*

-La verdad es que no, pero puedo intentarlo para ayudar

*Le dije mientras veía como se llevaban al hombre entre dos hombres mas sobre una camilla improvisada*

-De acuerdo

*Murmure poniendome de pie para ir con los hombres a las literas e intentar ayudar al herido*

*Sentí algo de lástima por ella, junto a una exasperación que no se hizo evidente cuando, al hablarle, mi voz salió calmada y conciliadora.*

-Eres asistente de un médico muy competente. Algo debes de saber hacer para evitar que ese hombre muera.
Ahora ve y no pierdas la paciencia porque yo velaré por que tu compañero vaya en cuanto acabe con mi hermano.

*Le dije con mi mano en su hombro y una mirada con la que depositaba en ella mi confianza.
No era posible que, siendo ayudante de aquel sujeto, fuera ella tan incompetente como alegaba ser. Sólo caía ante el peso de la responsabilidad y de no tener nadie al lado que le diga que hacer.*

*Le mire una ultima vez notando esa confiaba que mostraba en mi, debia hacer algo antes de que Adriel llegara, pero no sabia que aun asi baje a las literas para empezar a trabajar, recordando las cosas que habia aprendido de Adriel en todos estos años a su lado para ayudarle*

*Asentí firmemente y en cuanto tuve oportunidad mande apurar al sanador que estaba con Jared.
En tanto, yo me ocupé en hacer orden en cubierta y pedí información sobre daños, heridos, rumbo del barco y todo cuanto fuera competente saber.
Resultaba ser que nos habíamos desviado de rumbo durante la noche y el timonel con los veleros alegaban unos con otros acerca de lo que se debía hacer. Había que corregir el rumbo, pero todos tenían opiniones diferentes en cuanto a cómo hacerlo y la discrepancia surgía porque el timonel no sabia como se desplegaban las velas y el riesgo que suponia, y los veleros no sabían que la forma en que el timon se manejaba podía poner en riesgo a la tripulacion. Durante ese lío, tratando de seguir las instrucciones del timonel, fue que ocurrieron varios accidentes, siendo el más grave aquel de quien habia caído desde las vergas de mesana.
Era evidente que se necesitaban mas voces instructivas a bordo, por lo cual, después e dar instrucción y corregir el rumbo, tuve una reunión con los jefes de cada departamento de labores, para nombrar así contramaestres por toda la cubierta, que fueran diestros navegantes y versados en el funcionamiento de una embarcación. Así sabrían corregir errores sobre el paso y dar instrucción clara.*

*Pase a la cocina a pedir un poco de agua y jabon para poder llevarlos a la cubierta y poder lavar la camisa de Adriel, por desgracia tuve tallar bastante para sacar las manchas de sangre donde mas habia quedado empapada por suerte aun por lo fresco que estaba fue mas facil quitarle la mancha.
Por suerte no me tomo mucho tiempo quitarlo y pude dejarla secar en un lugar seguro donde no se fuera a volar por el viento.
Cuando se secara iba a devolvercela a Adriel, asi que al terminar tire en agua por la borda y fui abajo para terminar de limpiar*

*Al subir por la escotilla recibí en la espalda desnuda y en la nuca el impetuoso látigo de los rayos del sol que a esas horas estaba sobre nuestras cabezas, burlándose de los estúpidos que no tenían cómo evitarlo.
No tenía frío allá abajo de la cubierta, pero aquí el sol se encargaba de transformar la madera en las paredes de un horno y en conjunto con la sal del mar se encargaban de rostisar la piel de los que cubrían los turnos del trabajo en la cubierta a estas horas.
Mi cuerpo no estaba acostumbrado a la rudeza de los elementos en altamar. Mi piel, siempre bien cubierta salvo durante las operaciones, aunque siempre bajo techo, era pálida y lucía incluso más desteñida en comparación con todos los que me rodeaban, de modo que no tardó en enrojecer sobre mis hombros a pesar que procuré avanzar a la sombra de los mástiles.
Entonces no me entró la menor duda de que si me quedaba en la cubierta más de lo necesario me iba a rostisar sin remedio.
Intenté purar el paso hacia la sombra de un techo, pero a pesar de estar en la cubierta y poder ver el horizonte, el calor no ayudó y en vez de aliviarle l mareo, este se intensificó.*

-Qué me aspen... a la puta mierda...

*Murmuré apoyando una mano en la borda y luego la otra con pesadez, antes de inclinarme sobre esta y vaciar el estómago.*

*Camine sin problema por la cubierta hasta que repentinamente vi andar a prisa a Adriel notando cuando se adelanto que su piel cambiaba de tono por el sol, asi que fui a tomar su camisa aun un poco humedad y volví encontrándolo cerca de la borda por lo que fui a ponerle la camisa sobre los hombros logrando proteger también su espalda que estaba empezando a enrogecer*

-Vamos abajo te ayudo

Le dije tocando sobre la camisa pea ayudarle a sostenerse ypodee guiarlo a los pisos inferiores*

*El contacto de la camisa húmeda sobre mi espalda resultó agradable a pesar de todo y solté un bramido molesto mientras me limpiaba la boca con el antebrazo.*

-Acabamos de subir... tengo trabajo que hacer.

*Le contesté y me ergui, para ver hacia el mar, pero el horizonte se me movió más de la cuenta y de pronto sentí que ya no podía sostenerme sobre mis piernas, de modo que coloque mi mano sobre el hombro de Aerith que es a quién enia más cerca de mi.*

-No voy a bajar... estar abajo me tiene mareado.

*Necesitaba sólo lgo de sombra y que fresco.*

-Puedo intentar hacerlo por ti

*Le dije esperando que aceptara aunque al escucharle mire por la cubierta y busque un lugar con techo*

-Ven acá te dará sombra

*Le dije tirando levemente de el, mas cuando se apoyo en mi fue que aproveche para ir al castillo de proa seguramente ahí encontraríamos algo*

*Sentía ue mi piel estaba ardiendo debajo de la camisa que poco o nada ya tenía e húmeda y seguí a Aerith a donde me llevaba.
No estaba acostumbrado a que me ayudaran a moverme, menos aún a tener a alguien cerca, pero de todas las personas que estaban a mi alcance Aerith era en quien más confiaba y sólo por esa razon le permití acercarse.
Fue un alivio cuando sentí que un techo me daba sombra y aún podia sentir la brisa marina y ver el cielo azul sobre mi cabeza.*

-Aquí estará bien.

*Le hice saber, alargando mi mano para sostenerme de una viga y sentarme en el suelo, sobre un rollo de cuerdas gruesas y hediondas a algas secas.
Me quite la camisa para verme los hombros enrojecidos, y eso que habia estado solo un par de minutos y nada más expuesto al sol.*

-Puedes humedecer de nuevo esta camisa, por favor?

*Le pedí a Aerith, respirando profundamente para ver si así conseguía quitarme el mareo*

*Lo lleve hasta donde finalmente le dio la sombra y se pudo sentar al menos para que no le calara tanto el sol*

-De acuerdo, quieres que me quede o te dejo?

*No quería irme pero sabia que el no era de los que quisieran compañía a pesar de no sentirse bien. Asi que cuando pedí su favor asentir con la cabeza*

-Ahorita la traigo humeda

*Le asegure dándome prisa a bajar a la cocina y humedecer ahí la camisa para luego regresar corriendo a dejarle la camisa a Adriel*

-Aquí está

*Dije poniéndoselo de nuevo en la espalda para que se refrescara*

*Me di cuenta cuando se fue ,pero no cuando regresó sino cuando sentí el frío de la camisa sobre mi espalda y el frescor que brindaba. Solté un suspiro y apoyé mi frente sobre el brazo de Aerith, que se sentia frío a diferencia de mi cuerpo.*

-A ti no te afecta tanto el calor...
Eso... esta bien...

*Moví mi rostro hacia un lado buscando el frío, sin importar la verdad que fuera ella. Su cercanía ya no me parecía tan hostil como antes. De hecho, muchas veces me pasaba desapercibida cuando caminaba junto a mi y eso era simplemente porque su presencia me había dejado de molestar hace mucho tiempo.*

*Me le quede mirando cuando se recargo contra mi brazo lo cual era extraño en él aun conmigo que teníamos años de conocernos*

-No me molesta

*Y era verdad suponía que era por mi condición de sirena aunque no estaba segura de eso, aunque era mejor asi noche eramos dos los resagados*

-Quieres que traiga agua para refrescarte?

*Pregunte curiosa sin moverme para no molestarle aunque poniendo mi mano en su frente *

*Aunque la mano fría de Aerith y la camisa me refrescaban bastante, pronto comencé a sentir fiebre de sol y sudaba mucho de manera que lo mas lógico hubiera sido decirle que fuera a buscar algo de líquido para que pudiera beber.
En cambio, Negué con la cabeza.*

-Debiste pensar en ello cuando fuiste a mojar mi camisa.

*Reclamé. Ahora estaba cómodo con sus manos sobre mi rostro, aunque mantenía los ojos cerrados para no ver su cercanía.*

*Pase por si rostro la manga de mi camisa para limpiar su sudor volviendo a poner mis ambos sobre el para que siguiera refrescandose, aunque debía buscar agua para el*

-Aun puedo ir por ello

*No tardaría más de un par de minutos en lo que bajaba a las literas por una jarra cob agua que habíamos dejado y los trapos limpios para refrescarnos y darle agua*

*Abrí los ojos para mirarla y de inmediato hice un movimiento leve para alejarme de ella.*

-De acuerdo...

*Sabia dentro de mi que ella había stado cerca todo el tiempo, que había estado al alcance de sus manos que podían haberme estrangulado o apuñalado mientras no estaba mirando, pero confiaba en ella lo suficiente como para no temer. En cambio, cuando mis ojos pudieron verla frente a mi el rechazo fue instantáneo e inmediato. Mi cuerpo reaccionó casi por instinto y tomé distancia.*

-Ve... pero no tardes.

*Hubiera sido notorio el sonrojo de mis mejillas si no hubiera estado ya con el rostro enrojecido por el calor interno.

-Bien

*Dije en respuesta, poniendome de pie para ir de nuevo a las literas para tomar lo que necesitaba, asi que mientras el descansaba yo buscaria lo que necesitara en las literas, hacia tiempo que notaba que me permitia estar mas cerca quiza porque ya se habia acostumbrado o estaba seguro que no iba a hacer ya nada que el no me permitiera. En otro momento quiza me hubiera dado gusto, y aunque no me es indiferente tampoco es como si siguiera siendo una prioridad*

*Una vez Aerith se fue me recosté contra la pared y cerré los ojos intentando ignorar los olores de aquel rincón cercano que ni siquiera quería ponerles nombre.
No sabía porque razón mi cerebro podía sentir el.movimiento del barco. Cuando subía, bajaba, y volvía a subir. Este lugar no era el.mas apropiado para mitigar el vértigo, pero sin duda.preferia marearme un poco más a cocinarme vivo al sol.
No, navegar no era lo mío. Aquella vez que hice aquel viaje de cinco meses para alejarme de mi patria lo había hecho por una única razón. Salvarme el pellejo.
Conservar mi vida era en el pasado una motivación poderosa para realizar acciones impensadas, como cruzar el océano para alejarme de quienes querían asesinarme. Hoy no tenía esa motivación y .i vida se me había vuelto cada vez más aburrida y cuadrada... Ya ni siquiera un enfrentamiento a muerte con un enemigo lograba despertar mi entusiasmo pues sabia que ganara o perdiera, yo iba a vivir...
Incluso ahora hubiera optado por el suicidio antes que tener que soportar tanto malestar. Sabía e nadie lloraría mi muerte, porque mi vida no le importaba a nadie y mis cercanos sabían que yo no iba a morir.
Increíblemente, como cuando deseas algo sólo por estarte prohibido, algo tan sencillo como el miedo a dejar de existir se transforma  en el sustento de la vida de un hombre. Pero una vez alcanzada la inmortalidad, ya no tiene ningún sentido seguir viviendo.
Es lo que me ocurría ahora. La mayor parte del tiempo mi mente se encontraba en modo automático, salvo cuando me enfrentaba a un desafío como el que hace mucho, mucho tiempo no me cruzaba*

*Volví a cubierta con la jarra de agua y algunos paños limpios, no podía correr pero si caminar lo mas rápido que me daban mis pies, asi pude llegar a donde mi compañero*

-Ya volví Adriel

*Le dije para que supiera que era yo y no fuera a asustarse, no quería ser víctima de sis involuntarias acciones siempre que alguien se acercara. *

-Ten, bebe un poco de agua

*Lo mas que podía acercarme era la distancia de mis brazos, que era suficiente para alcanzarle a dar las cosas, asi que en cuanto la jarra alcanzo su boca para beber solo la sostuve*

*A pesar de escucharla, abrí los ojos para comprobar que era verdad y cuando pude ver su cabello lacio y molesto volví a cerrar los ojos. Pero ella no se cansaba de molestar así ue tuve que abrir de nuevo los ojos para recibir con mis manos la jarra y beber yo mismo.*

-Estoy mareado, no discapacitado.

*Murmuré antes de dar un largo trago y volví a recostarme contra la madera de la pared que tenía más cerca.*