Cubierta

*Si, el lo sabía. Conocía cómo se llegaba a ser inmortal y ajuzgar por su mirada y el odio con el que hablaba, despreciaba a los de mi clase.
Sin embargo yo no había llegado a ser así por voluntad, es más, despreciaba esta condición mas que nada. Pero él no iba a escucharme. No valía la pena intentar decirle nada.
Sus palabras se volvieron cada vez más ilógicas y supe, al fin, que ya no hablaba con un ser racional así que me preparé para todo lo que me viniera encima.
Era rápido, pude notar, pero no tan rápido como para que no lo viera y esquivé su ataque con cierta dificultad pues era preciso en sus movimientos y sabía exactamente cual era su objetivo. Apuntaba el filo de su espada en la línea de mi cuello todo el tiempo.
Con una finta traspasé su ataque y quedé a sus espaldas.*

-Solo quiero bajar en el próximo puerto, idiota.

*Le dije pateandole por la espalda*

*Sali a la cubierta mirando a todos lados en busca de Adriel, ademas de que procurando que si veia a alguien esconderme rapidamente, pues no queria que esos hombres empezaran a acosarme como habian hecho desde que subi al barco, aun asi me quede un poco antes de salir completamente para ir a buscar a Adriel, habia dicho que buscaria al capitan y como tal estaba en su habitacion o en el timon, asi que empezaria en la parte de arriba para poder abarcar los principales lugares*

-Adriel, donde estas?

*Murmure para mi, mientras buscaba tranquilamente por toda la cubierta hasta que llegue al donde el timon y a lo lejos pude ver a Adriel y a ese hombre uno frente al otro pero manteniendo su distancia el no del otro, me acerque con cuidado esperando que todo saliera bien para Adriel, sin embargo ese hombre actuaba extraño  y repentinamente se abalanzo contra Adriel para atacalo y me apresure a salir cerca de donde estaban*

-Noooooo!!!!!!!

*Grite con todas mis fuerzas y la desesperacion de evitar que ese hombre llegara a lastimar a Adriel, no supe entonces como que las vibraciones de mi garganta al gritar cambiaron drasticamente cambiando la fuerza de mi grito*

*Mis ojos giraron en torno a mi siguiendo sus movimientos a pesar de que mi ataque fracasó de principio y puse un pie delante de mi para apoyo firme antes de detener su patada a mis espaldas con mi segunda espada, la cual desenvainé rápidamente y le rechacé hacia atrás, girando sobre mi mismo para volver a atacarle con un remolino de espadazos, sin embargo escuché un grito, y no cualquiera.
Ese sonido me llegaba al alma y atravezaba mi corazón, partiéndolo de nuevo.
Era un grito de sirena, como el de mi madre.
Casi pude verla de nuevo a pasos de mi, atada en el palo mayor del Whynah II, gritando con desesperación mientras le arrancaban trozos de carne y despedazándola salvajemente mientras aún vivía.
Pude oír su grito en ella y solté mis espadas para llevarme las manos a las orejas y cubrirlas, al mismo tiempo que emitía un grito yo mismo al ver de nuevo esas imágenes en mi cabeza.
No quería verla otra vez.*

-Déjala en paz!

*Grité con fuerza que mi voz también se transformo en ondas ultrasónicas que chocaron contra el suelo, partiendo superficialmente la madera de la cubierta.
No podía soportarlo. No quería oír ese grito...*

*Di un paso atrás al sentir que me empujaba y por un momento perdí el equilibrio, pero pude estabilizarme para hacer fretne a sus espadas..gemelas?
Pero entonces sentí un ruido tan molesto como incapacitante que me llenó a cabeza y me reventó los oídos desde dentro. Mi cerebro pareció vibrar y perdí noción de tiempo y espacio aún después de haber acabado el ruido, pues seguí escuchando como el silencio, y un chirrido intenso que incluso me nubló la visión.
Luego sentí un golpe, pero no físico sino como si algo hubiese caído desde gran altura muy cerca de mi y el golpe me fuera perceptible hasta empujarme hacia atrás.
Con las manos sobre los oídos retrocedí un par de pasos y luego caí de rodillas al suelo al perder el equilibrio definitivamente.*

*Pude seguir gritando, pero la simple fuerza empezo a marearme asi que me vi obligada a callar, intente moverme pero la vista me fallo por el mareo asi que espere unos segundos antes de empezar a avanzar a donde Adriel, en pocos segundos la vista se aclaro y pude ver mejor hacia donde ir por eso es que al ubicar mejor a Adriel fui hasta donde el para arrodillarme*

-Adriel, estas bien....
Adriel

*Le llame mientras me mantenia a distancia esperando que reaccionara de alguna manera para poder irnos de ese barco antes de que nos lastimaran*

*Estaba como embobado, pero poco a poco mis oídos empezaron a recuperar la audición y mis ojos se aclararon. Pude ver, pero no me gustó en absoluto lo que veía.*

-Aerith... boba... que haces aquí...

*Le murmuré solo a ella pues era peligroso para ella venir en presencia de ese capitán lunático. 
Pestañeé un par de veces y la levanté junto conmigo, poniendonos de pie.*

-Te dije abajo, que te quedaras.
Regresa de prisa. es peligroso aquí arriba.

*No, por mucho que ella supiera luchar, no estaba al nivel de pelea de ese sujeto con las mismas sino peores ansias de matar que yo mismo había experimentado en mi juventud.*

*Meros segundos transcurrieron entre aquel grito y en que comencé a recuperarme.
Mis oídos estaban embotados, pues eran bastante sensibles como los de una sirena, audición que me había heredado mi madre al igual que muchas otras cosas. Pero a pesar de eso pude notar a mi enemigo delante de mi, de espaldas a mi, y aun con la molestia en mis oídos lentamente y recuperando paso a paso el equilibrio alargué mi mano para tomar la espada que yacía inmóvil en el suelo, pero continuaba gritándome en reclamo por su sangre.*

-Si... madre...
Ya voy...
Yo... yo te voy a salvar...

*Murmuré con voz compungida, repitiendo como una promesa que había proferido con mi boca hacía ya tiempo atrás, pero que no pude cumplir. Esta vez lo haría. Esta vez iba a cumplir mi promesa y me redimiría por haberla dejado morir una vez.
No iba a descansar hasta ver rodar la cabeza del inmortal.*

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*Salí a todas prisas del camarote a la cubierta, alarmado por el tremendo estruendo y sin un solo aviso de que estuviesemos bajo ataque enemigo, por eso me sorprendí cuando, en la idea que llevaba, realmente no vi un solo barco en las aguas todo al rededor y que la cubierta no había sufrido daño salvo la madera del suelo resquebrajada en la superficie.
Trdé un poco en asimilar la situación. Henry casi en cuclillas, sus rodillas casi tocaban el suelo mientras levantaba su espada y el par de náufragos... no, Aerith y Alexandriel, de pie a unos cuantos metros de él intentaban recuperarse del golpe sonoro.
Pero, de dónde había venido este no lo podía imaginar y con expresión de interrogante es que contemplé el siguiente movimiento.*

*Sali a cubierta a pocos segundos de que Marko lo habia hecho pero se habia quedado en medio y por poco chocaba con el, por eso es que lo esquive lo mas rapido posible antes de colocarme a su lado solo para saber que era lo que pasaba que lo distrajo. Solo tuve que mirar hacia donde el para encontrarme con Henry y los dos prisioneros al parecer Henry cumpliendo con lo amenazar antes hecha, sin embargo como lo estaba haciendo no me parecia y fue que empece a correr hacia donde el, al tiempo que sacaba mi espada para poder retener su golpe*

-Espera Henrny

*Le pedi mientras mantenia mi mirada fija en el, buscando a mi amigo que siempre escuchaba a los demas*

-Vine por ti

*Le dije con seguridad mientras permanecia a su lado, recibiendo su ayuda para ponerme de pie*

-No, no sola.
Ven conmigo quedemonos en el calabozo a mi no me importa

*Le pedi en suplica insistiria hasta que aceptara, pero en eso mire a la mujer venir hacia nosotros y fue que me gire para dejar a Adriel detras de mi, notando despues que no iban contra nosotros en realidad*

*No cabía en mi de la impresión por la actitud de Aerith y la quede mirando sorprendido, como si jurase que me estaba tomando el pelo.*

-Pero... serás estúpida...

*Le reclamé e iba a seguir protestando cuando me di cuenta que el sujeto aquel comenzaba a moverse otra vez.
No, Aerith po dimensionada el peligro al que se estaba exponiendo quedándose aquí, y de puro tozuda iba a hacer que la lastimaran de nuevo.*

-No seas idiota!

*La abracé por la espalda cuando se puso delante de mi y le hice un gancho para hacerla quedar detras de mi.*

-No te muevas... si sales de detrás de mí está vez no seré yo quien te mate.

*Es que siempre le decia que la mataría si no hacia tal o cual cosa, aunque jamás cumplía mis amenazas.*

*Con toda la seguridad dentro de mi mente enseguecida por la venganza y la culpa, herida por las circunstancias de mi vida y partida en pedazos por mi inestabilidad emocional, levanté mi espada de nuevo para atacar al inmortal, pero sentí hierro contra hierro antes de darme cuenta de lo que ocurría.
Una persona se interponía entre mi objetivo y yo, me llamaba por mi nombre, pero defendía a los asesinos, por lo tanto debía de ser uno de ellos.
No reconocí el rostro ni la voz de Tetra en ese momento, porque mi mente e retroceso no reconocía que mi amiga aún estuviera con vida.*

-Asesinos come-sirenas... malditos inmortales!

*Exclamé con furia en la voz, mas mi temple permanecía calmado y la mirada extraviada en mis propios pensamientos, allá en la realidad que creía estaba viviendo dentro de mi mente, y la ataqué nuevamente para que me dejara asesinar a los culpables del sufrimiento ajeno.*

*Retuve la espada de Henry con la mia y me le quede mirando, estaba de nuevo fuera de control con esa mente que seguramente Dannia habia dañado tanto, pero era mi amigo e igual que el resto de las veces iba a tener que ayudarle*

-Henry basta, esta no es la manera de arreglarlo

*Le dije empujandolo hacia atras para yo tambien retroceder, mirando de reojo al hombre y a la chica*

-Retrocedan

*Les dije mas como peticion que como orden, no era quien para ordenarles pero estar cerca de Henry era ahora mas peligroso que estarlo si estaba dentro de sus cabales, lo senti venir como otras veces reteniendo su ataque y usando su propia fuerza para desviarlo de direccion y perdiera equilibrio*

*No forcejee contra Adriel porque sabia que ganaria asi que solo me quede detras de el como pidio, pero lo tome de las ropas al escuchar al hombre llamarnos come-sirenas pero no lo eramos, al menos no Adriel*

-Vamos

*Tire de la ropa de Adriel para hacerlo hacia atras al escuchar las palabras de esa mujer que estaba ahora ayudandonos segun parecia*

*Desconfié de la habilidad de la mujer para detener a ese demonio pues a simple vista parecía débil y menuda, sin embargo demostró de inmediato su habilidad con la espada al interceptar las gemelas de nuestro atacante y, de inmediato, repelerlo.
Senti a Aerith a mis espaldas y sin apartar la vista de en frente estiré mis brazos hacia mi espalda como si fueran una barrera protectora para ella a ambs costados, y comencé a caminar lenamente para dar un rodeo a aquella pelea y alejarnos hacia la escotilla.
Cualquier conversación con ese sujeto ahora sería infructífera, y sobre todo si era yo, pues parecía odiarme por la sencilla razón de existir.*

*Nuestras técnicas de lucha eran muy diferentes, pero reconocía en su espada algo de mi propia maestra de esgrima, un algo que había traspasado su maestro a ella como mi maestra a mi.
Pero ella se limitaba a retenerme y rechazarme, en cambio yo la atacaba incesantemente para destruir su defensa por la fuerza.
Desviaba mis ataques, pero de inmediato volvía a atacarla identificando los puntos débiles en su postura y obligandola a cambiarla si no quería resultr lastimada.

*Me dedique a la defensa para intentar dialogar con el pero no estaba de nuevo en razón y eso evitaba que me escuchara como otras veces*

-Henry Heiderich, estas nuevamente fuera de ti y necesito que reacciones

*Le llame por su nombre mientras seguía evitandolo pero ayudándome de mis piernas para intentar distraerlo y que perdiera el control para caer al suelo*

-Chicos necesito su ayuda

*Murmure para Krad y Pain ellos al menos podían entraron un poco en la realidad*

-

*Me aferre a las ropas de Adriel pero sin llegar a pegarme a el porque sabia que lo odiaba y no quería incomodarlo maa de lo que seguramente ya estaba, asi que en cuanto el retrocediobyo hice lo mismo cuidando mis pasos para no hacerle tropezar a el o a mi*

*Ella pensaba que podía engañarme, pero mis ojos eran astutos y dificilmente podría engañarme con pasos tan principiantes..
Me sonreí.
Mi objetivo era tan claro para mi como el agua crisalina aunque mi mente fuera un atado de nudos en completo desorden.
Al oír mi nombre me detuve y pareció como si, por un momento volviera a la consciencia de mi entorno, pero al ver a ese hombre tras ella no me lo permití.
Pretendían escapar mientras yo peleaba contra esa mujer, y eso no se os iba a permitir de manera que rápidamente cambié la dirección de mis ataques hacia los come sirenas.*

*Maldije para mis adentros cuando no reacciono favorablemente y franco el ceño molesta por eso, volví a interponerme entre el y los ex prisioneros para evitar que los dañara sin ser conciente de ello*

-Vamos Henry necesito que despiertes

*Le dije cuando nuestras espadas volvieron a chocar, no podía permitirme perder de nuevo, pero sabia que si respondía sus ataques más loco se ibas poner y no iba a razonr*

*Esta mujer se estaba convirtiendo en una molestia.
Cierto era que no quería lastimarla pues no era de los inmortales, sin embargo estaba con ellos y los protegía,asi que tendria que tomarla en serio.
Puse toda mi fuerza sobre mis espadas cuando ella interceptó ambas con la suya y, como yo era más lato, aproveche esa ventaja para aplastarla con mi fuerza y obligarla a reclinarse.
Si no fuera porque luchaba arduamente, cualquiera diría al ver la expresión de mi rostro relajada que contemplaba tranquilo un bonito o paisaje o algo así.
No estaba dejando que me perturbara la violencia de la pelea ni las palabras de esa mujer, sino que estaba enclaustrado dentro de mis propios pensamientos*

*Empezó a ejercer presión sobre las espadas y yo debajo dela empece a hacer fuerza para evitarlo mientras evitaba lastimarlo porque tenía que hacer que reaccionara*

-Henry, oye recuerdas al muchacho mudo. Que te ayudo cuando eras niño?

*Pregunte de repente mientras mantenía la fuerza para evitarque sus espadas llegaran a mi, hablarle no funcionaba pero quizá recordarle si*

*Fruncí ligeramente el ceño al escucharla, señal a todas luces de que había comprendido sus palabras por mucho que siguiera empujando mis espadas a ella.*

-Silencio...

*Es lo que recordaba de ese chico mudo. Sólo el silencio y unos ojos celestes que se parecían al mar de medio dia.*

-Y aun asi te ayudo

*Murmure tranquila cediendo poco a su presión porque pensaba quitarme de abajo pero solo tenía que esperar *

-Te curo y cuido, aunque al final fuera en realidad una chica con la que tenias aunque fueran buenos momentos de conversación, no?

*Cuestione quizá si recordaba algo mas seria capaz de hubicarse de nuevo en su tiempo, al menos ya respondía*

*Mi boca se frunció en una expresión de disconformidad por sus palabras*

-Tengo...
Tengo que salvarla

*Murmuré con angustia y cedí ligeramente la fuerza de mis espadas, pero las retire simplemente para comenzar a darle espadazos fuertes uno tras otro.
La voz de mi madre me gritaba desde el fondo de mi memoria, llamando mi nombre mientras la torturaban.*