Cubierta

-Y por eso soy medico, verdad? Porque me molestan los demas y porque no me agrada escucharlos ni ayudarles a resolver sus problemas.
Acaso te das cuenta de las estupideces que estas diciendo Aerith? En tu afan por tener siempre la razon dices cosas que no tienen logica alguna. 

*Decidi ignorar el resto pues esa estupidez no tenia sentido para mi, mas que por ser otra mentira sin importancia.
Asi que ella buscwba la forma en que fuera feliz, no? Como aquella vez que me hizo inmortql cuando lo unico que yo queria era morir. Desde entonces, todos los aspectos de mi vida habian ido empeorando. Debi morir entonces antes de acumular toda esta carga sobre mis hombros, antes de tener que ejercer por obligacion, porque mis manos me pesaban ya de todo lo mal que habia hecho, por1ue mi sola existencia hacia de este mundo un lugar horrible para todos los que estaban a mi al rededor, incluyendola a ella.*

-Porque eres un problema?...

*PREGUNTE DESGANADO, con una risita sin sentido que desaparecio fugazmente tal como habia llegado.*

-Tal vez porque estas conmigo. 
Solo conmigo sientes que eres un problema, no es asi? No cuando estas con otras personas.
Entonces tal vez no seas tu el problema, sino yo...

*Y si ella podia encontrar mas felicidad estando con otros en vez de mi, entonces estaba bien... estaba todo bien.
Solo me daba una vez mas la razon, de que yo no debia de estar aqui. Mi presencia solo lo empeoraba todo, porque mi destino debia haber concluido conmigo desde hace mucho tiempo atras.*

-Me equivoco?
Que debo hacer,  dime que crees que debo hacer o creer¿?

*Le cuestione sin saber que mas decir o hacer,  intentaba tener una buena relación con el,  de todas las maneras posibles pero era mas difícil de lo que parecía con los años*

-Tú el problema?
Sigues vivo en contra de tu voluntad,  porque una tonta que te ató a este mundocreyendo que querías vivir de otra manera. Sigues ejerciendo porque una ilusa insistió en que lo hicieras. Si tu crees ser un problema ya no se en que categoría de calamidad entro yo

*Le dije con sinceridad pues siempre se quejaba de que eso era mi culpa y que solo había arruinado su verdadero destino*

-Desde que nos conocemos esto a sido peleas, discusiones y malos entendidos, al principio lo entendía, eramos desconocidos el uno al otro pero han pasado diez años, diez largos años en los que no podemos tener una platica fuera de la clínica...

* Quería pedirle una solución pero quede a medias al darme cuenta que era cierto que en la clínica generalmente no peleamos y teníamos una comunicación mas amena, solo con pequeñas diferencias de pensamiento pero niña llegaban a estos....celos? La simple palabra era una tontería y empece enseguida a rememorar los momentos en que esto pasaba... hace diez años cuando Giorgio estuvo en la clínica, cuando en la isla algún conocido varón me sacaba platica, la más recientes fue el chico del barco que me dio un regalo y ahora el problema era Henry.
Pensarlo era una tontería después de tantos años de convivir con una persona frívola que solo curaba a los demás, aunque con el tiempo había logrado ser un poco mas considerado con los pacientes, pero de eso a pensar que sintiera celos de otros hombres que se me acercaban a mí, a la persona que el aseguraba había destruido todo en su vida era dificil de creer.
Busque la mirada de Adriel y aunque se veía molesto por primera vez desde hace tiempo su mirada reflejaban otra cosa, lo que no supe diferenciar entre decepcion o tristeza, no estaba segura*

-Yo....lo lamento, por todo

*Si yo me disculpaba, era porque reconocía mi culpa en todas las peleas que teníamos, por lo que yo había hecho o llegado a decir, pero no había nada diferente porque independiente de lo que pensaramos los hechos decían mas que las palabras y tanto yo como él habíamos cometido muchos errores*

*No era cuestion de que hiciera o creyera lo que yo dictara. No la queria como una copia de mi, sino todo lo contrario, alguien que cambiara la monotonia de mi vida y sin embargo ella vivia acoplandose a mi seriedad y ultimamente cuando salia de ella era solo para discutir conmigo y sacarme en cara algo de mi que no estaba en mi voluntad poder cambiar.*

-A estas alturas supongo que deberia darme lo mismo lo que hicieras o creyeras, no te parece?

*Deberia, pero no era asi. Yo no tenia ninguna autoridad sobre ella para controlarla, ni a ella ni a nadie. Ni siquiera le habia pedido que se quesara sino que ella misma habia querido quedarse a mi lado, quizas y sin saberlo, como un castigo por parte del destino por haberlo hecho todo mal. 
Llegue a pensar que seria porque en el momento en que debia pagar por todos mis errores, escape de las manos de la muerte definitiva de una manera en que nunca mas podria alcanzarme. Por eso ella estaba aqui y lo habia aceptado como un yugo y un recordtorio de que yo habia sido una mala persona en el pasado, de que habia hecho mucho daño y ahora era el momento de padecer esta tristeza eternamente dentro de mi, para redimirme... pero para que, si no existia ni cielo ni infierno, si no iba a morir jamas, no servia de nada redimirse.
Esto era simplemente una venganza en mi contra.*

-Los malos momentos, las discusiones, mi mal caracter y los malos entendidos. Siempre hablas de ello como si fuera lo unico que te he dado desde que me conociste. Es lo unico que recuerdas todo el tiempo.

*Senti que ella estaba mirandome, de manera que dando la vuelta al mastil para apoyar mi espalda contr el, le di la espalda a ella tambien porque ya no queria darle ni verle la cara a esa mujer.*

-No importa cuanto me esfuerce por hacer las cosas agradables. Lo unico que recuerdas son las cosas malas...  Pero no te creas especial por eso, siempre ha sido asi con todo el mundo asi que, en realidad, eres igual a todos.

*Si, el unico que podia ver el otro lado de mi era Giorgio, pero despues de que lo echara de casa por estar acosando a Aerith, nunca volvi a saber de él.
Senti una fuerte punzada en mi pecho a raiz de sus palabras y senti la necesidad de responderle, pero mi cuerpo estaba congelado desde hace rato y no reaccioné a sus disculpas. Ella habia hecho mas por mi de lo que cualquiera hubiera hecho. Se habia quedado conmigo, me habia ayudado a levantarme cuando estaba hundido en mi depresion. Eso yo lo agradecia, no tenia nada que perdonarle, en realidad. Pero mi boca fue incapaz de pronunciar esas palabras pues sentia tenso el cuerpo y mi garganta estaba obstruida por alguna clase de reaccion inesperada.*

-No lo se, yo no se si deba o no darte lo mismo, pero si se que a mi ne importa lo que haces o crees, especialmente de mi y por eso es que me molesta que creas que tengo algo que ver con Henry igual que lo creíste con Giorgio, cuando no es asi

*Respondí ya mas con calma y manteniendo mi mirada en él, esperando que viera que era sincera*

-Porque me haces enojar, pero te lo dije y lo repito me agradan los días que pasábamos paseando en la playa, me gustaban los días que te dabas tiempo y me enseñabas cosas nuevas, y añoraba los días que podías llegar a tener uñas horas disponibles para enseñarme a leer

*Explique recargandome en el mástil como el y dejándome regalar hasta quedar sentada, para luego dar un suspiro, no quería seguir peleando*

*El asunto con Giorgio ya no tenía relevancia más que para antecedente de lo que había ocurrido. Yo sabía que el era un descarado e intente cuidar de Aerith todo lo que pude, pues el se fijaba en ella con esos ojos que yo bien conocía y ella parecía no notar que su ropa, su actitud y mero contacto visual encendían a mi amigo de la infancia. Pero yo cuidaba a robbin en ese entonces y en conjunto con los demas pacientes ellos ocupaban gran parte de mi tiempo, de modo que Giorgio no perdió su oportunidad... Cuando los sorprendí juntos sentí tanta irá que creí podría haber matado al desgraciado, si no fuera porque Aerith lo defendió. Eso me hizo enfadar todavía más y los habría expulsado juntos de la clínica si no fuera porque Aerith me era de suma ayuda mientras Robbin estaba enfermo. Ella se quedó, pero desde entonces nuestro trato comenzó a ser distinto.
Ya no podía verla como una niña inoxcente y frágil. Ya no me parecía que tuviera que cuidarla todo el tiempo y me limité a enseñarle lo que debía saber para trabajar. Ella adoptó la misma actitud, y creí que era porque de verdad quería estar con Giorgio y me resentía por haberlo echado.
Esa relación y trato tan frío me molestaba y se acumuló a mis espaldas junto con tantas otras cosas, hasta que la gota que arrebalso el vaso fue la muerte de Erik.*

-No parecías disfrutarlo en absoluto.

*Si, con otras personas ella se reía, hablaba libremente y era evidente que le agradaba contar sus anécdotas. Cuando estaba conmigo sólo se mantenía en silencio estudiando con seriedad. Cuando caminábamos se reía sólo mientras yo permanecía en silencio y jugaba sola, cuando yo estaba a sólo metros de ella esperando a ver si en algún momento se daba cuenta de que yo no era invisible.
Yo era paciente y realmente disfrutaba verla contenta, pero cuanto más habria disfrutado que ella también me incluyera a mi en su disfrute, aunque fuera para decirme una tontería.
Le fui útil, aprendía cosas conmigo y le gustaba que le enseñara. Lo entendía... Era sólo eso. Aprendizaje y conocimiento. Como el cariño que yo le tuve a mi maestro de anatomía, o al abuelo Borelli.*

-Entendí que no soy más que una herramienta. Me aprecias tanto como el herrero aprecia a un martillo duradero y útil que le sirve por años sin desgastarse.
No soy tu amo como para estarte prohibiendo ver a un sujeto o a otro.

*aunque no podía evitar sentir dolor y unos celos asesinos hacia esa otra persona*

-Contigo aprendí a disfrutar de las cosas en silencio, porque por alguna razón siempre parecía que te molestaba el simple trato conmigo

*Y no solo en ese momento sino desde que lo había conocido, y creía que solo era conmigo porque el trato a sus pacientes era completamente diferente, lo sabia porque había sido su paciente y luego solo una compañera de trabajo.
A la mala había aprendido a no molestarle o acercarme mas de lo necesario, hasta ahora no entendía porque en algún momento sentí que me había enamorado de él, pero era a causa de que también había momentos lindos, que lamentablemente se fueron cubriendo de malos*

-Te aprecio como el buen maestro y medico que eres, y te quiero como el amigo que me a cuidado.
Porque amarte me enseño que debía lanzarme a ciegas de un acantilado, confiando que podría caer en el agua sana y salva o estrellarme contra la roca solida. No tuve un incentivos para arriesgarme y preferí solo quedarme a ser útil.

*Le corregí su comparación, sin poder evitar que el triste recuerdo me inundara los ojos de lagrimas y estas empezaran a caer por mis mejillas en un llanto silencioso y desesperanzado*

-Si me hubiera disgustado no estarías aquí ahora.

*Simplemente así. Toda la vida, desde que tenía memoria, si alguien o algo me disgustaba simplemente me deshacía de ello sin importarme un comino. Con ella era distinto, sin embargo, pues no me sentía mucho mejor si se alejaba de mi lado a pesar de que a veces no respetaba mi espacio personal y me llevaba la contraria en todo.
Mi personalidad había cambiado bastante con los años.Habia aprendido a cultivar paciencia a raíz de los largos períodos de sanación de los pacientes, a controlar mi ira aunque había oraciones en que mi vieja personalidad tomaba fuerza, ejercía autodominio para mantenerme calmado y tener la mente fria para pensar racionalmente.
Aerith era la única persona que me sacaba de mis casillas y embotaba mis sentidos, no entendía porque.
Ahora escucharla no hacia mas que asegurarme de que era yo quien lo había echado todo a perder desde el comienzo.*

-Bueno... Supongo que fue la decisión correcta.
Conmigo te habrías estrellado contra las rocas sin duda, porque eso es lo que era y lo que soy todavía.

*Le aseguré.
Cuando la conocí, venía de una vida cargada de violencia. Enfrente la muerte muchas veces y me libre de una condena en prision. Al llegar aquí, mi consciencia estaba cargada con el peso de mis errores y los malos tratos a los que estaba acostumbrado, por ello nunca fui capaz de tolerar la cercanía de otras personas, ella lo sabía y aún asi insistía en acercarse a mi físicamente. No podía soportarlo y su insistencia me hacia perder la poca paciencia que tenía. Era lógico que la rechazará al principio, cuando siquiera éramos conocidos.
Pude escuchar que su voz se transformaba de nuevo y luego sus sollozos.
Nuevamente ella estaba llorando, y otra vez, como siempre, era por mi culpa.*

-Supongo

*Murmure limpiándome el rostro lo mejor posible antes de ponerme de pie, al menos esperaba que con las cosas ya más tranquilas él pudiera descansar*

-Iré a dormir un poco, porque seguro la isla no nos permitirá descansar

*Y yo tenia una encomienda que tenia que cumplir, asi que debía descansar un poco*

-Intenta descansar

*Le pedí antes de ya dirigirme a las literas mientras limpiaba mi rostro con las mangas de la camisa que me había prestado henry *

*No le dije nada más. Simplemente deje que se fuera co.o debí de haber hecho siempre. Dejar que se fuera como dejaba ir a todo el mundo.
No se porque con ella era distinto que no quería dejarla ir, aún ahora tras haber admitido la derrota, tras haber comprendido mi ineptitud para hacerla feliz, me era dificil aceptar que se marchaba.
Era lo mejor, de seguro, estar alejados el uno del otro. No había manera de que pudiésemos congeniar aún cuando lo quisiera, porque éramos tan diferentes los dos.
No...
No los dos, sino sólo yo.
Yo era diferente a todos los demás.
Por eso era imposible que Aerith pudiera quedarse conmigo y ser feliz como lo era con otras personas.
No creía poder dormir y en efecto, me fue imposible cerrar los ojos sino hasta que el cielo aclaró y rápidamente el sol alumbró todo lo que había permanecido en oscuridad.*

*Aproveche el lugar vacío para cambiarme de ropa, siempre doblando las prendas que Henry me había prestado y poniendo las mias, asi que en poco tiempo estuve lista para bajar a la isla a cumplir mi parte del trabajo*

-Nuevo día, nuevas cosas que hacer

*Me anime a mi misma y me apresure a salir a la cubierta donde en pocos minutos ya estaba llena de las personas listas para trabajas*

*Salí a cubierta cubriendome del sol con la mano y ayudándome de esa pequeña sombra para buscar a Henry, ya sabíamos lo que haríamos pero el debia estés presente pasa vigilar que todo saliera de acuerdo a lo que quería.
No me sorprendio, que al salir Aerith se viera rodeada de hombres que intentaban ayudarla u ofrecerle algún detalle, me sonreír de medio lado y voltee a otro lado para no ver esos afectos que sólo recibían las chicas fémeninas como ella.
Asi que solo camine al lado contrario a donde ella solo para no estar escuchando cosas tontas*

*Pase la noche junto a Jared y a la mañana siguiente cuando sali a cubierta encontre el barco rebozante de actividad. Los hombres sabian cada uno su rrabajo y no esperaron a que les repitieran lo que debian hacer para comenzar demostrando asi que eran trabajadores eficaces y confiables.
Poco a poco los cuatro botes de salvamento del Aurelia fueron saliendo del barco con la ayuda del pescante, uno a uno se llenaban de hombres que remaban en direccion a la isla y regresaban para buscar mas hombres, en orden tal y como les habia ordenado la noche anterior.*

*Me quede quieto como una estatua mientras el cielo esclarecía y la cubierta se iba llenando progresivamente de actividad. Los botes comenzaron a bajar y los tripulantes se pusieron en marcha, cada grupo uno por vez, hasta que llegó el turno del que yo lideraba.
En silencio bajé del cabrestante en el cual me había montado y me introduje en el grupo, en completo silencio, intentando no mirar mucho más allá de mis propios pasos por cuanto no me fuera a topar de improviso con una mirada indeseable.
Conocía mi tarea y conocía a mi grupo. Haríamos el trabajo de prisa y sin demoras y regresaríamos al barco lo más pronto posible.*

*Primero bajaron marinos con las cosas que usariamos para la recoleccion, dejandolas en la isla antes de volver para llevarse a las personas que recolectarian.
En el primer viaje vi irse a Adriel como siempre de mal humor, luego bajo la chica... Monique y en el ultimo baje yo, por siempre costumbre a ser la ultima en hacer las cosas, no me molestaba y me daba oportunidad de platicar con los hombre y mujeres que me ayudarian en la recoleccion de frutos*

*Luego de que todos los asignados se marcharan sali a la cubierta. 
Allen insistio en que debia utilizar un sombrero, de modo que me puse un sombrero sobre la cabeza para su complasencia.
Los marineros botaban por la borda montones de basura, el contenido podrido de barriles y agua vieja para recibir los nuevos recursos que comenzaban a llegar desde la isla.
Mire un momento hacia alla. Todos estaban haciendo un excelente trabajo.
Entonces una cabellera rubia me interceptó el rango visual y luego de enfocar la vista, pude notar el rostro severo de Henry delante de mi.
Me sonreí tranquilamente.*

-Buenos dias o tardes... ya no estoy seguro a estas alturas, capitan. Marcha todo bien hasta ahora, al parecer.

*Le dije fon animosidad y buen humor. No me sentia la persona mas saludable de a bordo, pero el malestar nunca me habia robado el humor.*

*Me encargaba de llevar el orden de lo qye salia y entrba al barco, pues en situaciones asi era cuando los intrusos se colaban en la tripulacion y surgian los problemas. Revisaba casa carga nueva que llegaba desde la isla y nada entraba a las bodegas sin mi aprobacion, de jodo que habia estado bastante ocupado. Habia dejado a Jared encerrado en el camarot3 para no tener que preocuprme por el, y Marko debia de estar descansando.... o eso es lo que  creí hasta que de pronto vi su rostro demacrado bajo un sombrero a pleno sol en cubierta.
Deje mi trabajo para prarme delnte de ek a algunos metros de distancia y, como supuse, demoró un momento en darse cuenta de mi presencia, y otro poco mas en reconocerme.*

-Tardes ya, Marko.
Crei que estabas recuperandote abajo en las literas. No debiste subir, un se te ve mal de todos lados.

*El sobre todo que estaba encargado de la salud de la entera tripulacion, no podia darse el lujo de permanecer enfermo, por eso era esencial que se tomra el tiempo preciso para recuperarse.*

-Ve de buelta, amigo. No quiero que empeore tu salud.

-Ande, no me siento tan mal como para desligarme de mis labores.

*Fingí ponerme de pie erguido, aunque de todas formas necesité del apoyo del bastón que me había entregado Allen junto con el sombrero.*

-No me hará daño ayudarte a supervisar un poco. Hay mucho trabajo y no quiero quedarme de vago recostado mientras todos trabajan duro. Prometo no hacer grandes esfuerzos si eso te hace sentir más alviado.

*Le sonreí y me acerqué un poco a él para ver lo que traían. Había entre variedad de frutos, muchas plantas y sobre todo buenas bananas verdes y maduras, además de un par de cabras salvajes que habían encerrado en jaulas, aún vivas. Seguro tendríamos un buen festín de carne esta noche.*

*Fruncí el ceño pues no me convencía, pero no le dije que no.*

-Eres un adulto, Marko. No te voy a recordar lo que es mejor para ti.

*Me resigné a que haría lo que quisiera después de todo y en cierto modo tenía razón. Aunque todos ayudabamos, mientras más gente estuviera trabajando, sería mejor.
Esperaba sin embargo que él fuera lo suficientemente listo como para detenerse cuando fuera conveniente para él.*

-Muchas gracias, capitán.

*Incliné mi cabeza y fui a dirigir las obras de almacenaje. El orden de almacenaje era muy, muy importante después de todo para aprovechar bien el espacio y, al mismo tiempo, no perder mercancías.
Las horas transcurrieron tranquilas y finalmente casi toda la carga estuvo a bordo. Intenté encontrar a Monique entre la multitud, pero dandome más y más vueltas no pude encontrarla y terminé muy cansado, sentado sobre un barril de tubérculos comestibles que llamaban patatas blancas. Nunca las había comido pues eran escasas... Me preguntaba si sabían a tierra cuando el ví a Henry.*

-Capitán, Henry, por casualidad no haz visto a Monique?

*Iba camino al castillo de popa a prisa, pues ya se nos acababa la luz de día y necesitábamos alejarnos de la isla lo máximo posible, pero aún había tripulantes en la playa. Iba a tocar las campanadas, como último recurso pues sería peligroso si es que había más barcos cerca.
Cuando escuché a Mario me voltee a verle. Ahora tenía peor aspecto que antes así que me acerque a él.*

-Sera mejor que vayas a descansar, Mario. No te ves nada bien.

*Insisti, está vez con seriedad.*

-Monique está buscando a los tripulantes que aún no han regresado. Volverá dentro de poco.
Ahora, ve a recostarse y toma mucha agua, que hay está vez suficiente.

-Aun está en la isla?
Pero casi anochece y será peligroso. Y si algo le ocurre.

*Me preocupé de inmediato, pues sabíamos los peligros de la isla. Además Henry tenía esa manía de enviar a Monique sola hacia el peligro siempre. No se porqué.
Ignoré su seriedad por completo. Aún me sentía bien y tenía fuerza, solo algo de sed y me dolía ligeramente la cabeza.*

-Que vamos a hacer? Quiénes faltan por regresar..

*Me levanté tomando el catalejo de Henry para acercarme a la borda y observar la playa. Había un par de hombres en la orilla junto a un bote, esperando. Pero Monique aún no regresaba del interior de la isla.*

-Así es.

*Contesté tranquilamente. No entendí la razón de su preocupación. Nunca se preocupaba así por nadie.
Porqué sería?... Me reí para mi palmandole el hombro.*

-Tranquilo, Marko. El Monique despues de todo, Monique... Ella es invencible

*Y ella podía hacer cualquier cosa. Sobrevivió a Dannia. No había nada que pudiera hacerle daño.*

*Finalmete emprendimos el camino de regreso al barco, ayude a remar esta vez porque sabia que habían estado trabajando en iry venir varias veces para llevar las provisiones que habíamos reunido.
Adriel y Aerith permanecían en silencio hasta que finalmente llegamos al barco subiendo uno a uno a la cubierta, esperaba que realmente hubiéramos sido todos*

-Hemos vuelto

*Notifique al ver cerca el sombrero de Henry pero sin notar aun mas presencias pues ayudaba a la chica a subir*

*A pesar de mis consejos Marko continuó preocupado y distraido. Yo aun tenia mucho que hacer asi que me ocupé en ello ya que ese pedazo de madera no me escuchaba por estar metido en sus cosas.
Me avisaron que el bote venia y entonces me acerque a la borda para ayudar a subir a Tetra.*

-Bienvenidos! Los estabamos esperando... sobre todo uno en especial.

*Le hice un gesto con las cejas hacia arriba y hacia abajo a Tetra, sonriendole con picardía. Marko estaba ahora en problemas y no podia dejar de reirme para mi.*

*Hablando con los tripulantes pude hacerme una idea general de lo que era esa isla.
Una isla desierta en medio de la nada y relativamente desconocida, fuera de las rutas de comercio habituales, no servia para nada mas sino el contrabando.
Algunos habian cumplido la cuota de comida con creces y hubo quienes incluso encontraron ron escondido en una caverna. Obviamente, si alguien llegaba a enterarse de aquel robo buscaría vengarse.
Yo, por otro lado, cuando Allen y henry insistieron en que tenia que bajar y descansar, podria haberles hecho caso. Sin embargo no iba a poer descansar adecuadamente sabiendo que Monique estaba en esa isla potencialmente peligrosa y llena de trampas, como habia oido decir.
Me quede en la cubierta cuando comenzó a oscurecer, esperando, sentado sobre una caja cubierta de tela y atada con cabos bien firmes.
Finalmente oi que el ultimo bote se acercaba y me levante, medio a traspies, para acercarme, pero fue suficiente para mi ver que Monique regresaba sana y salva, de modo que me quede a cierta distancia para no estorvar la ayuda que les brindaban al subir de nuevo a bordo.
Al parecer, nadie estaba herido lo cual era un alivio.*