Cubierta

*Había logrado dormir un par de horas, sin embargo al despertar otra vez aún era de noche. Estaba oscuro y las estrellas titilaban azules en el cielo despejado.
Era una noche fría al igual como estaba mi corazón de hielo que con todas mis fuerzas había intentado descongelar, pero era tan difícil como alcanzar con una mano esas estrellas en lo alto.
Aerith lo había logrado, un poco más que yo, lentamente. Con su actitud infantil que me sacaba de quicio, ella rompía el hielo de mi corazón a martillazos en vez de con calor humano. Pero lo hacía, y tenía mejor efecto que lo cuidadoso que era yo conmigo mismo. Porque no tenía calor interno para darmelo a mi mismo, necesitaba del de alguien más para calentarme, solo que no había nadie a mi lado con el calor suficiente para derretir ese hielo acumulado de tantos, tantos años.
De pronto escuché unos grititos apagados en la distancia y me levanté para curiosear.
No había nadie en la cubierta y era posible de que se tratara de un pajarraco en la isla graznando para encontrar pareja. Me divertía eso de las aves. Por lo general era el macho quien gritaba y se pavoneaba delante de las hembras. En el ser humano parecía ser todo lo contrario, pues era cosa de recorrer nada más el mercado de Isla Tortuga para encontrarse con una bandada de pajarracas todas coloridas tratando de llamar la atención...
Me asomé por la borda mirando distraído el mar, el horizonte oscuro, forzando los ojos para ver más allá de lo que la escasa luz de la luna me permitía, cuando el movimiento irregular del agua llamó mi atención.
e quede mirando, forzando la vista hasta que logré identificar a dos figuras humanas, y mi fina audición me permitió captar la voz de una fémina y un niño... o mas bien un hombre con la voz de un joven inmaduro, que jugueteaban en el agua y se acercaban tan intimamente. No quise seguir mirando pues las aventuras nocturnas de un par de idiotas no me interesaban en absoluto, así que me giré para volver a mi sitio. Lo hubiera hecho, en efecto, si no hubiese sido porque el oleaje me trajo con él un tono de voz que se me hizo familiar y me volví a mirar, solo por curiosidad, a las dos figuras en el agua, no muy lejos ya del barco.
En ese momento una frágil nube que tapaba la luna en el cielo se despejó, y el astro nocturno deslumbró con todo su esplendor sobre el agua.
Gracias a esa luz, identifiqué la cabellera rubia de Aerith y su voz que sonó entonces aún más clara para mi.
El hombre que la acompañaba, aunque no le conocía tanto, lo identifiqué de inmediato pues creí ver entonces, cuando ambos volvieron a sumergirse para regresar al barco a nado, que en sus ojos había un inusual destello de color escarlata.

Esta vez me volví indignado y molesto, sin querer comencé a pensar y a sacar conclusiónes basadas en lo que habían visto mis ojos. Pues era un hombre de hechos y no de fe, puesto que lo que veía para mi constituía un hecho que no podía ser excusado, esta vez Aerith no tenía excusa...
Por supuesto que no... había ocurrido antes con Giorgio, porqué no de nuevo con el capitán de este barco?
No se porqué me enfadaba tanto. Porque ella era libre de tener las aventuras que ella quisiera mientras no le impidiera cumplir con el trabajo que yo le asignaba. Porque ella y yo no teníamos una relación más que laboral el uno con el otro y porque ella demostraba despreciarme, sobre todo durante los últimos años.
No debería sentirme decepcionado, ni herido o traicionado mucho menos... Pero lo sentía.
Y con esa sensación oprimiendome el pecho es que presioné mis manos contra esa manta, que había considerado tan especial hace unos minutos, y la arranqué de sobre mi tirándola lejos para apartarme a un rincón de la cubierta.*

*Subimos sin problemas y sin ser vistos, por fortuna, o al menos es lo que creo entonces pues nadie nos intercepto en el camino. La ropa mojada no era un problema, pues podíamos reemplazarla sin mucho lío de entre toda la ropa que tenia en mi camarote.*

-Quieres ropa seca?
Te puedo prestar.

*Le ofreci a Aerith con una sonrisa inocente para luego estrujarme y asinno dejar tanto rastro de agua por la cubierta.*

*En cuanto subimos empece a exprimir mi ropa comonpude, pues era poca pero pegada al cuerpo no podía dejarla mas o menos aceptable asi que cuando escuche su ofrecimiento le sonreír asintiendo con la cabeza*

-Me seria de mucha ayuda

*Especialmente para dejar secar la mía y poder usarla en unas horas para bajar a la isla a conseguir las frutas *

-Bien, vamos a mi cámara. Allí tengo ropa para regodearse

*Le sonreía caminando hacia el camarote.
Jared estaría allí de seguro durmiendo tranquilamente, así que procuraría hacer mucho ruido para que no despertara.*

-Ha sido divertido.
Me hacia falta zambullirme un poco en el mar tranquilamente. De vez en cuando echo de menos lo frío y salado que es el agua.

-Eso es lo bueno o me quedaría tiritando de frio

*Dije con media sonrisa, siguiendo sus pasos para ir a donde el me guiaba*

-Ha sido divertido, mas aun con todo lo que aprendí

*Y seguramente buscaría la manera de poder practicarlo sin que nadie me vea*

*Camine de un lado a otro sobre el puente de mando vacio. Me pesaban los pies por la caminata dura e impaciente pero no podia menos que alarmarme y sentirme preocupado y a la vez molesto. Para que decir que el sueño se me habia esfumado por el resto de la noche a causa de todo este asunto.
Cuando oi sus voces en la cubierta mis pasos se detuvieron en seco, con la sangre helada como la briza de aquella noche y las manos empuñadas en el interior de los bolsillos de mi pantalón.
Hubiera querido ir y reprenderle, darle unas cuantas puñetadas a ese sujeto y bajarle los dientes.... pero mi cuerpo estaba helado. Al igual como los musculos de mi rostro paralizados por tanto golpe recibido en el pasado, mi cuerpo entero se quedo quieto y no queria moverse.
Lo unico que senti fue una dolorosa puñalada en el pecho, un dolor que me recorrio el torso y la espalda y que me hizo doler la garganta.
Claro que no era una puñalada fisica, sino un dolor ficticio y sin embargo hubiera preferido mil veces sentir el frio del hierro cortarme la carne a sentir ese dolor que no mataba, pero tampoco quería disminuir. Un dolor intenso que no habia sentido nunca antes, y no podia entender porque algo tan intangible y efimero como un sentimiento podia doler mas que el daño fisico.*

*Ya en cubierta me dispuse a buscar un lugar como había pedido henry, seguramente si la explimia bien y tendí adecuadamente antes del amanecer o con los primeros rayos que le diera a la ropa se secara y podría quitarla fácilmente.
Asi que camine por la cubierta hasta que finalmente encontré un espacio donde ponerla, asi que prenda por prenda empece a exprimirla y colgarla.
Sabia que no cantaba bien por eso había aprendido solo a tararear melodías mientras hacia los deberes en la clínica y en este momento no estaba tan lejos de esas rutinas*

*Antiguamente no era mi estilo eso de dejarme llevar por los sentimientos tontos. El tiempo pasaba junto con la gente y los hechos de la vida eran pasajeros, de modo que dejaba que corrieran las piedras bajo el puente y ni siquiera volteaba a verlas marcharse...
No era mi estilo deprimirme ni pensar demasiado en un asunto, pero desde hace un tiempo, no recuerdo desde cuando, las cosas me habían comenzado a afectar más de lo que hubiera querido.
Mi cabeza le daba vueltas a la actitud de Aerith. Sabía que ella no era de esa forma, pero no podía luchar con sentimentalismos contra la razón y los hechos. Por eso habia un conflicto en mi que no me permitía prestar atención*

*Deje exprimida la ropa lo mas que pude y tendida para que secara mas rápido, asi que ya era hora de volver a la cama que tenia en las literas pero en el camino me pico la nariz haciéndome estornudar y apenas me cubrí la boca y nariz con el brazo*

-Que solo sea un estornudo

*No quería que llegar a ser algo que me impidiera seguir ayudando con lo que me habían encargado. Cuando paso el picor empece a andar de nuevo a las literas*

*Tanto era mi ensimismamiento que me mantenía inmovil, pasando casi desapercibido para el resto y oculto como una sombra en un rincón de la cubierta. Sin embargo rpentinamente oí un sonido fuerte cerca de mi y me despavile, viendo a unos cuantos metros a Aerith.
Por supuesto, me tomo por sorpresa y apenas pude reaccionar. Me dieron ganas de decirle algo, sin embargo mi boca no profirió sonido alguno.
Me di cuenta de mis movimientos solo en el instante en que sentí mi mano sosteniendo la suya, en un instante.*

*Imaginaba a todo el mundo durmiendo a estas horas pobló que realmente me tomo por sorpresa toparme con Adriel en la cubierta después de que hubiera esperado que durmiera toda la noche, por eso fue que levante la mirada para encontrarme con la de él mientras sostenía mi mano, no supe que decirle pues sentí un estrujon en el pecho. Tanto tiempo había intentado acercarme a él y ahora parecía una persona completamente diferente*

-Adriel....

*Murmure manteniendo mi mirada en la de él como la mantenía en la mía*

*Aún podía escuchar una melodía en mi cabeza en ese momento, una melodía que me enceguecia la razón y sólo me llevaba a seguir mis propios deseos.
Pero escuche mi nombre y fruncí el ceño, pues de pronto esa fantasía y el coraje de seguir mis sueños se esfumó, y sólo vi a Aerith frente a mi con su mirada sobre la mía y sentí el calor de su mano en la mía. Baje la mirada para ver nuestras manos entrelazadas y mi corazón dió un salto.*

-...

*Me quedé helado por unos segundos, como si el tiempo se hubiera congelado.
Sus ojos estaban abiertos por la sorpresa de modo que podía perder mi mirada en ellos y dejarme arrastrar por esa sensacion de bienestar que me producía.
Sin saberlo, mi mente estaba siendo consumida por el hechizo de la sirena, tal como me había atrapado la primera vez, en esas playas de la isla.*

*Me quede mirando a Adriel con la clara confusión y sorpresa en el rostro, el había sido un hombre que no permitía la cercanía de nadie a menos que él tuviera la iniciativa, pero conmigo siempre se esmero en alejarme y solo tratarnos lo suficientemente cerca como el trabajo nos lo permitía.
Por eso era que en ese momento no entendía su actuar estando yo acostumbrada a sus malos modos de decir o pedir las cosas*

-Adriel...

*Volví a llamarlo para poder saber si solo estaba distraído o absorto en algún pensamiento lejos de aquí*

Oi la insistencia de esa voz y entonces, en el fondo de mi ser recorde cuanto odiaba que me presionaran tan repetidamente. Que me llamaran una y otra vez. Aun asi, reconoci esa voz y senti que se me mezclaban los sentimientos cuando cai en cuenta de que ella venia llamandome por mi nombre...
Por mi mente pasaron mil y una cosas en un par de segundos y asi como me senti de pronto arrebatado de mi, fue que senti que mis pies regresaban a la tierra firme y oi de nuevo el sonido del mar en vez de mis propios pensamientos.
Regrese a mis cabales, senti la mano de Aerith y de inmediato, con una sobre reaccion instantanea, la solte y me alejé de ella un paso hacia atras, lo que hizo que mis pies enredaran con un monton de cuerdas enrrolladas en el suelo.*

-Tu....

*Masculle intentando escifrar como es que habia llegado a esa situacion*

*Me quede quieta como había estado desde el momento en que Adriel se habla puesto frente a mi, aun le miraba sorprendida cuando pareció reaccionar finalmente a su actuar normal, pero solo baje mi mano después de que la soltara*

-Yo que?

*Pregunte mirándole curiosa pues esta bezares no había hecho nada par acercarme a él, sino que había sido lo contrario y de una manera extraña*

-Te encuentras bien?

*La analice con la mirada, sin una expresión en especial sino simplemente como si viera el aire frente a mi*

-Estas mojada... Que...?

*Iba a preguntar qué era lo que le habia pasado, pero parecía que el recuerdo de lo que ví regresaba de golpe y mi expresión se retorció al igual que mis tripas...
Negué con la cabeza. No, no me sentía bien en absoluto.*

-Solo nade un poco

*Le respondí sin más explicaciones y le mire preocupada*

-Traeré un poco de agua

*Dije antes de acelerarse a ir a la cocina a conseguirle un poco de agua para que tomara*

*Si, claro... nadar un poco. Le hubiera creido por la desfachates de mentirme a la cara aun con esa expresion tan inocente que tenia, si no fuera porque la habia visto.
No pude evitar reirme, aunque esa risa estuvo lejos de ser divertida o nada por el estilo, pues estaba cansado y, aun cuando no lo reconociera, me sentia decepcionado de ella.
Era claro para mi ahora que ella estaba acostumbrada a mentirme. Dde no ser asi me habria dicho toda la verdad de inmediato.
Volvi a negar con la cabeza*

-No necesito agua...

*Le dije mientras ella se apresuraba a marcharse. Lo que necesitaba ella no podia entregarmelo, eso ya lo entendia desde hace mucho tiempo.*

-Seguro que si

*Le dije corriendo a la cocina y consiguiendo un vaso de agua para llevárselo y que tocara un poco, asi que volví lo mas rápido y cuidadosa posible para no tirar el agua*

-Supongo que tu mareo no te deja descansar

*Dije ofreciéndole el vaso para que lo tomara, esperaría a ver si podía ayudarle en algo mas*

*Estaba esperando a que no regresara, pero si lo hizo y me senti aun mas presionado cuando me ofrecio el vaso con agua. Solo lo mire de reojo y le rechacé.*

-Mas que el mareo, son los idiotas a los que se les ocurre hacer escandalo y nadar a mitad de la noche como si fueran dos adolescentes incorregibles.

*Masculle con molestia.*

*Recogí los brazos al ver que me rechazaba el agua y le mire fijamente hasta que menciono lo de las personas nadando y supe porque estaba molesto como siempre conmigo, aunque me preocupe de que me hubiera visto como sirena*

-Oh! Lo lamento, Henry me invito a nadar un poco porque al igual que yo, tenia mucho tiempo sin disfrutar un poco el mar sin preocupaciones

*Dije con sinceridad aunque omitiendo lo que quería que aprendiera. Pero eso él no tenía por que saberlo ahora, aunque sabia que en algún momento serlo tendría que explicar*

*Sin mirarla siquiera frunci el ceño. Sabia que me estaba mintiendo o me ocultaba cosas. La conocia lo suficiente para darme cuenta.*

-Ah si?... No sabia que te gustara disfrutar "el mar" de esa forma. Pense que ni siquiera te gustaba pues nunca te acercas ni a la orilla...

*Lo sabia de ella, que ni siquiera metia los pies en el agua cuando caminaba conmigo por la playa. Nunca me dijo que no le guñstara, pero tampoco que si. Nunca la habia visto nadar, siq0uiera meter los pies en el agua de la orilla.*

-No me sorprende. Te atraen los hombres ricos, ya lo habia notado. Si quieres salir con ese sujeto no tienes porque ocultarmelo e inventar cosas que ni tu te las crees.

*Frunci el ceño consternada a su comentario*

-De que forma?
Además hay una razón por la que no entro al mar de dia

*Cuestione, aunque también quería explicarle porque no caminaba cerca del agua y menos con gente presente.
Al escucharlo me reí por lo bajo y negué con la cabeza, no entendía que bicho se le habia metido ahora*

-Salir con Henry? Yo no quiero salir con él, no invento cosas pero tu no crees lo que digo y no seria la primera vez que piensas lo peor de mi

*Deje de reírme y di un suspiro*

-Piensa lo que mas te convenga si eso te hace feliz

*No iba a discutir ni a ponerme a explicarle lo que no me iba a creer, ya había vivido eso y parecía que en realidad no me conocía después de tantos años*

-Y porque nunca me lo dijiste entonces, yo como un idiota tratando de pasar tiempo contigo creyendo que te gustaria pasar una tarde en la playa y ni siquiera parecias disfrutarlo, y ahora aparece un tipo cualquiera y te vas sin reparos a "disfrutar" el mar con el.

*Solte sin ya mas reparos pues me ofendia demasiado, estaba tqn molesto que ya ni siquiera pensaba razonalmente lo que estaba diciendo.
El color me subio al rostor al oirla, pero no de vergüenza sino de coraje. Quien se creia ella que era para venir y juzgarme de ese modo, como si me conociera tan bien para poder adivinar hasta lo que pensaba, lo que sentia e incluso la forma en la que reaccionaria. Cuando ni siquiera hablaba conmigo para conocerme mas que durante el trabajo, cuando preferia salir con otra gente en vez de quedarse conmigo. Cuando me dejaba solo todo el tiempo y aun mas cuando necesitaba de ella.*

-Si, ya ves cómo estoy de feliz por esto, idiota!

*Di un puñetazo a la madera de sobreborda y la enorme tabla crujió en toda su extension, como si se resquebrajara por dentro. Y ella se iba, como siempre, sin tratar siquiera de arreglar las cosas. Huia como una cobarde sin enfrentar lo que ella misma provocaba. Pues si, lamculpaba a ella de estas sensaciones desagradables, porque antes de conocerla a ella jamas las senti...*

-Porque eres una persona que parece molestarse al tener que escuchar la vida de los demás,  y no es fácil decirle a alguien... disfruto mucho los paseos contigo pero sabes? No puedo entrar al agua por un don que me hace caminar por el agua

*Le dije sin molestia pero haciéndole notar lo poco creible que sonaría al decírselo a alguien*

-Entonces que quieres?  busque por años la manera de que fuerza feliz, me dijiste de las peores cosas y seguí a tu lado, si estoy aquí te enojas sino lo estoy también

*Y por mas años que convivieramos mas parecíamos desconocidos que solo se toleraban por trabajo*

-No he entendido porque siempre soy el problema,  no se lo que quieres o que esperas de mi?

*Seguramente que me fuera como siempre o que dejara de ser una idiota según él, quizá simplemente que desapareciera y lo dejara tranquilo*