Cubierta

-De acuerdo solo quería ayudarte

*Pero yo ya sabia que era terco y aun asi insistía, no se me quitaba la costumbre o quizá no perdía la esperanza de serle útil de verdad.
Tome la jarra de regreso y empece a mojar un paño para enseguida ponérselo en la frente*

-Ya esta, te dejo todo a la mano

*No me iba a ir pero si el podía solo no tenía porque estar haciendo yo las cosas, especialmente si se los iba a tomar a mal*

-Bfff... que pesada.

*No se lo había dicho de mala manera y aunque así hubiese sido, ella sabía ue me molestaba cuando me trataban como si fuera estupido.
Sabía que por fiebre de sol podía llegar a morirme si no me cuidaba, y que seria molesto hasta el último momento.
Y que va... si me moría por esto, que? No me traía cuidado y por eso actuaba irresponsablemente conmigo mismo cuando me sentía enfermo. Morirse era mas rápido que esperar a mejorar.
Luego de beber varias veces volví a recostarme a descansar.*

-Mas pesado eres tu y no te digo nada

*Siempre de arrogante,  orgulloso,  engreído,  mal humorado, desconfiado y ubica sin fin de cosas que podían seguir describiendolo pero no era para que le estuviera diciendo cosas.
Siempre se descuidada y me regañaba si intentaba ayudarlo, pero siempre estaba de tonta aqui esperando a que me dejara hacer algo por el y no era mas que una perdida constante de tiempo jamás apreciaba nada que hiciera por él a menos que fuera trabajo.
Di un suspiro y me acomode como siempre tomando mi distancia de él,  sentada en el suelo recogí mis piernas y las abrace usando las rodillas de apoyo para mi cabeza*

*Fruncí la boca pero ya no dije nada más. Al poco rato me sentí capaz de quedarme dormido, sin embargo la presión en mi cabeza me lo impedía y aún estando despierto no podia pensar en nada con claridad.*

*Mire a Adriel de reojo y note el paño seco así que me móvil despacio para retirarlo y volverlo a humedecer en el agua para ponérselo fresco de nuevo y aunque a él no le interesa cuidarse al menos yo tenia que intentarlo a pesar de sus malos modos.
Asi que me volví a acomodar solo con la distancia adecuada para alcanzar a quitar y poner de nuevo el pañuelo en su frente*

*Estaba sumido en mi nada cuando sentí un sospechoso movimiento cerca de mi que me puso en alerta y abrí los ojos poco antes de sentir un paño frío sobre mi cabeza.
Pude notar el cabello claro de Aerith que al acercarse ella, rozaba mis rodillas por lo largo que lo usaba y la mire con los ojos entrecerrados sin decir nada hasta que retrocedió a su sitio.*

-pierdes el tiempo.

*Murmuré sólo lo suficientemente fuerte como para que me escuchara*

-Sabes que por muy mal que me sienta no me afecta. Y aún si muero, no moriré realmente. Para que preocuparte.

*Le hice saber. Quizás ella no ze había dado cuenta aún de mi naturaleza... seguía tratándome como una persona común y corriente cuando yo no lo era. Como si preocuparse por mi salud me volviera mas humano y enmendara el hecho de que era por ella que estaba en esta condición.
Muchas veces había intentado dejar de culparla por haberme dado de comer esa estúpida carne, pero cada vez que sentía estas molestias o cuando sufría, a punto de morir, no podía evitar maldecir la idea que se le pasó por la mente y el puto día en que me convertí en un infra humano inmortal.
Aún hora, cuando mi cuerpo era capaz de soportar esta fiebre sin perder el conocimiento, la maldecía a ella y su cabeza de chorlito... aún cuando nunca se lo había dicho a ella.*

*La verdad me sorprendio que me hablara pues generalmente aunque no le gustara no decía nada muchas veces aun asi no iba a dejar de ayudarle. Lo escuche e tranquila hasta que termino y solo me le quede mirando un par de minutos*

-Y aun asi prefieres morir y revivir?

*Le cuestione curiosa y mirándole fijamente*

-Se que si por ti fuera ya habrías muerto y lamento de verdad haber evitado cumplir tu deseo.

*Siempre tenia que disculparme porque a final de cuentas había sido mi culpa que terminara así*

-Yo al menos no me resigno a que puedes llevar una vida medianamente normal sin estar sufriendo eso de morir y vivir, asi como has aprendido a llevarla acostumbrado a ser un desconfiado y repudiar la cercanía de la gente

*Yo al menos seguía viéndolo como lo que era una persona que podría seguir viviendo y llevando a cabo su trabajo que tanto ama sin miedo a dejar a medias algo*

-Supongo que si lo que deseas es verdaderamente morir se lo podrías pedir a Henry el sabe como acabar con la maldición que yo tontamente puse en ti

-No es como si prefiriera algo de esto. A nadie le gusta morir.

*Sólo que no quería que ella se tomará molestias por mi. No me era indiferente y, es más, yo sabía que a ella no le agradaba estar cerca de mi. A quien le gustaba después de todo? No sabía tratar con la gente y tampoco me importaba. Si llevar una vida solitaria era parte de mi destino, me daba igual. Sobreviviría tuviera o no a alguien a mi lado.*

-Te equivocas.

*Murmuré cerrando los ojos y simplemente la ignoré a continuación.
Odiaba cuando se ponía a parlotear como una cotorra, haciendo como si me conociera cuando en realidad no le acertaba a ni una siquiera. Fingía que yo le importaba, cuando no lo demostraba en absoluto y ni siquiera me dignaba nombrándome. Si, no era mi nombre real, pues esa vida con mi antiguo nombre la había cambiado por esta, porque mis manos ya no estaban dispuestas a hacer más año a nadie sino a sanar a la gente. Pero para ella yo solo era el médico, un desconocido para el cual ella trabajaba.*

-Tsk... ya... como digas...

*No estaba con ganas de enfrascarme en una conversación nutil con una piedra para sacarla de su error ni de discutirle. Hace tiempo ya que me había rendido con ella para explicarle las cosas, porque no me escuchaba.*

-Si sólo te callaras un poco la boca serias capaz de darte cuenta de muchas cosas. *Murmuré para ya no decir nada más. Yo no quería morir. No era mi deseo, al menos no ahora.
Yo solo quería sentirme normal...*

-Y aunque no te guste prefieres morir

*solo dejaba que las cosas pasaran en lugar de hacer algo*

-Nunca se puede hablar siempre estas a la defensiva

*Le acuse, siempre era igual que le decía algo me hacia callar o solamente ne ignoraba por eso siempre prefería estar lejos y evitar discutir con el de las mínimas cosas*

-Porque? Porque simplemente te molesta que te diga las cosas

*Le pregunte ahora si con molestia no entendí porque se ponía en ese plan, si estaba enfermo o sano de igual manera siempre era lo mismo*

-No...

*a pesar de mi deseo de quedarme callado y dejarla hablar como quisiera, no podía resistirme a explicarle las cosas.
Odiaba dar explicaciones, pero parecía que con ella no podía evitarlo.
Recordaba como le había enseñado a leer, como le explicaba todo con toda la paciencia del mundo para que aprendiera a hacer bien las cosas, para que cuando ya no trabajara para mi, pudiera ganarse la vida como asistente competente de cualquier otro médico... aunque solo pensar en que ese día iba a llegar me molestaba mucho. No quería dejar de trabajar con ella, por mucho que fuera su decisión.*

-Te digo que te equivocas.
Y deja de hacer preguntas y responderlas tu misma. Eso me da la razón n que jamás sabes callarte la boca.

*Me senté de nuevo, por mucho que ese movimiento me hiciera marear, pronto recobre el equilibrio.*

-Hablas como si me conocieras. Como si supieras lo que estoy pensando.
Eso me molesta.

-Entonces?

*Yo queria saber las cosas no solo quedarme con la duda como siempre que él no me explicaba las cosas y siempre tenia que quedarme con la duda, me mordí el labio inferior al escucharle y frunci el ceño, siempre me hacia sentir tonta*

-Al contrario, no te conozco a pesar de estar diez años contigo, no me has dado esa oportunidad por lo desconfiado que eres y la repulsión que me tienes

*Porque eso era lo que tenia una repulsión hacia mi y mi cercanía, aquella que solo estaba permitida por trabajo*

-A ti todo te molesta, por eso no se te puede decir nada o hablar contigo

*Le declare con firmeza y manteniéndose firme a lo que decía o pensaba*

-Ya te lo dije. No me afecta el dolor y no voy a morir. Si quieres cuidar de alguien mejor ve con quien lo aproveche.

*Qué mas explicación quería? Que le contara mi vida? Pues no, no iba a hacer eso. No era lógico cuidar usar su tiempo y habilidad para cuidar de alguien que no iba a morir, pues había muchos más a bordo que necesitaban de sus conocimientos para realmente no morir.
Fruncí el ceño y respire profundamente.*

-Si te importara ya me conocerías bastante, pero siempre estás haciéndote a víctima en todo y no te importa nadie más ue tú misma.

*Cada vez que abría la boca lograba molestarme más, pues aunque ella me trataba a mi de testarudo la que más lo era es ella.
Cerré los ojos frotándome las sienes lentamente y volví a respirar profundo.*

-Es probable, aunque es algo que sólo me ocurre contigo cuando te pones a parlotear creyéndote que sabes cómo funciona el mundo, cuando no es así.

-Aunque no te afecte necesitas atención pero no la quieres

*Declare con sinceridad porque eso era en verdad lo que creía que le pasaba*

-Si solo me importara yo misma no estaría aqui intentando ayudarte o al menos saber porque soy una molestia de la que no te has deshecho

*Quizá yo era la que insistía en quedarme pero el no había dicho que me fuera o algo por el estilo*

-No lo se todo, jamás he hablado con la intención de saberlo todo

-Y porque insistes entonces, eh? Sólo para molestar...

*hice lo mismo que ella, poniendo intenciones falsas sobre su actuar. Sabía que no quería molestar, más bien era yo quien no quería molestarla a ella y que tuviera que estar en este sitio desagradable por quedarse cuidándome.*

-Pues no siento que ayudes mucho a aliviar mi molestia si sigues reclamando así.
Y no, no sabes nada porque no sabes escuchar o no quieres entender. Pero sabes? Ya no me importa.
Trato de explicarte algo y lo único que haces es tratar de que te eche. Si tanto quieres irte, esta bien, haz lo que quieras.

*Sólo que se quedara callada. Y claro, se aprovechaba de mi malestar porque sabía que no podía contestarle como de costumbre y le daría una razon mas para decir que la trataba de lo peor y yo que se.
Siempre de quejona... me tenía harto.*

-De verdad solo me vez como una molestia?

*Cuestione con seriedad, la verdad lo creía desde siempre pero solo pensaba que era a causa de su carácter, muchas veces me había alejado de cuidarlo o simplemente darle una atención, igual que ahora a pesar de que continuaba solo queriendo ayudarle*

-Bien

*Murmure con la voz quebrada pues realmente me dolía que me dijera esas cosas, aun asi solo me mordí el labio para contener el llanto y solo me quede en silencio acomodándome de nuevo con las piernas dobladas y abrazadas, pero está vez escondiendo mi rostro entre mis piernas, esperando poder contener las lagrimas *

-Contestate sola como siempre haces. O es que ahora sí te importa lo que yo creía de.verdad?

*Le di la espalda cuando ella se amurró. Se buscqba sola que la regañaran y luego se hacía a victima. Esa actitud de mocosa la tenia pegada desde siempre y no tenía caso de hacerla cambiar. No escuchaba. Como su fuera tonta o algo así, se centraba en ofenderse por todo lo que le decía en vez de creer en mí y demostrar que confiaba en lo que le estaba pidiendo.
Había mucho trabajo que hacer y ella no lo hacía por quedarse conmigo, alguien que ni siquiera corria peligro vital.
Así que me levanté, maldiciendo en voz alta y todo por cuanto significaba estar a bordo de un barco.*

-Bien... como le plazca a la señorita.

*Me coloque bien la camisa despues de mojarla un poco y apoyándome sobre la regala de la borda salí al sol para caminar a la cámara del capitán. Allí había un niño que necesitaba una punzacion simple.
No había alcanzado a estar ni una hora tranquilo, todo por la tonta negativa de Aerith a cumplir su labor de ayudante y hacer el trabajo pendiente.
Si ella no lo hacía para que yo pudiera descansar tranquilo, por estar de ofendida, entonces yo tendría que hacerlo, aunque me partiera la cabeza, porque no podía quedarme quieto sabiendo que había gente al alcance de mi mano que estaba padeciendo un dolor que sólo yo podía quitarles. Además, prefería eso a quedarme al lado de una quejona malcriada que no sabía nada de prioridades.*

*Ya no le voltee a ver ni le respondí ya que no le importaba lo que tuviera que decirle y siempre era lo mismo al final era él el que terminaba huyendo pero no iba a detenerlo, pues era aun peor su humor cuando lo hacia.
Me quede ahí sentada esperando nada pues no iba a pasar nada y no había necesidad de buscar hacer algo que seguramente no me saldría bien como decía Adriel.

*No me novia de donde estaba y no supe cuanto tiempo paso pues termine quedándome dormida, llego un momento en que solo me desperté por la fuerte sensación de calor en mi cuerpo el sol ya había llegado a donde estaba y quemaba así que fue que me levante para quitarme de ese calor*

*Estaba coordinando las labores en la cubierta de me quedé un tiempo junto al timón en el castillo de popa, desde donde podía apreciar todo lo que ocurría en bajo nivel hasta la proa.
Pude ver a Alexandriel salir de mi cámara y bajar por la escotilla. Poco después salió de nuevo a cubierta con la sirena y fue evidente para mi aquello de su malestar.
Le hubiera ofrecido mi camarote para que se aliviará si no hubiese sido que estaba ocupado con mis cartas de navegación.
En cuanto tuviera un tiempo, me dije, iría a preguntar cómo estaban los dos.
Pero cuando el momento aquel llegó sólo vi a Aerith andar sola por la cubierta y, esperando a que se acercara, le silvé para llamar su atención y le hice unas señas para que subiera al puente.*

*Pensé en ir a donde Adriel pero no había necesidad de ir a buscar problemas de nuevo así que pensé en ir a las literas al menos allá no estaría para regalarme a menos que fue y lo dudaba mucho.
Encamine mis pasos hasta que escuche un silbido y levante la morada para buscarlo hasta que di con las señas de Henry así que desvié mi camino hacia donde el estaba*

-Ocurre algo?

*Pregunte curiosa mirando el lugar donde revisaba sus cosas*

*Mientras ella subía las escaleras, yo medía las distancias en el mapa y calculaba cuanto tiempo de viaje nos quedaba pues la tripulación staba cada vez más arruinada y vi la posibilidad de detenernos en una isla antes de llegar a Dominica. Podíamos recoger medicinas, recolectar agua dulce y fresca y además cazar algún animal para comerlo.*

-Hola Aerith! Dormiste bien anoche?

*No habíamos tenido oportunidad de conversar hoy tranquilamente.*

-Por cierto. Lo haz hecho estupendamente hace un rato ^^
Aprendes de prisa. Eso es bueno

*Me sorprendía la livianes con la que trataba a otros la verdad no era como estar en la clínica ahí solo estaba el constante nerviosismo de Robbin y la seriedad de Adriel, con las que lidie era una costumbre y una actitud diferente era extraña. Respondí su saludo con un ademan de la mano porque no era como que ahora estuviera yo de humor, pero tampoco para ser grosera como siempre lo era Adriel*

-Muy bien, gracias

*Respondí mirando lo que revisaba, unos mapas aunque no los entendía sabia que servían para guiar a los marineros como decían los libros*

-Fue gracias a ti que pude hacerlo por eso lamento el alboroto, pero también agradezco que me ayudes a entender

*Reí livianamente.*

-Deberia de ser gracias también a otras personas a tu al rededor. No soy el único que quiere ayudarte ^^

*sobre todo porque los hombres en la tripulación estaban muy atentos a sus necesidades, incluso sin estar bajo un hechizo, pues tener a una mujer tan linda y femenina a bordo era toda una novedad.*

-Como va tu herida?

*Pregunté de pronto, recordándolo como un relámpago. *

*Me sonreír levemente y asentir con la cabeza*

-Son buenos pero sigue siendo incomodo, con tanto tiempo en la clínica sin personas así no me acostumbro a tanta atencion

*Si, la única atención que recibi fue médicamente y después solo para evaluar mi desempeño y mejorar el trabajo que hacia, de ahora en más las atenciones las tenía que llevar a cabo yo hacia los demás*

-No molesta, quizá ya sano pero no la he revisado

*No quería que si se daban cuenta los médicos me fueran a regañar por quitarme el venadaje*

-Bueno, nunca es tarde para acostumbrarse a las cosas buenas.

*Y claro. Si no había tenido oportunidad de que la atendieran antes, ahora podía aprovecharlo. En ese momento vino otro de los muchachos y trajo, casi escondido a sus espaldas, un sombrero, y se lo entregó a Aerith con unas tímidas palabras que no alcancé a escuchar. Aún así me sonreí divertido.*

-Deberias hacer que te la revisara alguno de los dos. No estoy seguro de si Marko se sienta ya mejor. Tuvo una crisis de nervios según lo que me dijeron y se sentía indispuesto hasta donde se. Pero tu compañero podría hacerte el favor.

*Dejé las cartas, mi compás y el sextante sobre la mesa y me acerqué a ella, colocándole el sombrero regalado sobre su cabeza.*

-Pero si quieres saber un secreto, la mejor forma de sanar tus heridas es sumergiéndose en el mar unos minutos, dependiendo de la gravedad de tus lesiones.

*Mi voz se volvió un murmullo sólo para ella y le sonreí ampliamente llevándola a mirar por encima de la regala, la gigante extensión del mar delante de nosotros, que parecía no tener fin.*