Cocina y Comedor

*Le Sonreí cuando pareció entender que no hablaría de Henry y menos en un lugar así, terminamos comiendo en silencio un rato, no me molestaba pues me era costumbre así que al escucharle le mire de nuevo*

-Yo? Bueno creo que no mucho, solo soy mas responsable, uno no puede decir mucho de si mismo pues nos creemos igual que siempre

*Al menos yo me sentía igual que cuando era mas joven nada diferente en realidad*

-Bueno, en pocos años uno no cambia mucho. Lo que más cambia es el mundo al rededor 

*Hace diez años, antes de la  revolución, el mundo era más simple.
Con todos los inventos, las armas y artefactos nuevos, en vez de unificar al mundo lo ha separado todavía más. Los ricos, como siempre, viven más cómodamente mientras que los pobres continúan muriendo de hambre, y aún peor que antes pues la necesidad de obreros ha disminuido mucho dejando a muchas familias sin salario. Se ven obligados a robar, son asesinados, mujeres viudas, niños huérfanos por montón.*

- Hace diez años ... Yo aún estaba en Londres, intentando pasar mis exámenes de practicante.
Debo admitir que no me fue muy bien la primera vez así que tuve que repetir al año siguiente.

-Si acaso lo unico que cambiamos es para adaptarnos al exterior en el que vivimos

*Yo habia tenido que acostumbrarme al contrabando de armas, era eso o estar en alguna taberna atendiendo borrachos, pero siempre me habia gustado el mar y estar en el aunque fuera en mi profesion no estaba mal*

-Debe ser muy interesante haber estudiado

*Por un par de segundos me quedé con la cuchara a medio camino desde el plato hacia mi boca cuando la oí. Y es que recordé lo que me había dicho antes, durante los primeros días de haberla conocido... eso de que había tenido suerte de haber nacido en una familia con dinero y que me permitió estudiar algo... que el resto de las personas comunes no corrían con tanta suerte.
Me sonreí negando ligeramente con la cabeza, en silencio.
En ese entonces yo no la conocía a ella, ni ella a mi. Yo di mi opinión sobre las armas y, como ella las comercializa, se sintió terriblemente ofendida.*

-Lo fue y, a decir verdad es que si... tuve mucha suerte de haber podido educarme a pesar de las circunstancias de mi vida durante aquellos años.

*Me llevé la cuchara a la boca entonces para comer*

-Muy pocas personas corren con suerte a través de los años sin importar las circunstancias

*Yo habia sobrevivido a una muerte segura y no recordaba ni como es que habia llegado a pasar, pero estaba ahí y gracias a eso habia logrado conocer mucha gente buena y que me ayudaba mucho.
Comí un par de cucharadas mas antes de terminar mi plato de comida habia estado pasable y al menos mataría el hambre*

*Me encogí sobre mi mismo, agachando ligeramente la cabeza.
Era ciertamente vergonzoso cuando a uno le decían que había tenido tanta suerte en la vida, cuando en realidad no había sido así.
Solo había sido un impulso del destino. Yo simplemente lo tomé entre mis manos y me esforcé por no dejar escapar esa oportunidad.
Me di cuenta de que Monique acababa su merienda cuando yo apenas iba a la mitad de mi plato. Comía bastante más lento que lo normal para aprovechar el tiempo con ella... Al parecer ella no pensaba del mismo modo que yo.*

-Disculpa. Me demoré más de la cuenta por estar hablando.

*Me disculpé, dandome por vencido a poder conversar.
A fin de cuentas ella no quería decirme nada aquí, a pesar de que en el comedor estabamos casi solos, si no fuera por el cocinero y un par más de comensales en el otro extremo de la mesa.*

-Espérame un momento que ya acabo y luego vamos abajo a las literas.

*Empece a limpiar mi lado de la mesa para poder dejar lo mas limpio posible, pero escuche a Marko y le mire curiosa antes de negar con la cabeza*

-No te preoupes, me gusta hablar contigo.
Pero no soy de las personas que suela comer despacio

*Siempre habia sido asi, tenia la costumbre de comer rapido para poder seguir con mis trabajos y no estar con pendientes o reproches*

-No te aceleres no quiero que vayas a ahogarte

*Y menos junto a mi, porque aunque supiera curar una herida no era lo mismo que salvar una vida*

*No pretendía atorarme, pero después de oírla decir que le gustaba hablar conmigo no pude evitarlo y justo cuando ella acababa de decir que no fuera a ahogarme, comencé a toser pues sentí que la sopa se me iba por el camino equivocado esta vez, llevé una mano a mi boca cubriéndome también la nariz y alargué mi mano para tomar un pañuelo.
Me atoré, pero no de la forma letal sino de la forma vergonzosa, pues acabé expulsando parte de la sopa que había tragado nada menos que por la nariz.
Por suerte tomé el pañuelo a tiempo y no derramé nada sobre la mesa.*

*Esperaria tranquila a que acabara, asi que habia tomado la cuchara para jugar con ella pero en eso el empezo a tocer y me hizo levantar preocupada*

-Marko, vamos no hagas eso

*Le pedi preocupada sin saber que hacer, solo rodee la mesa para colocar mis manos en sus hombros*

-Toma agua, si es has

*Le dije cuando empezo a calmarse un poco para mi fortuna*

*Las contracciónes eran completamente involuntarias y no pude detenerlas hasta que acabaron por si solas.
Quedé con un dolor ardiente en la laringe aunque tomar un poco del agua que Monique me ofreció si funcionaba como alivio.*

-Disculpe... que la preocupara.

*No podía dejar de disculparme, menos con ella pues justo me estaba diciendo que tuviera cuidado cuando de pronto ya me atoré.*

-Ten mas cuidado

*Le pedi dando un suspiro cuando finalmente ya habia podido hablar y estaba completamente bien sin estar en peligro*

-Anda has todo tranquilo

*Le dije volviendo a mi lugar en la mesa para verle fijamente hasta estar completamente segura que estaria bien*

*Asentí ligeramente con la cabeza, realmente avergonzado de lo que habia ocurrido pues había sido tan tonto de no darme cuenta sin tener cuidado.*

-Si, lo haré.

*Después de todo me quedaba muy poca comida y dudaba que volviera a ocurrir, pues prestaría mayor atención ahora  y  no iba a permitir que Monique me sorprendiera tanto con sus comentarios.*

-Es bueno escucharlo, al menos haslo esta vez despacio

*Le pedi dando un suspiro agradecida de que no me fuera a dar otro susto como ese o de verdad me iba a poner de nervios*

-Porque no se lidiar con estas situaciones

*Murmure con tranquilidad, pero era mejor ser sincera en ese sentido, yo no iba a poder ayudarle*

*Continué comiendo en silencio. 
Parecía que guardando silencio era mejor para mi. Cada vez que abría la boca decía o hacía algo inpropio y no quería arruinar de nuevo nada.
Así que simplemente continué comiendo callado a pesar de mis ganas tremendas de preguntarle cosas a Monique... Aunque seguro que ella no querría hablar de nada personal conmigo.
Era hora ya de aceptarlo.
Yo solo era el médico a bordo. Nadie me consideraba como su amigo.*

*Me sonrei cuando el continuo comiendo y yo miraba de cuando en cuando a los alrededores, pero luego recorde y mire a Marko*

-Por cierto, siempre preguntas sobre mi y Henry, pero que hay de ti?

*No le contestaba no porque no quisiera pero preferia estar en un lugar donde nadie mas pudiera escuchar y tener alguna informacion para dañar a mis amigos, pero si recordaria para contestarselas mas tarde*

*Cabizbajo, a partir de entonces me concentre en mi comida y gracias a ello fui capaz de bajar el plato casi hasta el fondo antes de oír a Monique hablarme de nuevo.
Levante la mirada y sonreí de medio lado, limpiándole la boca con una servilleta.*

-A diferencia de ustedes dos no hay en mi nada de misterioso que sea interesante saber ^^

*contesté levantando la cuchara nuevamente para terminar mi sopa.*

-Soy simplemente un médico cualquiera a bordo de un barco mercante cualquiera.-

-No tiene que ser misterioso o interesante para que me interese saberlo

*Le conteste sonriendo tranquila, si ibamos a estar aqui hasta que terminara minimo hablar de algo que no fuera yo*

-Pero igual que Henry y yo, hace años que no estabas en esta vida, que hacías?

-Antes de esta vida?

*No se si se refería a mi empleo como médico de barco o mis condiciónes actuales.
De todos modos, si quería contarle algo me imaginé que solo podría entenderlo si conocía la historia desde el comienzo.*

-Bueno... antes de obtener educación no era prácticamente nadie.
Nadie al menos para el resto de las personas porque tenía una madre y un padre que me cuidaban muy bien a pesar de los problemas... Y si que eran problemas *Me reí algo nostálgico por recordarlo.
Comencé a contarle la historia de mi juventud.
Vivíamos en un sector conflictivo entre dos países europeos. Teníamos que soportar constantemente el hostigamiento de soldados de ambos lados, vivir bajo sus condiciónes, bajo amenazas... Reclutaban a todos los varones desde los quince años y si no, los del otro bando los secuestraban para sus líneas de ataque. De esa forma perdí a mis cuatro hermanos mayores y a mi padre, al final, cuando la guerra de verdad comenzó.
Mi madre, yo y mis hermanas tuvimos que escapar de las líneas de fuego, dejando nuestro hogar y luego ellas murieron, una tras otra, por un brote de tuberculosis que afectó a toda la población del pueblo a donde nos mudamos.
A pesar de la historia, mi rostro no perdió una ligera sonrisa mientras lo narraba, y es que esa era historia pasada y aunque me seguía entristeciendo mucho, no era por mi mismo sino por toda la gente que yo sabía que continuaba viviendo esa clase de miserias por todo el mundo. Que mis esfuerzos no eran suficientes para cambiar ni un solo designio del destino de todos ellos.*

-Y luego... luego llegó a mi vida un buen día esa suerte que usted dice que tuve.
Ese pequeño impulso del destino, y la intuición que me susurró en el oído que siguiera ese camino.

-Ves como si tenias algo interesante que contar

*Le dije acusadora pero sonriendole ampliamente, el no tenia secretos, mi vida tampoco pero mi relacion con Henry estaba llena de ellos y mientras no fueran mios no podia contarselos a cualquiera libremente*

-Que bueno que tuviste esa oportunidad, te hizo un mejor hombre

-Te... Te parece interesante?

*No pude evitar sonrojarse un poco y baje la mirada, pero entre conversación y relato mi plato había acabado vacío al fin.*

-Bueno... Si usted lo dice ^^

-Por supuesto, inclusive es mejor que la de una huerfana

*Si yo era huerfana desde hace años, por so habia entrado al barco de una bruja por la sola intencion de no quedarme donde mi padrastro solo queria sacar provecho de mi. Recordar eso me hizo pensar en esa vida un momento, el pasado habia sido duro pero no por eso me habia dejado vencer por nada*

-Claro que yo lo digo

-Una huérfana?

*Frunci ligeramente el ceño y me Sonreí de medio lado, juntando su plato con el mío para llevarlos donde el cocinero que lavaba los trastos.
No me sorprendia que ella fuera huérfana. Quien conservara a sus padres de mayor en estos días podía considerarse afortunado.*

-Muchas gracias, Pedro ^^

*Agradecí al hombre y volví con Monique, inclinando la cabeza para invitarla a venir conmigo.*

-Vamos abajo?

*Me sonreír al escucha su pregunta mirándolo ir a dejar las cosas que nos habían dado para comer. Luego volvió a donde estábamos y yo me puse de pie*

-Si vamos

*Me levante tranquila para empezar a salir del comedor*

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*Bajamos las escaleras sin dificultad cuando tomé la responsabilidad de separar a los muchachos en dos filas ordenadas para evitar accidentes y tropezones.*

-Somos gente civilizada, por favor.

*Comenté de buen humor lo cual destapó en ellos una ronda de bromas obscenas irrepetibles que me hicieron sentir incómodo a causa de la presencia de Monique, que me ayudaba a ordenarlos mientras avanzabamos por un costado del montón.*

-Despues de la comida todos tendrán una barra de jabón como postre... Santo cielo, por las almas inocentes, cállense esa boca!

*Unos cuantos zapes amables bastaron para que se dejarán de tonterías y por fin llegamos Monique y yo al mesón de Pedro, el cocinero.*

*Avanzar era un lio, l menos hasta que empezaron a llevar orden de salidas y entrada con ayuda de Marko, me sonreír por eso y solo le ayude un poco pues no era como si alguien me tomara enserio.*

-Si que se divierten

*Comente a Marko cuando finalmente llegamos hasta el fondo frente al meson para recibir los alimento. Para mi suerte no tenía que actuar diferente ante nadie y no me preocupaba, aunque no pude evitar las miradas por las floresque lllevaba conmigo, pero sin donde dejarlas tenia que llevarlas todo el tiempo*