Cocina y Comedor

*Recibí los platos de Pedro para irnos a sentar a un par de puestos vacíos.*

-No es divertido... Alguien debería enseñarles a esos niños a comportarse delante de una dama.

*Comenté dejando los platos antes de correr una silla para Monique*

*habria llevado mi propio plato pro marko se adelanto para tomarlo y llevarlo hasta la mesa donde nos acomodamos para comer, no estaba acostumbrada a las atenciones y senti que Marko tenia demasiadas conmigo, aunque no le dije nada porque no queria hacerlo sentir mal*

-Entiendes que solo eres tu el que cree o me considera una dama

*Le recorde con una media sonrisa, era algo normal a lo que estaba acostumbrada aunque era algo que a veces si era deprimente*

-Pues deberían aprender a tener el mínimo de respeto.

*Solo eran un montón de niños, la mayor parte no mucho mayores que el mismo Capitán, lo cual los hacía inmaduros y poco educados.
Enseñaba a leer y escribir a algunos de ellos, a quienes les interesaba, pero en su mayoría preferían vivir como salvajes, en vistas de su sentido de la libertad.*

-Entiendo que no lo creas de ti misma, pero eso no les da el derecho de perderte el respeto que mereces.

*Una cosa era que ella misma no se considerara digna de ese respeto, y otra distinta era que los demás fueran irrespetuosos, independientemente de la apariencia de Monique.*

*Me sonrei a sus palabras, le daba mucha importancia al respeto que mostraran un grupo de muchachos, que quiza solo me vieran como una compañera mas al no quejarme de sus modos de hablar. Y la verdad es que no me molestaban en lo mas minimo, deje el ramillete de flores junto a mi plato para que no se me fuera a olvidar o a perder*

-Me dejas sin palabras

*Y es que no tenia como contradecirle o simplemente dejar de darle importancia al asunto*

*Me senté una vez que ella se sentó también y sonreí ligeramente apenado.*

-Tal vez... No estoy exagerando, verdad?

*Ella siempre decía que yo exageraba las cosas, desde un simple cumplido hasta las ofensas de otros. Incluso mis propios sentimientos.*

-Es que no puedo verte de otro modo. Para mi siempre haz sido y serás una mujer respetable. No hay forma de que te vea de otro modo muy a pesar de la apariencia que quieras dar.

*Le mire a su comentario y apenada no hice mas que bajarla mirada a mi plato, se habían esmerado en la comida lo que daba a entender que había sido una buena recolección*

-Yo...creo mas bien...que la del problema soy yo

*Pensar que podía ser bonita o atractiva para alguien parecía una tontería desde mi punto de vista, especialmente por la costumbre de que las buenas mujeres leían, bordaban y se hacían cargo de los niños y la casa. Yo no tenía nada de eso, ni siquiera vestía con lindos atuendos de señorita, por eso y otras cosas los alagos eran exagerados hacia mi persona*

-No quiero dar ninguna apariencia, es la que tengo y nada mas

*Comence a comer tranquilamente y lw miré por lo bajo.*

-Porque?

*Preguunté con sencillez. Era como era, y asi era como me gustaba*

-Ya lo sabes

*Le habia explicado sobre mi poca relacion con hombres, fuera de mis amigos y a causa de mi comportamiento, asi que no era raro que yo fuera el mismo problema para creer que las cosas lindas no se las decian a una chica como a mi.
Nunca me habia importado por la costumbre y procuraba que no fuera algo que me molestara*

*Si, sabía que ella no se sentía femenina, que no acostumbraba que le dijeran cosas bonitas...
Yo podría decirle cada hora del día un aspecto diferente de lo que la hacía única y hermosa. Pero ella me lo impedía.*

-Tendrás que acostumbrarte a escucharlo de mi.

*Le dije como si fuera broma, sonriendo ampliamente.
Ya le había dicho lo que sentía por ella, aunque aquella vez no pude oír si ella me permitiría quererla o no.*

-Cuando estudias la anatomía de diferentes especies, es aburrido descubrir que las características se repiten en una y otra. Es un gusto encontrar un espécimen distinto, o como las llamadas Darwin en su libro, un eslabón evolutivo.
Convierte a ese espécimen en especial, único y atractivo.

*Cuando me di cuenta, estaba hablando de mi trabajo otra vez.
Negué con la cabeza y la miré a los ojos.*

-Lo que quiero decir es... que debes convencerte de que ser única y diferente no es malo, sino que te transforma en alguien atractiva en comparación a tus iguales más corrientes.

*Me sonrei levemente tomando la cuchara para poder empezar a comer de mi plato, realmente el sin proponerselo me hacia sentir apenada y alagada de alguna manera.
Me sorprendi al escucharle y voltee a verle confundida por el cambio tan drastico en el tema, sin embargo me parecio interesante y lleve una cucharada de comida a la boca, teniendo que tragar para poder hablar*

-Se que no soy unica, solo diferente.
Pero saber que alguien cree que soy atractiva es algo bonito

*Mantuve su mirada un momento antes de comer otra vez. Solía comer lentamente, masticar bien mi comida y conversaba mucho durante mis comidas así que usualmente terminaba de último.
Me sonroje al oírla y sonreí.*

-Si eres única, al menos para mi lo eres. Y mereces el mismo respeto e incluso más que cualquier otra mujer.

*Si me sentía apenada escucharlo me hizo subir aun mas el color en el rostro y sentía arder mis mejillas que lo único que hice fue agacharme la cabeza casi metiendo el rostro en el plato para evitar que se notara demasiado.
Siempre me había mostrado fuerte y quizá a algunos les parecería insensible pero ahora me sentía avergonzada y expuesta como nunca antes, solo opte por seguir comiendo pues no sabia ni que responderle*

*Se veía tan tierna cuando se sonrojaba que me sonreí enternecido y alargué mi mano para tomar la suya y darle un apretón cariñoso.
No dije nada más, aunque hubiera querido. No era mi intención hacerla sentir incómoda y arruinarle la comida, así que retire mi mano y comencé a comer como de costumbre, lentamente.

*Le mire por lo bajo cuando senti su mano alcanzar la mía y le sonrei levemente, podria haber seguido platicando con él pero no sabia que decirle ahora que me quede sin palabras.
Me alegre de que eso no le molestara y que pudieramos seguir disfrutando de la comida*

*Buscar un regalo práctico y útil a bordo de esta pocilga era casi tan difícil como soldar un sacro dislocado, o incluso quizás más.
Finalment encontré un trozo de cuero que ella podría ocupar como mejor le convenga. No venia curtido así que me pareció un buen regalo debido a la maleabilidad del material virgen.
Lección uno, nunca pedir disculpas con las manos vacías: conseguido.
Ahora solo tenía que encontrar a Aerith y poner en práctica la segunda leccion: Echarse la culpa de todo para que me crea.
Si tenía éxito, entonces Aerith sabría que estaba dispuesto a dejar mi orgullo de lado por ella.
Mientras la buscaba encontré abajo a la pareja de antes que se hablaban mirándose a los ojos y ella casi parecía derretirse cuando el hombre ese le hablaba esas cosas estúpidas. Y si, su comparación aplicaba para los animales, pero nunca para una persona. Aún así aprendí una lección difícil... Tomarle la mano y presionarla parecía establecer cierto tipo de conección entre las dos personas.
Tenía que probarlo.*

*Después de que Adriel terminara por no querer venir a comer conmigo, fui al comedor a conseguir un plato de comida y sentarme en una de las mesas que encontre sola.
Habia esperado que comer sola, sin embargo la mesa se empezo a llenar de marineros lo que al principio me sorprendio basante, sabia que se compartian las mesas para que todos pudieran comer pero no esperaba que la unica que se llenara fuera la mia, les sonrei a los que iban llegando y aunque ellos hablaban entre ellos e intentaban unirme a la conversacion estaba mas preocupada porque Adriel enfermara durante el largo viaje.
Poco a poco fui acabando con el contenido de mi plato y aunque habia empezado a contestar preguntas cuando me fui distrayendo de mis pensamientos no estaba del todo comoda con desconocidos*

*No estaba a gusto aquí y nos me sentí a bien, pero tenía que encontrar a Aerith a como fuera lugar.
Por fortuna estando en este barco había aprendido algo valioso de Aerith y eso era que le gustaba llamar la atención del sexo opuesto, de modo que mis tras más hombres hubiera amo tomados, mayores eran las probabilidades de encontrar allí a Aerith .
Tenía razón y apenas me acerqué a un grupo grande d sujetos al rededor de una mesa, allí estaba ella.*

-Fuera.


*Advertido con una mirada fija en los ojos de esos piratas, quiénes no dudaron en obedecer.
Ya sabían de mi humor volátil y lo respetaban. eso era bueno.*

*Me reia de una broma que realmente me habia hecho gracia, pero en ese momento llego Adriel y guarde silencio mientras me le quedaba mirando curiosa, habia dicho que no tenia hambre y que no le gustaba estar aqui, sin embargo ahora estaba aqui y no entendia porque razon.
No dije nada ante lo que dijo a los otros hombres pues si estaban o no realmente me daba igual*

-Quieres algo de comer?
Puedo traerte un plato con comida ligera

*Le dije comodandome para para poder levantarme a ir a trarle lo que le ofrecia*

-No.

*Alegué parándome delante de ella para evitar que se moviera.
Le entregué el cuero que había a encontrado, limpiado y doblado de manera impecable.*

-Ten, es para ti. Oí que... se acostumbra a a regalar algo para pedir disculpas.

*Si, había practicado friamente en mi mente la forma de decirlo, pero cuando estaba delante de Aerith parecía que no era yo.*

-Cometí un error en no venir, lo siento.

*Dije con el rostro implacablemente serio.*

-De acuerdo

*Acepte, quedandome donde estaba sin entender entonces que era lo que venia a hacer hasta aca. Mire lo que me ofrecia y aunque me parecio extraño lo tome, mirandole luego a él de nuevo al escucharle*

-Gracias, pero por que te disculparías?

*Él no se disculpaba, siempre tenia la razón, según él, así que no tenia porque pedir disculpas a nadie y por nada.
Me sorprendió realmente lo que dijo después, disculparse por no venir era algo realmente extraño*

-De verdad?

*Pegunte con clara sorpresa, porque no era una disculpa que esperara y menos viniendo de él*

-Yo me disculparia pero tendria que encontrarte un regalo antes de hacerlo

*No sabia que habia que dar presentes, sino solo pedir disculpas, si de eso se trataba tendria que buscar yo algo que al pudiera serle verdaderamente util*

*Cuando ella tomó mi regalo y me miró con tanto escepticismo me sentí realmente tonto. Le pedía disculpas por no acompañarla a pesar de haber querido hacerlo, pero cuando comencé a sentir mi cabeza galopante y que parecía querer vomitar mi propio estómago me di cuenta de que, en realidad, mi error había sido bajar hasta aquí.
Negué con la cabeza y quise decirle que no era necesario que ella se disculpara de ninguna manera, pero cuando abrí la boca para decirlo, lo único que salió de ella fue una profunda arcada, a la que le siguió un bonito amargo y espumoso.
Tuve que buscar una escupidera rápidamente e inclinarse a vaciar mi estómago allí mismo, en medio de muchas expresiones de disgusto y sorpresa, algunos incluso de mofa respecto a mi poca resistencia a bordo.
En cuanto me sintiera mejor les iba a romper la cara a todos.*

*Sujete con fuerza el trozo de cuero que me habia dado como regalo, sabia que habia hecho un gran esfuerzo por venir aunque no podia comprenderlo. Lo mire desde abajo pues estando sentada quedaba mucho mas alto que yo, pero solo nego con la cabeza y al segundo siguiente estaba regresando el estomago vacio de por si, me levante rapidamente para ir a pedir un vaso con agua al cocinero y volver junto a Adriel*

-Vamos arriba, te ayudo

*Le dije, pero solo manteniendome lo suficiente cerca para sujetarlo si habia algun problema extra*

-Lamento que pases por esto

*Alguno que otro hilo,l el intento de acercarse a mi, pero estire mi mano para que no se me acercara nadie. No, no soportaba gente cerca de mi cuando me sentía tan vulnerable.
A nadie excepto a Aerith. Cuando me di cuenta de que era ella estiré mi mano, pero no para alejarla sino que para usar su hombro como apoyo para ponerme de pie *

-Estoy bien...

*Murmuré mirándola de reojo y trate de caminar, pero no pude hacerlo sin apoyo de manera que me recargue en aerith.*

-No lo lamentes....Es culpa mía.

*Murmuré.
En ese momento ví a alguien más acercarse a mi por el lado contrario a ella y trató de sostenerme por debajo de mi brazo.
Reaccioné de inmediato sin pensar siquiera y el sujeto recibió un puñetazo en las costillas junto a una clara advertencia.*

-No me toques....

*Deje que se apoyara en mi y le ayude a levantarse mirándolo desde abajo con preocupación, era claro que no estaba bien aunque el lo dijera, sostuve parte de su peso y anduvimos hacia la cubierta pero el repentino movimiento y reclamo de Adriel tomaron por sorpresa todos*

-Por la diosa, lo siento disculpen

*Dije rápidamente sin apartarme de Adriel y ofreciéndole disculpas a todos*

-Perdón, yo me encargo

*Lleve a Adriel un poco mas aprisa a la salida esperaba que no causara más problemas este asunto*

*Continuamos comiendo en silencio Monique y yo, y a tiempo pues poco a poco el comedor volvio a llenarse de gente y ese ambiente alegre que caracterizaba a nuestra tripulacion nos envolvió.
Las risas y conversaciones animadas no tardaron tampoco, así como la música. Era nuestra primera buena comida en varias semanas y era motivo de alegría para muchos.
Desde mi asiento pude ver que no muy lejos se reunía un grupo de chicos al rededor de Aerith, la sirena. Ella no lo sabía, pero atraía la atención hacia ella sin hacer practicamente nada. Su naturaleza era asi y eso me habia traido problemas a mi tambien en algun momento. Por eso es que muy a mi pesar aparte la vista, luchando con esa necesidad impuesta de estarla mirando, como casi todos los hombres aqui.*