Calabozos

*De cierto modo me daba mucha lástima verla y no me parecía, en absoluto, que en su estado actual ella fuera capaz de hacer cualquier cosa de las que habíamos conjeturado antes de venir aquí.
Parecía terriblemente afectada*

-Por supuesto.
Comprendo que ha de ser muy difícil para usted.

*Lo imaginaba.
También me había tocado vivir la muerte de un buen amigo en el pasado, bajo circunstancias terribles, de modo que podía comprender su dolor y las ganas que tenía de quedarse aquí junto a él.
Sin embargo todo aquello solo iría en desmedro de su propia salud.
Que podía hacerlo ella? Lo dudaba.... Amortajar un cadáver era una tarea pesada que requería fuerza física, y ella no podía hacer esa labor debido a sus heridas.
Por otro lado, no podía poner en manos de un pasajero el material que se me encomendaba solo a mi como médico a bordo, aunque aquellos detalles eran solo burocráticos.
Lo importante aquí era su salud.
Me sonreí comprensivo, sentandome a su lado.*

-Cuando estaba aprendiendo el oficio, cuando tenía 16 años, uno de mis amigos acabó gravemente herido tras un terrible accidente.

*Comenté, esperando entrar en contacto comunicacional con ella y romper con su testaruda convicción de quedarse allí*

-El médico de cabecera no estaba, de modo que tuve que intervenir en ese momento, con los pocos conocimientos que tenía sobre medicina.
Solo estaba en práctica, pero conocía el procedimiento, así que me esforcé al máximo para salvarle, pero no pude... Fue imposible. Me culpé tanto entonces que por poco dejé de practicar el oficio. Ya no quería ser el responsable por la vida o la muerte de las personas a las que atendía.
Cuando el doctor regresó y se enteró de lo que había ocurrido, comprendí gracias a él que no había sido culpa mia, que aunque hubiera sido un experto como mi maestro, era imposible que hubiera podido salvarlo...

*Nunca me había gustado hablar sobre mi vida. No porque no tuviera confianza con mis amigos, sino porque creía en el presente, no en el pasado que no podía cambiarse. Sin embargo había ocaciónes como estas, en que las experiencias que había vivido uno en el pasado podían ser de ayuda a otros que pasaban por alguna situación similar... que supieran que no eran los únicos que sufrían, que a pesar de que sintieran que no había solución ni futuro, había quienes habían salido adelante en el pasado, y ellos también podían hacerlo.*

-A lo que voy... es que muchas veces en la vida uno puede sentir que no hay futuro sin aquella persona que hemos perdido, pero es porque estamos cegados por el dolor. Necesitamos que alguien nos limpie los ojos y nos haga ver más allá del dolor del corazón.
No está mal sentirlo, por supuesto que no. No porque estemos acostumbrados a ver gente morir es que estamos preparados para afrontar la muerte de un ser querido... pero también somos testigos de la recuperación del alma de aquellos que quedan aquí, con nosotros. Y eso es una esperanza y también es aprendizaje.

*Le hablaba co la voz mas suave y tranquilizadora que podía tener.
Antes que sospechosa de un asesinato, ella era mi paciente, y alguien que estaba en una situación muy complicada ahora mismo.
Olvidé mis sospechas y el problema con Jared, y solo intentaba ser amable, comprensivo y darle consuelo*

*No le preste nss atención hasta que se dento a mi lado y como si fuera una niña pequeña empezó a explicarme cosas de la vida y la muerte. No me molestaba pero no era lo que quería escuchar especialmente sabiendo que Adriel iba a estar bien cuando retirara la herramienta de su pecho.
Aun así mantive mi mirada en el hombre mientras el hablaba pacientemente, era bueno y amable pero eso no iba a cambiar mi postura especialmente cuando note la presencia de mas gente en la entrada.
Ese hombre de sombrero estaba ahí, podía sentirlo igual que a las sirenas y no entendía porque si su presencia era como lentamente diferente*

-Prefiero estar aquí, estar arriba me pone nerviosaP

*No iba a obtener mejores resultados que este, y no quería seguir insistiendo u obligarla a hacer algo que realmente no quería hacer.
Asentí comprensivamente y luego le sonreí.*

-Entiendo... pero al menos, por favor, permítame revisar sus heridas.
Prometo ser breve y luego podrá regresar aquí a acompañar a su amigo mientras me encargo de prepararlo.

*No había tenido oportunidad de revisar su herida desde que habíamos regresado y me preocupaba la higiene y la manipulación de esta que había recibido en la isla, sin los implementos básicos para la extracción de una bala.
Noté que miraba a Henry detrás de mi, junto a la puerta, y le miré de soslayo, sonriendo.*

-Él es el capitán Heiderich.
Creo que ya se conocían, no es así?

*No recordaba muy bien si les habíamos presentado ya en la playa o no... aunque creía recordar que ella ya había perdido la consciencia cuando el capitán regresó.*

-puede hacerlo aquí, estoy segura que no pasa nada

*Se lo pero amablemente di apartar la mirada de quien me presentó como su capitán. Negué con la cabeza ni lo había visto ni lo conocía*

-Mucho gusto

*Salude haciendo una leve inclinación de cabeza*

*Escuché su conversación en silencio, esperando el momento en el cual pudiera interrumpir o actuar, si es que ella demostraba ser una amenaza inminente. Pero la amenaza nunca llegó y fue finalmente Marko quien nombró mi presencia. Entonces di un par de pasos dentro y me quité el sombrero en el camino, saludando con una leve inclinación de mi cabeza*

-Nos vimos en la isla pero no, nunca nos presentamos.
Soy Henry Heiderich...

*Contesté entrando en la celda e inclinandome para quedar frente a ella tomé su mano delicada y pequeña...
Desde ya hace un rato, desde que entramos, había sentido en ella una presencia extraña y había estado esperando el momento en que pudiera acercarme a su lado.
Al fin, cuando tomé su mano, pude entender porqué me parecía tan peculiar y me quedé petrificado, por un par de segundos, observando atentamente su mirada y las bellas facciónes de su rostro.
Ella no era una inmortal ni una cazadora de sirenas... Ella era, en realidad, una sirena en si misma.*

- Igualmente... es un placer conocerla.

*Murmuré y sonreí ligeramente.*

-Nunca trabajo en lugares inapropiados. No creo que pueda ser efectivo en un lugar como este, con poca iluminación y baja higiene ambiental.

*Refuté con calma y sugerencia, pues era mucho mejor para su salud y para mi comodidad como médico hacerlo en el sitio dispuesto para ello, en las literas.
En el momento en que el capitán entró, me quedé en silencio sin interrumpirles y pude ver, de primera fila, aquella chispa en la mirada del capitán cuando se encontró con la de la señorita Aerith.
No podría describirlo con palabras, pero al verlo sentí que unos celos incomprensibles presionaban mi pecho y sentí unas ganas inmensas de alargar mis manos hacia ellos y separarlos el uno del otro. Pero me retuve... porque sabía que sería insensato actuar de ese modo.*

-Ejem.. *Me aclaré la garganta.*

-Le decía a la señorita que necesitaba que subiera a las literas para poder revisar apropiadamente su herida, ya que en la isla fue alcanzada por una bala de proyectil y no ha recibido desde entonces la atención necesaria.

*Expliqué rápidamente al capitán, poniendome de pie lentamente.*

ro ya no molesta tanto

*Le respondi al hombre junto a mi pero no desvie la mirada del hombre y le mire fijamente al verlo venir hacia mi y finalmente presentarse, le tome la mano cuando tendió la suya y no suoe describir que era esa sensación pues nunca la había sentido con una sirena o tritón*

-Aerith Celes

*Me presente sintiéndome apenada porque me miraba como si me conociera y yo no sabia nada de el. Mire de nuevo a Marko y me solte de su mano para llevarla a mi ropa y levantarla*

-Es que ya no molesta

*Entre al calabozo después de Henry pero sin acercarme a donde estaban todos solo me mantuve junto a la puerta mirando el silencio lo que estaba pasando ahí.
Inclusive note el descontento de marko cuando henry saludo a la chica. Le gustaba como al resto de los tripulantes *

*Aun cuando solté la mano de Aerith la seguí observando y luego bajé los ojos al sector donde ella se descubría la herida.*

-Es sin lugar a dudas una herida muy fea, señorita.
Si fue una bala y la cauterizaron de manera artesanal, sería mucho mejor si dejara que Marko la revisara pronto.
Es un buen médico, y estoy seguro que no la dejará acabar como su compañero.

*Sonreí, con cierto dejo a crueldad en la mirada. Necesitaba corroborar su naturaleza, aunque estaba seguro de lo que era con solo sentir su presencia y ella aún no se había percatado de mi propia naturaleza. Sonreí ampliamente y me puse de pie.*

-A menos que quiera venir conmigo. Le parece una mejor idea si me acompaña? Me parece interesante que hayan sobrevivido en aquella isla desierta y me gustaría mucho poder conversar con usted... acerca de cómo llegaron allí, de donde veían y... la inmortalidad, por ejemplo.

*Sonreí naturalmente y coloqué mi mano sobre la empuñadura de mi espada.*

*Miré brevemente la herida de quemadura que le había  quedado de la noche anterior y pude notar que necesitaba higiene y preocupación.*

-No se ve bien.


*Le hice notar pues quizás desde su perpectiva no se veía mal, pero si a los ojos de una persona bien entrenada como yo.
Levanté la mirada, sin embargo, cuando Henry le pronunció aquella propuesta y abrí los ojos por la sorpresa, casi lanzándome encima suyo pues me pareció vulgar y de mal gusto como para tratar a una señorita como ella, tan delicada  y frágil.
A pesar de contenerlo, no pude dicimular mi enfado.*

-Es mejor si recibiera atención médica a que hiciera vida social, capitán.

*Refuté seriamente*

*Arque una ceja ante los comentarios de henry y juego mire a Adriel, sin embargo no en causo miedo ni preocupación, pero si llamaba la atención que estuvieran tan insistentes y tanta gente en el lugar a pesar de que la mujer se mantenía a distancia*

-que sea luego

*Les dije a ambos, no pensaba moverme de ahí mientras ellos no se fueran no en daban confianza. Y menos aun escuchar a ese capitán que parecía querer obtener algo y no sabía que*

-Hubo una tormenta y no logramos refugiarnos, caímos al mar y nadamos a tierra, veníamos de Dominica, de la.....inmortalidad?

*Pregunte al final curiosa dirigiendo una mirada de desconcierto a los presentes antes de volverla al hombre que ahora parecía mas interesado *

*Marko se estaba comportando diferente y no entendí porque, sin embargo al ver la expresión de su rostro recordé de lo que estábamos hablando y que las sirenas tenían un encanto natural para hechizar a los hombres y hacerlos actuar a su favor.
No me impresionaba ahora que Marko se pusiera de lado de esta mujer y en mi contra.*

-Suficiente amabilidad por hoy, Marko.

*Le dije con autoridad.*

-Regresa ahora al camarote y ve como esta Jared, por favor.
Yo me encargaré de este asunto de ahora en adelante.

*Yo no era tan propenso a caer en el encanto de las sirenas, pero no era inmune, por lo tanto mientras más tiempo.por estuviera cerca de ella, mayor sería el riesgo.
Debía solucionarlo lo más a prisa posible.
Lo que me importaba ahora no era ella principalmente, sino su compañero.
En el no sentía una presencia especial. El era un simple humano después de todo.*

*No se porque pero sentí la imperativa necesidad de negarme a las órdenes de Henry en ese instante.
Una ira interna que no sabía de donde venia me hizo levantarme y desafiar la orden de mi capitán, quedándome inmóvil.*

-No dejaré sola a la señorita con usted, Capitán.
Tengo un trabajo que terminar aquí, y no me marcharé hasta terminarlo.

-Yo puedo quedarme sola

* y por ende cuidarme, pero ellos en un momento dejaron de prestarme atención y aunque era mejor yo prefería que todo salieran de ahí y me dejaran*

*Arque una ceja al escuchar las repentinas palabras de Marko en contra de Henry, realmente estaba mostrando mucho interés para con una mujer qué apenas conocía, di un par de pasos al frente para acercarme a los cuatro*

-Yo estaré aqui para lo que necesire

*Al menos de esa manera podría Marko realizar sus labores*

*Me molestaba profundamente escuchar a Marko hablarme así a pesar de que sabía que no era el quien hablaba, sino el encanto de la sirena.*

-Entonces llevaré a la señorita conmigo y tu te quedarás aquí haciendo tu trabajo.

*dicte tirándole hacia aerith y le tendí mi mano.*

-Venga conmigo, por favor... Y no ponga reparos esta vez.

*Dije seriamente, como si fuera una orden de mi parte para ella.
Marko pedía las cosas amablemente y yo también le estaba pidiendo por favor que cooperase, pero si se negaba hasta este punto, tendría que recurrir a mi autoridad para ordenarle hacer como el capitán del barco en el que ella estaba a bordo.
Oi a Tetra y la miré de reojo, asintiendo.
Su presencia podría ser el ancla de la cordura para Marko*

*Me sorprendia a mi mismo. No creí nunca atreverme a desafiar las órdenes del capitán.
Era un hombre al que respetaba mucho y confiaba plenamente, pero ahora parecía no recordar esos sentimientos pues me embargaba una sensación de ira interna que me obligaba a actuar violentamente.
Al oír a Henry decir eso miré al hombre y luego a Aerith, quien a mis ojos se veía como una mujer completamente indefensa, frente a Henry, quien parecia un sujeto que sólo pretendía dañarla con sus acciones y alejarla de mi lado.
No, no quería que se la llevará lejos de mi.
Alargue mi mano para tomar su antebrazo y detenerlo*

-Ella no ira a ningún lado.

*El ambiente se había vuelto muy tenso, pero no importaba realmente.
Lo u ico que había en mi mente era proteger a esa niña y quedarme junto a ella, pasará lo que pasará.*

*Frunci el ceño ante la actitud de ambos y claramente no me parecio, asi que me adelante para llegar junto a ellos, tomando la mano de Marko para que soltara a Henry y ponerme entre ambos*

-Ya basta los dos

*Les dije como orden y mirandoles fijamente y con firmeza a ambos, esto estaba mal y parecia que con cada minuto empeoraba*

*Me quedé quieto al sentir la mano de Marko sobre mi brazo y miré a la mujer de rodillas delante de mi.*

-Señorita... por favor.

*Le pedí suavemente.
Marko era mi amigo. No quería tener que lastimarlo por culpa de esta mujer que no sabía quien realmente era y que tantos problemas estaba trayendo consigo por su tozudez.
Miré a Marko brevemente y lleve mi mano sobre la suya para quitarla.*

-Marko despierta.
Este no eres tu...

*Le susurré con urgencia en la voz, pero entonces Tetra intervino y dejé a Marko en sus manos.*

-No te confíes en él. Está cegado.

*Le advertí a Tetra, pues en ese estado había visto hombres asesinar a sus propias hijas, todo por el encanto de las sirenas.
Había que alejar a esta mujer de los tripulantes del barco o todo el mundo iba a perder los estribos por ella... incluyéndome.
Sin embargo quería asegurarme de algo y para eso necesitaba a Marko en sus cabales.*

-Aerith... vendrá conmigo por las buenas o por las malas.

*Le exigí saber. Si iba a continuar controlando a Marko de ese modo, entonces sería por las malas.*

-Disculpen

*Quise intervenir pero por alguna razon el asunto habia llegado a ser dentro de los dos hombres y no entendi por que, asi que tampoco hice nada por interenir ya que lo unico que queria era permanecer junto a Adriel.
Sin embargo el hombre volvio a hablarme y negue con la cabeza, no queria ir a ningun otro lado*

-Por favor no, no quiero separarme de el

*Dije abrazando el cuerpo de Adriel, no iba a dejar que me separaran de el, si algo querian hablar tendrian que hacerlo aqui*

*Henry se había convertido para mi, de un momento a otro, en un enemigo. Despertar? De donde? Si nunca me había sentido mas despierto, más vivo y con mas energía que ahora. Nunca antes había deseado algo con tantas ganas y sentía que mi vida cobraba sentido al fin, que tenía un objetivo que cumplir.
Quería detenerlo y defender a Aerith aún a costa de mi vida, sin embargo retrocedí un paso atrás al ver a la otra mujer en frente de mi y la miré fijamente durante unos instantes.
Ella... a ella la conocía.
Ella me hacía sentir extraño, confundido.*

-Quítese de en medio, por favor.

*Murmuré colocando mi mano en su hombro y apartandola suavemente, sin embargo oi lo que dijo Henry y en ese momento la alerta en mi falsa ilusión se encendió.
Querían alejar de mi a mi vida, mi sueño. Aquello por lo que vivía.*

-Ella dice que no quiere ir a ningún sitio!

*Exclamé fuera de mi, apartando por completo a Monique de mi lado y arremetí contra aquel hombre que quería hacerle daño a mi vida.*

-Ya lo note

*Respondi a Henry pero sin apartar mi mirada de Marko, era el que aqui corria mas peligro, asi que cuando me intento mover, me plante con mas firmeza en el suelo*

-No me voy a mover Marko

*Le respondi mirandole con firmeza dejando que lo intentara pero no iba a ceder, pero algo parecio hacerlo reaccionar mas y termino usando mas fuerza para apartarme, sin embargo le tome del brazo dado unos pasos a un lado y tirando de el, aprovechando su propio impulso para hacerlo desviar de su direccion antes de soltarlo*

*Dejé que Monique se encargara de Marko, no porque yo no quisiera ayudarla sino porque ella podía encargarse de él mejor que yo.
Tenía que sacar de aquí a la sirena y darle un descanso a la mente de Marko para poder recuperarlo, o perdería el juicio quizás por cuanto tiempo, quizás para siempre.

-Ya basta!

*Exclamé inclunandome con una rodilla al suelo junto a la mujer para tomarla del brazo.
No podía creer que fuera tan testaruda, viendo el daño que estaba causando.*

-Le está haciendo daño a mi amigo... y yo no perdono a la gente que lastima a los que son importantes para mi.

*La enganché con mis brazos por debajo de los suyos y acerqué mi rostro a su costado, junto a su oído para que me escuchara bien.*

-Venga conmigo o va a lamentarlo mucho más que la muerte de su amigo inmortal.
Es lo que es él, no es así? Un inmortal que ha comido carne de sirena.
Él renació, y usted le ha asesinado nuevamente para no levantar sospechas.

*Había figurado todo en base a suposiciónes, pero estaba seguro de que no me alejaba demasiado de la realidad.*

-Hubiera sido el plan perfecto si mi hermano no le hubiera visto hacerlo. Pero lo hizo, y le ha lastimado. Ahora intenta lastimar también a mi amigo que ha hecho todo lo posible por ustedes dos aún sin saber nada de esto.

*Presioné sus brazos con mi rodilla en su espalda
No me agradaba tratar así a estas criaturas, pues me recordaban a mi madre... Delicadas, frágiles y a la vez tan crueles con la humanidad.*

-Venga conmigo, ahora mismo.

*Hice una mueca cuando senti la mano se ese hombre sujetarme, me estaba asustando su comportamiento y mas aun porque yo estaba haciendo nada*

-No se de que me habla, no he hecho nada

*Y erra verdad yo solo no queria moverme de ahi, ni siquiera habia tocado a nadie y menos aun le dije nada a nadie, yo no habia hecho nada*

-Por favor, no se de que esta hablando yo solo quiero estar con mi amigo

*Me queje insistente, pero si sabia de que hablaba y sin embargo yo no le hice daño ni siquiera me acerque a el. Di un gemido de dolor cuando presiono mis brazos y solo intente soltarme, me estaba haciendo daño*

Monique Raison escribió:-Ya lo note

*Respondi a Henry pero sin apartar mi mirada de Marko, era el que aqui corria mas peligro, asi que cuando me intento mover, me plante con mas firmeza en el suelo*

-No me voy a mover Marko

*Le respondi mirandole con firmeza dejando que lo intentara pero no iba a ceder, pero algo parecio hacerlo reaccionar mas y termino usando mas fuerza para apartarme, sin embargo le tome del brazo dado unos pasos a un lado y tirando de el, aprovechando su propio impulso para hacerlo desviar de su direccion antes de soltarlo*

*Mi intención era atacar a Henry, sin embargo de pronto me vi de rostro contra el suelo de madera sin entender cómo, pero no me detuve a intentar explicármelo. Me levanté de inmediato al ver lo que hacía el Capitán con la muchacha, que me hizo enardecer de furia*

-Déjela en paz!

*Tenía mi kit de herramientas a mano, en mi bolsillo interno, de modo que rebusqué entre aquellas herramientas hasta extraer unas tijeras.
Era lo que tenía para defenderme. Tal vez no la mejor arma, pero si podía alcanzarle y hacer que liberara a la señorita, habré cumplido con mi objetivo.*