Calabozos

-Claro, lo tendre en cuenta

*Le asegure sin moverme aun de donde estaba, iba a esperar a que se fuera antes de siquiera hacer algo o me iban a descubrir*

*Le dedique una leve sonrisa y me gire sobre mi mismo para subir.
Esperaba no enfermara. Aquí estaba muy húmedo todo y ella tenía una herida bien fea.
Luego volvería para revisarla, una vez ella hubiera tenido un tiempo a solas.*

*Hice un leve movimiento con la cabeza aceptando lo que decia, asi que en cuanto se fue me acerque a Adriel, con el paquete de la funda de ese hombre para empezar a revisar lo que teniamos en esa cosa*

-Adriel debiste aguantar mas

*Le dije con reproche poniendome revisar las herramientas buscando algo similar a lo que habia pedido adriel*

*Después de que yo muriera el doctor se puso a limpiar, esperó unos momentos y luego se fue.
A fin de cuentas, llevaba muerto al menos una hora y media cuando el médico regresó junto con Aerith y ella volvió a mi lado, completamente sola.
Para entonces mis heridas ya habían dejado de sangrar y la infección había muerto casi por completo.
Bajo la manta con la que me había cubierto el doctor Marko, mi cuerpo frío no había comenzado siquiera a ponerse rígido a pesar de enfriarse bastante por debajo de la temperatura normal, pues por mi naturaleza, después de morir mi cuerpo jamás llegaba al rigor mortis.
De pronto, apenas unos minutos después, mientras Aerith buscaba la herramienta con la cual me apuñalaría el corazón para evitar que volviera a la vida a bordo, mi corazón dio un brinco inicial, y luego otro unos segundos después. Hasta que un tercer brinco de mi corazón al fin lo puso a latir de nuevo y aspiré inconscientemente una fuerte bocanada de aire.*

*Revise detenidamente cada una de las herramientas y cuando finalmente encontre una que me serviria, me apresure a tomarla y me acerque al cuerpo de Adriel, calculando en donde iba a incrustar la pieza.
Me apresure a ubicarlo, pero en el momento en que iba a clavarla en su cuerpo su bocanada me tomo por sorpresa haciendome dar un gritito de sorpresa*

-Eres un idiota

*Le acuse golpeando su pecho en reclamo por el susto que me dio. Y ademas ahora era demasiado tarde, no podia matarlo de nuevo*

*Aún si había despertado, mi respiración todavía era dificultosa y mi corazón latía lentamente.
Apenas si estaba recuperandome y el golpe de Aerith hizo que tosiera suavemente tras aspirar de manera forzada.*

-Lo lamento

*Me disculpe, preocupada.
Me arrodille junto a el mirandolo con una mueca de preocupacion, ahora era tarde para dejarlo muerto y no queria matarlo solo para protegernos, seguramente si se quedaba en el calabozo no habria problema y no nos descubririan pero tendria que tener mucho cuidado*

*Cada minuto que pasaba mi cuerpo se iba recuperando cada vez más, de manera que sólo basto al rededor de una hora para que al final comenzará a recuperar la consciencia lentamente.
Escuche primero el crujir de las tablas al rededor, luego el conjunto de las olas que golpeaban el barco desde algún lugar y entonces fui consciente del movimiento de la embarcación.
Eso era un tremendo problema... Si es que era lo que yo pensaba.*

-Aerith...

*La llame a media voz, cuando fui capaz de abrir los ojos y ver, aún como desde detrás de una muralla acuosa, mi entorno iluminado en penumbras con la luz de linternas de grasa.*

*Me quede junto a Adriel, cuidandolo mientras se recuperaba y aunque seguramente me iba a regañar no podia hacer nada, ese hombre se habia tardado demasiado en salir y yo en buscar la pieza que me sirviera para lograr el objetivo.
Aun asi y no habia nada que hacer y solo estar al pendiente de él, haciendo todo para que no descubrieran que era lo que habia pasado*

-Si?

*Cuestione incorporandome un poco para verle mejor desde un lado y saber que era lo que necesitaba*

*Escucharla contestarle me dio cierto alivio de saber que ella estaba bien y la ponía junto a mi en el momento apropiado, en vista de lo que había ocurrido.*

-No estamos en tortuga...

*Murmuré debilmente.*

-Porque... estoy vivo...

-No, no lo estamos

*Le respondi angustiada porque eso le pudiera enojar mas de lo que podria estarlo al descubrir que seguia vivio*

-Porque no he alcanzado a hacer lo que me dijiste

*Volví a cerrar los ojos con pesadez.
Quería decir que había muerto ya hace más de dos horas y que más de alguien sabría lo que había ocurrido.*

-No hay manera... tienes que matarme.

*Dije después de guardar silencio unos momentos.
No había caso en escaparnos, no ibamos a poder llegar ninguno de los dos a orilla con vida y juntos. Tampoco era buena idea quedarme vivo y arriesgarnos a que alguien se diera cuenta de que no estaba muerto realmente. Además, si no se percataba antes, lo harían al bajarme del barco cuando llegasemos a puerto.*

-A dónde nos dirigimos ahora?
conoces el destino del barco?

-Estas vivo, no puedo hacer eso a menos que ya estuvieras muerto

*Y no habia podido darme prisa, pero sabia que iba a ser un gran problema el que lo descubrieran*

-No lo se, no he escuchado nada

-De que hablas. No podemos arriesgarnos a que descubran lo que soy.

*Nadie aparte de nosotros dos y Robbin lo sabíamos y no quería averiguar lo que podía suceder si alguien se enteraba.
No tenía ganas de regresar a mi vida de fugitivo ahora que había logrado tantas cosas aquí.
Tenía mi clínica, mis clientes, podía crear soluciónes para ellos y ayudar, como siempre había querido, a las personas que no tenían suficientes recursos para pagar grandes tratamientos.
Tenía mi vida completa aquí ahora y no quería perderla por un estúpido capricho de esta mujer.*

-Vas a tener que hacerlo. Sino, no sabemos lo que podría pasar si alguien más se entera.
Sabes que voy a vivir de todas formas.

*Le dije con seriedad, haciendo el gesto de levantarme, pero moverme aún me causaba mucha dificultad.*

-Una vez...
Una vez tendría que haber muerto y tú me devolviste a la vida en contra de mi voluntad...
Ahora... te pido todo lo contrario.

*Ambas situaciónes eran muy similares.
En aquellos años mi más grande deseo era morir y dejar este mundo, y fue solo por ella y su cabeza dura que pude volver a la vida cuando me dio de comer carne de sirena en contra de mi voluntad.
Ahora, le pedía que me asesinara para poder conservar mi vida, sin embargo mis deseos nunca habían significado nada para ella... Tal como en ese entonces me negó la muerte que quería, ahora tampoco estaba dispuesta a concederme mi deseo.*

-Por favor... apuñala mi corazón como te lo enseñé.

*Me mordi el labio mirandole fijamente mientras me explicaba y recriminaba lo que habia hecho antes, y aun seguia haciendo.
Sabia que habia hecho mal para sus ojos pero yo solo habia querido ayudarle, pero el jamas lo habia visto ni veria de esa manera. Me deprimia si, pues era una persona que apreciaba mucho pero se habia dedicado a hacer hasta lo imposible porque dejara de sentir algo completamente diferente a un agradecimiento, ademas solo me veia como esclava hasta que le pagara el dinero*

-Esta bien

*Murmure solo para que estuviera feliz, iba a hacer lo que queria para que su ego siguiera tan grande como hasta ahora, asi que solo volvi a buscar la herramienta para esperar a que se acomodara y le diera lo que queria*

*La miré de reojo al ver que ella guardaba silencio.
Sabía que era mucho lo que le estaba pidiendo. Prácticamente tenía que asesinarme, pues no era solo apuñalar un cuerpo muerto, sino quitarme la vida, aunque fuera por solo unos días.*

-Si... si no lo haces, podría perder todo otra vez.

*Murmuré con súplica, justo antes de que accediera.
Me sonreí levemente y estiré mi mano hacia ella para ayudarme a levantarme cuando regresó.
Me ayudó a sentarme para quedar en una posición más cómoda, pasé mi brazo por encima de su hombro y guié el objeto que ella había escogido para nuestro propósito.
Era del tamaño adecuado, casi como un clavo, pero liso, limpio y de punta afilada, probablemente una herramienta médica personalizada.
Tomé su muñeca y guié su mano para colocar el puñal en la posición correcta, justo sobre mi corazón y levemente inclinada, a 35 grados en vertical.
Entonces me detuve, mirandola de reojo.*

-Gracias...

*Murmuré en voz baja.
Era cierto que siempre era una molestia, que solo servía para cosas simples y no era de gran ayuda cuando surgían problemas, pero ella siempre había estado junto conmigo desde que la había conocido, y a pesar de que la trataba de lo peor solo para que se marchara, siempre regresaba a mi lado bajo diferentes circunstancias, como una piedra que se pegaba a mi zapato cada vez que salía a caminar.
Con el tiempo dejó de molestarme su presencia, y si era por costumbre que seguía tratándola del mismo modo, detrás de aquella actitud había un apego mucho más profundo que solo laboral.*

-Esta vez no lo arruines mientras no estoy.

*Dicho de otro modo, que tuviera cuidado, y que confiaba plenamente en ella para mantener las cosas en orden.*

*Le ayude a levantarse en cuanto esturo su brazo hacia mi, no entendi porque se levantaba, suponia que se sentiria mejor.
Aun asi no le dije nada solo le ayude a sostenerte, siguiendo con mi mirada su mano hasta que tommo la mia para guiarme y poder indicarme donde era que debia clavar la herramienta*

-Estare bien

*Siempre lo estaba, al menos mientras no llamara la atencion, pero estando en un barco de solo hombres no habia manera*

*Sentí una inmensa presión en el estómago y el pecho me dolía de lo fuerte que latía mi corazón en ese momento.
Obvio... había muerto muchas veces y había acabado con la vida de muchas personas en el pasado, algunas de una forma muy humillante y dolorosa. Pero no por eso era insensible a la muerte y aún más a la mía.
Tenía miedo?
Por supuesto que tenía miedo, aún con la certeza de que volvería a la vida después, aunque solo dependía de que Aerith quitara la estaca de mi corazón cuando todo hubiera pasado.*

-Mi vida está en tus manos.

*Siempre lo había estado, después de todo. Desde que la había conocido, ella se encargó de devolverle el sentido a mi propia existencia.
Asentí en confirmación, y presioné su mano con la mia firmemente.
Solo tenía que empujar muy fuerte y de prisa.*

-Siempre me pones en ese dilema

*Murmure mirandole con los ojos entrecerrados y dando un suspiro, tenia mas opciones pero siempre se molestaba porque no haca lo que el queria, asi que esta vez iba a darle gusto en lo que me pedia.
Le mire cuando senti el apreton de su mano y aunque aparte la mirada asenti con la cabeza.*

-Lo lamento

*Murmure presionando con fuerza la herramienta contra su pecho hasta clavarla completamente como habia pedido*

*Había descendido en silencio las escaleras hasta el final del barco.
Los calabozos eran un buen lugar donde esconderme pues era oscuro, tenebroso y Monique no iba a creer que yo podía meterme allá abajo.
Lo que me pareció extraño fue que oí voces conversar, un hombre y una mujer que hablaban despacio, así que cuando acabé de bajar las escaleras, me acerqué a hurtadillas a la puerta para ver adentro y saber si me metería en problemas por escuchar, como la vez anterior en el pañol.
Había efectivamente dos personas hablando, y reconocí a Aerith y a médico loco que habíamos encontrado en la isla. Uno estaba sentado en el suelo cubierto de una manta cruda y la chica estaba a su lado. Parecía estar enfermo, sin embargo este no era un buen lugar para cuidar a una persona así. Junto a ellos estaba el maletín de Marko, todo revuelto y desordenado.
Los dos parecían solo estar hablando nada importante así que entré empujando la puerta, solo para ver en la primera celda cómo la chica apuñalaba a su compañero en el pecho con un objeto largo y metálico.
La sonrisa de mi rostro desapareció en un segundo, palidecí, me sentí enfermo y tembloroso. Mi corazón pareció dejar de latir por un momento y me cobrí la boca con las manos, tanto para no emitir un grito como para evitar vomitar a causa de la impresión.*

*Me Sonreí levemente.*

-Acaso no es así todo el tiempo?

*Comenté mirándola fijamente a los ojos unos instantes.
Ahora me hacia dudar, en el último instante, de si quería morir ahora mismo, pues justo en ese momento me sentí más vivo que nunca.
Fue sólo un instante, a pesar de todo, pues ella apartó su rostro a un lado y luego sentí el dolor de la puñalada sobre mi pecho.
Emití, sin poder evitarlo, un gemido que se ahogó de inmediato por la sangre.
La estaca a había desviado levemente hacia la derecha en su curso a causa de la fuerza de empuje de Aerith y en vez de atravesar mi corazón, simplemente lo rozó. En cambio, acabó atravesando de lado a lado mi tráquea.
No estaba en el plan, ni había pensado que ella fallaría al enterrar la estaca y ahora era demasiado tarde para arrepentirse y para incluso dar instrucción.
Fue más doloroso de lo que había pensado pues al contrario de lo que había planificado, no morí en seguida sino que mi corazón continuó latiendo y seguí sintiendo el dolor durante unos minutos. Al final no se que ocurrió primero, si el paro cardíaco o el ahogamiento en sangre, pero finalmente perdí la conciencia y eventualmente volví a morir, pocos minutos después de haber revivido.*

*Había esperado hacer algo bien, sin  embargo cuando dio el gemido y de su boca empezó a salir sangre supe que lo había hecho mal otra vez.
Por lo cual mi susto fue aun peor y quise ayudarle, tome el paño que traía y limpie su sangre volviendo a recostarlo para que quizá así muriera mas rápido y sufriera lo menos posible.
Las manos me temblaban y por mi mente paso que quizá había hecho algo aun peor que pudiera dejarle un problema, el miedo invadió mi mente y no pude mas que empezar a llorar intentando que descansara mientras moría.
Después de unos minutos que se me hicieron eternos fue que adriel dejo se respirar y su corazón de latir, fue que empecé a llorar sin limitaciones intentando dejarle tan presentable como el medico había hecho*

*Estaba completamente paralizado por la impresión. No me gustaba, pero no podía apartar la mirada. Quería correr de nuevo a cubierta, pero mis piernas no me respondían y apenas era consciente de que me aguantaba la respiración.
No fue mucho tiempo, pero me pareció que fue una eternidad entre la puñalada y que el hombre quedó inmóvil.
Olvidé el juego, olvidé a Tetra...Ni siquiera me di cuenta de que la niña lloraba, ni que yo mismo estaba llorando, pues mi atención estaba completamente sobre el hombre al que habían asesinado frente a mi, y toda esa sangre que había derramado, manchandolo todo.
Recordé por un instante a Luan, cuando lo vi en las literas todo vendado y Marko me dijo que iba a morir, pero ni siquiera en ese momento vi tan crudamente la muerte de una persona como ahora, en la que la luz de su mirada se fue apagando poco a poco, y sentí como unas cosquillas que subían por mi espalda hasta mi nuca cuando finalmente lo vi caer.*

-Jared!!!!

*Le llame cada tanto mientras lo buscaba en la cubierta, antes de empezar a bajar.
Por alguna razon el siempre se reia bajito cuanto lo llamaba, asi que esa era como una pista de donde estaria*

-JAred

*Volvi a llamarlo, bajando las escaleras para buscarlo y poderlo llevar arriba de nuevo*

*A pesar de todos mis intentos por detener el sangrado este tardo bastante tiempo en detenerse y dejarme finalmente limpiar a Adriel. Me lleve mas pañuelos de los que tenia y tuve que recurrir a las telas de mi ropa para poder limpiar la sangre
Por fortuna ese hombre había dejado un poco fe agua que fue la que use para quitar la sangre y sin darme cuenta tambien nos lágrimasque caían sobre el mientras limpiaba*

-Eres un idiota, me dejas lo mas difícil

*Le reclame a su cuerpo inherte y solo murmurando bajo parai misma*