Santa Bárbara

*Subimos dos niveles, hasta el tercero donde estaba el Santa bárbara. Una especie de bodega justo bajo el nivel de las literas, repleto de cajas de pólvora, armamento, paquetes de alimento, mercadería y agua fresca en barriles.
Parecía que podíamos quedarnos aquí unas cuantas horas para escondernos de los demás, o al menos Aerith podría estar aquí cómoda y a salvo mientras yo arreglaba los asuntos.
Al menos no estaba húmedo ni olía a moho sino a condimentos. Aquí no hacía tanto frío y podía acomodarse a descansar sin que nadie la notara entre unas cuantas cajas. Solo era cuestion de ser inteligente y crear un escondite perfecto.
La cargué hasta un rincón para dejarla en el suelo, mostrándole un dedo sobre mis labios.
Aún cuando fuera seguro, era más probable que alguien nos escuchara si hacíamos demasiado ruido.*

*Me escondi en su espalda mientras subiamos porque no sabia cuando mas iba a seguir avanzado, asi que cuando entramos a un lugar fue que me asome por sobre su hombro encontrando que habiamos entrado a algun tipo de bodega, el cambio de temperatura fue notorio y realmente agradable despues del frio de alla abajo.
Aun asi me quede quita hasta que Adriel me bajo en un rincon y le mire fijamente antes de asentir con la cabeza a su peticion, guarde silencio, pero no pude evitar levantar un poco la cabeza para ver que habia en ese lugar*

*Miré a todos lados como buscando algo hasta que lo encontré. Unas mantas que servirían para abrigar a aerith estaban apiladas en un rincón así que fui a por ellas para traerlas y acomodarlas en un rincón cálido.
Estaba familiarizado con la estructura de los barcos así que ubiqué más o menos el sitio que colindaba con la cocina porque sería el más cálido de ese nivel.
Había muchas cajas vacías así que fue fácil discimular un pequeño escondite para ella y para mi, aunque yo no iba a qedarme en ese lugar pues estabamos apretadísimos.*

-Aquí vas a estar a salvo.

*Le dije murmurando bajito pues al más minimo ruido seguronos descubrían.*

-Dejame revisar tu herida. La limpiaré.

*No podía fiarme de ese otro doctor,del momento en que trabajaba para un pirata.*

*Me quede quieta abrazando mis piernas mientras miraba a Adriel moverse y acomodar cosas asi como mantas, sin entender que era lo que pensaba hacer, ya que si no nos encontaban alla abajo seria facil que nos encontran aqui, sin embargo solo lo observe hasta que me hablo y me acerque a donde habia formado ese pequeño escondite*

-No nos iriamos?

*cuestione curiosa mirandole preocupada y solo acomodandome para que el pudiera revisar la herida como me habia pedido, aunque ese otro hombre ya la habia revisado*

-Después. Solo tengo que revisar cómo están las cosas en la cubierta.
Cuando todo esté hecho, bajaré a buscarte.

*La herida no estaba mal. Bien cuidada, limpia, solo algo más húmeda de lo que me hbiera gustado ye ra porque el ambiente no estaba bien para que se recuperara.*

-Estaremos bien.

*Repetí, más para convencerme a mi mismo de que esta vez no se me estaba permitido fallar, por ningún motivo, a mi objetivo.*

-te acompaño

*Le dije simplemente, sin ser exigente o pesada solo que no queria que le llegaran a hacer nada despues de que se habian enterado de su condicion*

-De verdad?

*Pregunte a sus palabras, lo habiamos estado porque no habiamos hecho nada, pro ahora que estabamos escapando no estaba tan segura*

*La miré por lo bajo y embarque una ceja*

-Te digo que te quedes aquí y luego vengo.

*Repetí, intentando ser paciente para luego cubrir de nuevo su herida.*

-De verdad. Ya no deberías moverte. Te hace sangrar cada vez que te esfuerzas por levantarte y caminar.

*Y en realidad, estos primeros días después de la lesión debía de estar en completo reposo para evitar complicaciones tales como hernias y hemorragia interna.*

-De acuerdo

*Acepte dando un suspiro y quedándome donde me había dicho para mantenerme quiera como pedía*

-Ya lo se, pero no hay oportunidad

*Menos desde que nos habían descubierto *

-Si llega a pasar algo seguramente la tomarán conmigo. Así que mientras puedas, mantente escondida.

*No era como si quisiera que algo malo pasará, o como si fuera a dejar que ocurriera porque definitivamente no quería dejarla sola a bordo de este barco, menos con piratas estúpidos que no dudaban en ponerle una navaja al cuello mientras dormía. Recordar esa escena me hizo enfurecer internamente y miré fijamente a Aerith por unos segundos.*

-No te muevas de aquí.

*Me acomode para verle mientras me explicaba pero había cosas que no me parecian y que era capaz de contradecir si no me gustaba lo que pasara. Asentir con la cabeza a lo que dijo para que no se fuera a enojar como normalmente hacia*

-A menos que sea necesario?

*Quize saber para saber que oportunidad tenia en caso de que considerara una emergencia *

*La miré de reojo, no enojado en realidad pero si algo molesto porque continuaba buscando mi propia aprobación para desobedecer una orden clara.
Negué con la cabeza y me Sonreí de medio lado... Ella era i creíble .*

-No va a ser necesario.

*Contesté con seriedad a pesar de mi sonrisa y de ese modo me alejé de ella, no sin cubrir el escondite antes con algunas telas de embalaje y unas cuerdas cruzadas.*

*Claro que me desepciono no haber podido lograr algo, pero no reacomodar si con el lograra obtener algo a final de cuentas, porque todo lo hacia de manera que no le desobedeciera*

-De acuerdo

*Murmure quedándome acostada en el escondite, esperaba que le fuera bien y como el había dicho, no fuera necesario moverme de mi ligar*

*Yo no quería reconocerlo entonces, pero en realidad estaba muy preocupado por Aerith y su salud. Todo lo que tuvimos que pasar en esa isla, el hambre, las malas noches y la precaria higiene de la intemperie, además de todo lo que ella se desvivió por cuidarme hasta acabar herida de disparo, su cuerpo no estaba fuerte como para soportar una herida asi y encima nos van a tirar prácticamente al lugar menos apropiado para un herido pues corría riesgo de hipotermia o peor aún, que se cogiera una severa infección.
Por eso había escapado de la prisión. No me importaba fuera capitán, pirata o que diablos. Simplemente no podía tratar a una mujer de esa manera...
Deje a Aerith a salvo en ese lugar y subí las escaleras.
Sabía exactamente donde podía encontrar a ese sujeto...el capitán del barco.*

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*Escuche sus pasos hasta que desaparecieron al subir completamente de la bodega, ya que se mezclaba con los que habia en cubierta y que no podria averiguar de que se trataba.
Me quede en el refugio mirando las matas, el piso, las cajas e inclusive el techo del lugar ya que era lo unico que podria hacer hasta que me ganara el sueño o decidiera desobedecer a Adriel de nuevo*

*Me quede en el lugar que me habia pedido Adriel, pero la preocupacion me invadia porque ese hombre sabia lo que eramos ambos y no queria que llegara a lastimar a Adriel, los segundos se me hicieron minutos y los minutos eternos, asi que me levante de mi escondite y me asome para comprobar que no habia nadie.
Adriel me iba a regañar lo sabia y sabia que me lo mereceria por desobedecerle pero no estaba para lamentarme antes de que pasara asi que sali con sigilo de mi escondite y me dirigi a la salida a cubierta por donde habiamos entrado aqui*

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*Pase de largo las literas hacia el tercer nivel bajo cubierta con el único objetivo de hallar un sitio donde nadie me escuchara y no tuviera que escu har a nadie.
No quería escuchar, simplemente, después de darme cuenta de que era lo que me ocurría l oír, o creer oír ciertas cosas.
Seguramente la sirena había gritado para defender a su compañero, y en mi mente perturbada por mis recuerdos, intérprete ese grito como de auxilio y me envió de vuelta a aquel momento en que fracasé como ser humano, como Tritón y como hijo para mis padres.
Respiraba profundo para no dejarme embargar por la desesperación. Intentaba pensar en cosas buenas, en lo que habia logrado, en el ambiente seguro en que vivía Jared, pero no permanecía mi por mucho tiempo.*

-Soy igual a ti.
Me forjaste por la fuerza para ser una copia de tu inhumanidad.

*Gemí llevándome las manos sobre la cabeza mientras caminaba hasta el fondo del polvorín y me senté sobre un saco de trigo, probablemente el último que quedaba a bordo pues las cajas y barriles a nuestro al rededor estaban vacíos y los cabos y cuerdas colgaban del techo lánguidos como gusanos hambrientos.*

*Seguí a Henry sin hacer mucho ruido porque no quería perturbarlo demasiado asi que en cuanto el entro al polvorín estrella detrás de el, pero me quede a distancia solo para observarlo y cuidarlo en realidad porque no iba a dejarlo solo de nuevo como hace años atrás.
Me acomode sobre una caja mirando el techo del polvorín solo en silencio *

*Me encogí sobre mi mismo con unas ganas de llorar que parecían querer explotar dentro de mi pecho y me dolía la presión que ejercía el llanto que intentaba contener. Pero había prendido a callar después de tantos años de maltrato. Aprendí, después de tantos cientos de veces en que alguien me oyó y termine pagándolo caro, a llorar en silencio, dejando que las lágrimas fluyeran sin emitir un solo gemido, a permitir que mis hombros se contrajeran manteniendo mi respiración bajo control para que nadie lo notara. Mi llanto estalló como si se mezclara con la brisa, como si fuera parte del oleaje, mimetizado con los chillidos de la madera al meserse la embarcación de un lado hacia el otro, y las lágrimas saladas cayeron al suelo, escurriéndose por entre mis dedos como gotitas de rocío por la madrugada.
Así el mundo nunca se enteraba de mi dolor, aún cuando más falta me hiciera sentir a alguien a mi lado, estaba acostumbrado a esconder mi tristeza y mi dolor, para no darle placer a quienes disfrutaban de verme devastado.*

*Me resulto extraño que no dijera nada a pesar de que estaba ahí para el y mas aun que se escondiera de es manera asi que me levante y fui caminando hacia el, para acomodarme a su lado *

-Sabes que ya no estas solo, verdad?

*Le cuestione mirándole de reojo, mostrándome tranquila y siempre comprensiva con él *

*No me había percatado de la presencia de Tetra ni de nadie a mi al rededor hasta que por el rabillo el ojo note una sombra que se asentaba a mi lado, provocando que el saco de trigo se comprimiera debajo de mi sentadera y me hiciera brincar.
No me moví hasta escucharla y asentí, frotándome los ojos  con las palmas de mis manos.*

-Es ... es difícil acostumbrarme ...

*Murmuré con la voz compungida y casi silente pues no podía detener mi llanto.
Si que era difícil acostumbrarme a tener a alguien al lado. Recordaba a Luan ejerciendo toda su paciencia conmigo intentando de que le dijera como me sentía y lo que pensaba. Tras todo lo que pase junto con Dannia me había retraído tanto que apenas si hablaba o miraba a nadie a la cara.
Por eso cuidar de Jared me fue tan imposible y por eso es que laa ayuda de Luan fue tan esencial.
Aún así, nunca recupere mi personalidad original y seguía escondiendome y ocultando mi sentir a todos los que me rodeaban, por costumbre.*

*Alcance sus manos con las mias para quitarselas del rostro*

-No estoy aqui para que te contengas

*Por mi podia seguir llorando ya fuera en silencio o con todo el sentimiento que tenia dentro porque no era quien para cohibirlo de nada*

-No volvere a dejarte solo

*Siempre y cuando él me lo permitiera iba a estar a su lado*

*Cuando ella quito la oscuridad que brindaban mis manos sobre mi rostro me sentí desnudo y expuesto y fui consciente de mi cuerpo tembloroso y ridículo. Como si hubiera vuelto el tiempo atrás, mi cuerpo de hombre perdió vigor y presencia para transformarse en un bulto convulso y patetico cuya existencia se reducía a la nada.
Mis ojos rojos colmados de pecado tenian el temple de los de un anciano cansado de vivir, exhausto de ver sangre derramada. Mis manos temblaban así mismo, pesados por la culpa que se había cumulado sobre mi espalda.
Aún si, al escucharla me sonrei débilmente y con evidente tristeza.*

-No debes profesar una promesa que no depende de ti cumplir.

*Dejé ue ella envolviera mis manos con las suyas tan fraternalmente que parecía estar acuñando a un niño. Entonces baje la mirada y escondí mi rostro de ella, avergonzado.*

-Estoy condenado, amiga...
Si te quedas conmigo vas a padecer del mismo destino.

*El mismo destino de Dannia y su padre...*

-No te dejare solo, te acompañare hasta que mi vida se apague

*Esa si era una promesa que podia cumplir, ahora que era fuerte y podia defenderme no iba a dejar que eso pasara tan pronto*

-Aun asi me quedare, porque como tu amiga no te dejare sufrir solo como has hecho todos estos años

*Mi expresión se contrajo en angustia al escucharla y negué con la cabeza abrazándola por sobre sus hombros.*

-Ah, no... por favor no digas eso.

*Supliqué tomándola como si no quisiera que se apartara de mi.*

-No digas eso... No soportaría ver que tu vida se apaga de nuevo frente a mis ojos.

*No, no iba a poder cargar con esa culpa y el dolor de perder a la misma persona dos veces.
Sentí que el llanto de nuevo me invadía ante el solo recuerdo de aquel día que la vi morir. El mar teñido de su sangre y sus ojos vacíos que se perdían en el fondo del océano.*

-No de nuevo. Moriría antes para impedirlo o moriré después de la tristeza, Tetra.

*Aseguré sintiendo mis hombros agitarse por el llanto.*