Armería sin nombre

*No me molesté. Es más, era casi cómodo, si no fuera porque la camisa colgaba por gravedad y caía por encima de mi cabeza cubriendome el rostro y dejandome a vientre descubierto a la interperie.
Yo, en mi sueño soñaba con mi mamá. Tenía una idea de como era, por lo que Luan me había dicho unas veces y lo poco que Henry me hablaba de ella, aunque lo que primaba era mi propia imaginación. Su cabello rojo como el fuego a media noche, y sus ojos del color del cielo a medio día. Fuerte y buena, mi mamá viajaba en un barco imponente conquistando tierras de nadie, con su tripulación que la amaba, porque la imaginaba como Henry era, como un buen capitán que cuidaba de sus tripulantes. Era, en cualquier caso, el unico tipo de capitán de barco que conocía.
Me reí sintiendo cosquillas, porque en mi sueño mi madre jugaba conmigo y me sonreía, aun cuando no pudiera distinguir su rostro, pues no lo conocía, sabía que era ella.
Luan me dijo, el día que se fué, que siempre iba a estar a mi lado aún desde el otro mundo, y me preguntaba si quizás mi mamá hacía lo mismo a veces, y me visitaba en mis sueños.*

*seguí comiendo con total tranquilidad y después de servirme un segundo cuenco, saque la olla del fuego antes de que se quemaran los cereales. Afuera todavía no había movimiento, reinaba el más absoluto silencio a excepción del crepitar de las llamas. Era lo que me gustaba de esa hora, uno podía pensar y trabajar tranquilo. Abandone el tazón ya vació y me puse a revisar algunos de los percutores de los últimos mosquetes en los que había estado trabajando*

*El sonido de laz olas del mar era arrullador, y estando colgado de los pies el movimiento natural hacia que mi cuerpo pendulara ligeramente, lo cual me recordaba al vaivén del barco. No había nada a mi al rededor que me pusiera en alerta, nada extraño al menos que pudiera percibir estando profundamente dormido y confiado de que me encontraba en un lugar seguro con gente en la que confiaba.*

*pasaron algunos minutos y aún no escuchaba ningún ruido desde el patio. Salí para ver al niño aún durmiendo profundamente, Suspire y corte la cuerda de la que colgaba, atrapándolo antes que cayera al suelo. Lo lleve tendido boca abajo sobre mi hombro, hasta una gran palangana de agua donde enfriaba el metal. Lo agarre de los tobillos con una mano, y lo sumergí de cabeza en el agua, dejandolo allí algunos segundos antes de sacarlo para que tomase aire, no era la idea ahogarlo ni dañar sus pulmones por falta de aire por lo que tenía mucho cuidado con el tiempo, pero si no despertaba por la buenas lo haría por las malas*

*No supe cual era la herrería de este lugar, especialmente porque no tenía letrero que recordará, así que estuve preguntando a donde podía encontrar al vendedor de armas, vague durante la noche y parte de la madrugada buscándolo hasta que por fin alguien con buen estado de conciencia y conocedor de la o isla me lo dijo, así que al llegar toque la puerta como si quisiera tomarla para sacar al niño de ese lugar*

*Me reí divertido entre sueños por los extraños movimientos del barco, que parecía nadar sobre sábanas en vez de sobre el mar, y era divertido hasta que sentí de pronto helado. Pero muy helado y húmedo y que tragaba agua por un corto periodo de tiempo.
Tocí, aún dormido y la segunda vez que sentí lo mismo fue que desperté asustado, cuando tragué más agua que la primera vez.
Exclamé fuerte al encontrarme cabeza abajo, con la cabezaa cubierta y me moví para intentar soltarme de lo que fuera que me sostuviera.*

-Aaaaaaaah! Ayuda! Ayuda! Nooooooo!

*Grité asustado de no saber lo que estaba pasando.*

-Al fin algo que funciona

*murmure para mí, sacando al niño del agua y bajándolo hasta que su espalda tocara el piso antes de soltarlo*

-Te dije que te levantaras

*le recordé dejándolo para ir hacia la fragua y empezar a trabajar el metal. Avive el fuego y volqué los metales en la tinaja de piedra para que se derritieran*

-Toma una escoba y ponte a barrer

*ordené totalmente ajeno a los golpes en la puerta principal, allí dentro era fácil pasar el frente desapercibido si uno no estaba atento, y a esa hora definitivamente no esperaba ningún visitante*

*Volví a golpear la puerta con toda la fuerza que me daba sin llegar a causarle un daño a la puerta, porque me sería más fácil tomarla y entrar a buscar a Jared, pero lo haría a la buena antes de pensar en hacer las cosas más violentas.*

*Me erguí cuando sentí que tenía apoyo en el suelo y acomodé mi camisa, ahora mojada, descubriendome el rostro para ver nada mas y nada menos que al desconocido.*

-Pero estaba durmiendo!

*Reclamé, mirandolo con enfado desde el suelo mientras me quitaba la ropa mojada y veía lo que él estaba haciendo.
Luego me acerqué a ese fuego con mis ropas en las manos para secarlas.*

-Tengo frío, no voy a barrer mojado. Es tu culpa, Pedro.

*Lo llamaba Pedro porque él se negaba a decirme su nombre real, y además si me ponía a barrer iba a quedar todo sucio, de modo que primero quería secarme.
De pronto sentí fuertes golpes que venían de algún lugar cerca de aquí, pero como pedro no se inmutó, yo tampoco lo hice.*

-Si te hubieras despertado cuando te lo dije, estarías seco

*lo deje hacer lo que quisiera, a fin de que si no trabajaba no iba a comer y ese era su problema. Puse al fuego una vara gruesa de metal para que hiciera el cuerpo de la espada. Esta vez si escuche los golpes en la puerta, pero los ignore, por si no era obvio con la ausencia de luz y la puerta cerrada, no estábamos abiertos. Mathew llegaría aún en un par de horas*

*Miré al rededor cuando volví a escuchar y miré a pedro.*

-Pedro...
Qué es ese ruido? *Susurré como si no quisiera que nadie más que él escuchara. No solíamos golpear puertas en el barco para entrar a un lugar, a menos que fuera privado, aunque no había mucha privacidad a bordo jamás excepto en el camarote de mi hermano. Aún así, tan solo se golpeaba n par de veces siempre y luego se entraba nada más con o sin permiso.
Así era siempre.*

*saque la vara de metal al rojo vivo, con una pinza y la coloque sobre el yunque, para comenzar a darle con la masa*

-Algún idiota que no entiende el concepto de cerrado

*replique simplemente concentrado en lo que hacia y manteniendo los golpes firmes y constantes. Descargaba el peso contra el metal que iba estirándose y cambiando su forma. Los golpes pronto apagaron el sonido de la puerta*

*Mantenía mi ropa mojada cerca del fuego, aunque la vigilaba constantemente pues no quería que se quemara.
Sin embargo cuando Pedro sacó ese palo rojo del fuego me lo quedé mirando, impresionado, y todo lo que hizo a continuación.
Nunca había visto nada tan bonito como el color de ese palo, que parecía sacado directamente del cielo del atardecer.
La idea me hizo ilusión y me acerqué un poco para ver más de cerca, pero allí todo estaba muy caliente.*

*seguí concentrado dándole forma al arma hasta que tuve que regresarla al fuego, la agarre con un trozo de cuero doblado en cuatro, pero cuando fuí a devolverla al horno me encontré con el niño metido por poco de cabeza allí dentro. Lo agarre del cuello con mi mano libre y lo tire hacia atrás, apenas unos segundos después una brasa salto hacia donde él había estado*

-Agarra la escoba

*volví a ordenarle con rudeza antes de que volviera a dar problemas*

*Me hubiera quedado todo el día encandilado con el color del fuego, tan bonito que parecía un sol y me preguntaba qué tanto quemaría si lo tocaba... si no fuera por Pedro que me quitó de pronto de un tirón y lo miré confundido, porque esta vez no estaba haciendo nada malo. De nuevo frunci el ceño y fui a por mi ropa, que ya estaba suficientemente seca de nuevo.*

-No se donde esta. *Reclamé mientras me ponía mi camisa y luego el abrigo de lanilla que parecía haberse encogido con el calor y me lo acomodé, estirando los brazos.*

-Además bo se para que barrer, si está todo sucio de todos modos. *No importaba barrer, porque se iba a ensuciar igual después, pero igual tomé la escoba y comencé a dar escobazos en todas direcciónes para barrer. No sabía por donde comenzar de todos modos asi que empecé por en medio hacia las orillas*

*Insistí hasta que me cansé dd tocar y en lugar de eso empecé a patear la cerradura para venderla o sacarla y poder abrir la puerta aunque fuera a la fuerza como la segunda opción que pasó por mi mente, me habían querido que viniera me iban a recibir aunque ahora no quisieran*

-Así que aquí les tumbó la puerta

*Murmure para mi sin parar*

*los golpes se habían vuelto tan insistentes que ya eran molestos. Abandone mi trabajo en tanto el metal se calentaba y deje el cuero en una esquina*

-Quedate barriendo

*advertí al muchacho con rudeza pues sabía que en cuanto le quitara la vista de encima haría todo lo contrario. Fui hacia la puerta y conté los golpes antes de abrirla de golpe cuando debiera llegar el próximo golpe para desestabilizar a quien quiera que estuviese fuera*

-Buenos días, Tetra

*salude algo divertido al ver a la muchacha*

-Ahaaaam *Contesté de mala gana, dando escobazos quizás demasiado fuertes que levantaban el polvo y cuando se fue lo miré de reojo hasta que desapareció por esa puerta.
Esperé unos segundos y, en cuanto vi que no iba a volver en seguida, corrí hacia el horno para ver el fuego.
Él metía ese palo y le quedaba rojo como fuego y quise hacer lo mismo.
Levanté la escoba y la metí por el palo, pero no hizo lo mismo, sino que apenas alcancé a ponerlo dentro cuando la madera encendió y comenzó a quemarse.*

-Aaah... *Me sorprendí sacando la escoba y sacudiendola paraque se apagara, pero comenzó a saltar palo quemado por todos lados.*

-Aaah! Pedro! Pedro! *Lo llamé para que viniera a ayudarme.*

*escuche los gritos y me frote la frente dándole a Tetra una mirada*

-"Eso" es tuyo?

*pregunte con hastío regresando a zancadas largas hacia adentro para encontrarme al niño con una antorcha en la mano. Suspire sin poder creer que fuera tan idiota*

-Alto!

*le ordene con fuerza para que dejara de sacudir el palo desparramando brasas por todo el lugar. Una vez que se detuviera todo lo que tendría es una simple antorcha, había tenido suerte de no haber llevado el fuego hacia adentro hubiera hecho volar un par de cosas con la pólvora*

*Escuché pasos después de un rato pero aún así seguí pateando hasta que el pasador sono y en lugar de dar contra la puerta le Di a la pared donde me quedé estable mirando a quien abría la puerta.
Crei ver mal, pero después de analizarlo frunci el ceño y me empuje de la pared para quedar de pie*

- Que demonios haces tu aquí?

*Yo lo hacía en tortuga cuidando la armería, no sabía que había.cambia de local, no me lo había dicho. Entonces escuché gritos del interior y reconocí a Grysha , ante el reclamo de Dom me encogi de hombros y fui detrás de el*

-Ayayayay! Peeedrooo!

*Lo llamé de nuevo mientras corría y sacudía el palo y lo golpeaba contra el suelo queriendo apagarlo pero no hacía más que lanzar chispas por todos lados y se encendían los pastos secos y la suciedad que estaba tirada por todos lados, hasta que oí a Pedro y me volteé a verlo congelado como una piedra, con la escoba en alto.*

-Se quema! La escoba se quema Pedro!

-Metelo en el agua

*señale la tinaja donde lo había metido antes de cabeza*

-Y traémelo

*le indique pronunciando las palabras con claridad y firmeza, para que no empezara a correr de nuevo como un pollo sin cabeza*

-Pedro? Porque te dice Pedro?

*Le cuestione mientras escuchaba los gritos del niño y como le daba órdenes como si se tratara de mi o Henry aun en el barco, lo cual me causó gracia*

- Que le pusiste a hacer?

*Jared no era un niño para deberes no estaba criado para eso*

*Mantuve la escoba en alto un momento, alejada de mi con el brazo y cuando oí su instrucción miré la tinaja y corrí hacia ella para poner el palo dentro. En medio de vapor  y un burbujeo breve, la llama se extinguió y exhalé profundamente, aliviado.
Entonces lo saqué y como me dijo, se lo llevé, mirando el palo negro de la escoba que ahora ya no servía para barrer.*

-Se encendió. *Le dije pasandole la media escoba que quedaba y luego oí una voz que se oyó familiar y voltee para encontrar a Tetra.
Sonreí ampliamente y corrí hacia ella.*

-Tetra! Estas aqui! *Exclamé alegremente, abrazandola con fuerza.*

-Porque no le dije mi nombre

*replique simplemente recibiendo la escoba y mirándola con las cejas alzadas antes de dejarla caer al suelo*

-Lo puse a ganarse su comida

*observe al niño abrazándola y luego a ella ahora con seriedad*

-Tengo que hablar contigo