Armería sin nombre

Una pequeña armería destartalada que queda casi perdida entre los demás negocios del mercado. Difícilmente la vera quien no la busque pero a pesar de todo sobrevive. Quizás por haber solo dos armerías en el lugar, quizás porque los que saben lo que quieren buscan al dueño y no al negocio. Un joven llamado Mathew es quien fabrica la mayoría de las armas y las vende, él los recibirá en caso de que deseen visitarlo, si es que escucha su presencia sobre los golpes de la fragua. Y al fondo del lugar podrán encontrar mi casa, y a mí si es que tienes algo que amerite mi atención, y si es que no he salido en uno de mis viajes, después de todo solo soy un pobre y viejo pirata retirado.

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Jared Gain escribió:*En poco tiempo parecía que la gente se volvía de alegre a indisciplinada y menos mal que nos fuimos, porque a pesar de que no le creí, el hombre decía la verdad sobre que no me iba a gustar estar allí después de un rato.*

-A donde vamos?

*Me quedé cerca suyo camino a la salida, y aún después de salir, pues a pesar de que ya no llovía con tanta fuerza, había relampagos arriba en el cielo, y los truenos hacían que el suelo y el aire retumbara todo al rededor.*

*lo lleve por los callejones, usando las maderas sobresalientes de los techos para guarecernos de la lluvia. Caminamos unos 10 minutos por lugares enrevesados hasta dar con un viejo y destartalado edificio de madera cuya pinta alejaría a cualquier hombre bien. Lo hice pasar adentro y cerré la puerta a nuestras espaldas. Mathew hacia tiempo que se habría ido, no es como si hubiera nada que hacer con semejante tormenta. No tenía sentido que siguiéramos hasta mi casa, esa noche era mejor dormir en la armería. Guié el muchacho hacia adentro y por unas escaleras ocultas de la vista del potencial comprador. Arriba había una única pieza donde solía dormir mi socio con apenas una cama y una ventana al callejón*

-Dormirás aquí hasta que aparezcan por tí

*le indique quedándome en la puerta, yo esperaría fuera hasta que eso pasara*

*No me dijo a donde íbamos, pero lo seguí porque no quería quedarme solo bajo la lluvia y porque no convenía para nada alejarme de la unica persona que me estaba ayudando. Después de todo me cuidó y me alimentó sin obligación de hacerlo.
Cuando llegamos al edificio creí que sería alguna especie de bodega o algo así, pero al entrar era todo tan impresionante que nadie se creería que sería el mismo edificio que parecía ser.
Estaba lleno de armas. Hierro, hierro por todos lados y pistolas viejas y nuevas colgadas en las paredes y partes en estantes diferentes. Había munición, balas de pistola y de cañón, pólvora y limpiapipas del tamaño de un remo.
Me puse a curiosear de inmediato, hasta que el hombre me obligó a caminar y seguir por una escalinata estrecha hacia un segundo piso, o algo así.
Había un camastro improvisado con madera y colchón de heno envuelto en tela, con varias mantas encima. Olía a aceite y  carbón, y había goteras en el techo.*

-Pero no quiero dormir. *Dije volteando a ver al hombre  y ladeé mi cabeza hacia un lado.*

-Puedo ver la tienda abajo?
Esas armas son todas suyas? Las fabrica o las compra?
Es coleccionista?

-No voy a estar lidiando con los clientes si provocas alguna falla

*y había demasiadas armas como para llevar registro de lo que tocara. Le indique la cama de nuevo con un gesto y me senté en el suelo fuera de la habitación, para descansar un poco hasta que mi antigua aprendiz apareciera*

-Puedes preguntar sobre lo que veas de aquí arriba

*le concedí pues supuse que era la manera más fácil de mantenerlo quieto en un lugar*

-clientes? Usted vende armas?
Mi hermano igual vende cosas. Cosas en cajas grandes. Dice que son sorpresas.

*La verdad es que henry nunca me quiso decir qué era lo que vendían, y era más fácil para él decir que nadie lo sabía.
No hacía caso a desconocidos como él, por lo general. Pero por alguna razón obedecía con una sola mirada a sus gestos. Debía ser que tenía magia en sus ojos o algo así. De modo que me senté en el camastro aunque solo hasta que lo oí y me levnté para ir hasta la puerta. Intenté mirar hacia abajo.*

-Pero no veo nada... *Reclamé pues él y su cuerpo bloqueaban todo hacia abajo.
Me apoyé en sus hombros con mis manos para dar saltos a sus espaldas y ver si lograba distinguir algo en la penumbra del primer piso.*

-Tu hermano es un mercante?

*pregunte sospechando que todo alrededor de ese niño no era tan simple como había supuesto, ya el que Tetra fuera su cuidadora era extraño, pero la imagen de este supuesto hermano cada vez se acercaba más a la de otro tipo de mercante que la que había considerado en primer lugar, más al tipo que venía a mi tienda de cuando en cuando*

-Acostumbra tus ojos

*me corrí apenas un poco hacia la pared para permitirle ver. No había prendido ni una vela así que toda la luz disponible provenía de la ventana del cuarto y de una sucia ventana del frente, que de tanto tizne bloqueaba más luz de la que dejaba entrar*

-Si, viajamos en un barco mercante... daaah. *Era lógico que lo era, además que podía sacarlo por conclusión. No eramos piratas, y tampoco militares, así que caía de cajón.*

-Yo también vendo cosas a veces. Antes vendía los zapatos que me encontraba tirados por el barco. Me iba muy bien. *Y a mas de alguien le había choreado que sus zapatos desaparecieran de un momento a otro del sitio donde los había dejado.
Cuando se corrió me escabullí por debajo de su brazo para ver, sacando medio cuerpo de la habitación con las manos apoyadas en el suelo. Achiné los ojos para ver en la oscuridad.*

-Tampoco se ve mucho. *Pero lograba distinguir lo que parecían rifles de larga distancia, nada más, ni un detalle.*

-Le vendes armas a los militares? *Pregunté, pues parecían de esas que usaban los de uniforme rojo, de esos que se llevaron a prisión a mi hermano una vez.*

-A veces

*conteste sin darle mucha importancia, alguno que otro militar retirado venía a comprar sus armas aquí o hacer algún tipo de negocio, no todos tenían reparos en hacer negocios con piratas, retirados o no*

-A veces ellos me las venden a mi

*agregue encogiéndome de hombros*

-Sabes algo de armas?

-Ooooh, por eso tienes de esas? Como es que se llaman... bayas.. boyas... *No lo recordaba. Creo que se llamaban Bayonetas.
Pocas veces había oido a los adultos hablando de armas, a escondidas. Henry no me enseñaba nada de eso. Decía que no eran cosas que los niños debían saber.*

-Un poco. Mi mamá tenía muchas armas, pero mi hermano no me deja tocarlas. Dice que no tengo edad de usar armas de ningún tipo. Pero Tetra me regaló una espada de madera, y él no lo sabe.

*Me sonreí con cierta travesura al recordar además mi secreto. Que le había sacado una daga de mi mamá a Henry de su cajón.
Como estaba enfermo y no podía revisar, no se había dado cuenta.*

-Bayonetas son las hojas que van encastradas, el arma a la que esta unida ahí es un mosquete

*aclare con calma, dando un bostezo. Era frecuente que la gente las confundiera. No eran de mis armas favoritas, me parecían demasiado largas y torpes para pelear cuerpo a cuerpo*

-Tu mamá era también mercante?

-Mosquete- *Repetí impresionado.*-Como Mosquito, pero con e.

*Me reí de nuevo y luego a su pregunta negué con la cabeza, mirandolo hacia arriba y hacia atrás, por la posición en la que estabamos.*

-Ella no era mercante. *Era pirata, pero eso no se lo podía decir a él, ni a nadie. Henry me dijo que los piratas no eran queridos, por eso tampoco podía decir el nombre de mi mamá, porque había sido muy famosa y había gente que aún la recordaba.
Me quité de debajo de su brazo, retrocediendo para rebuscar entre mis ropas y encontré la daga. Era pequeña como para esconderla entre la ropa, y distintiva, por lo adornada que estaba.
Yo no lo sabía, pues Henry nunca me lo dijo, pero mi mamá solía usar esa daga a menudo sobre los cuerpos de sus víctimas para marcarlos como suyos.
Para mi era algo importante, porque creía que la unica manera de sentirme cerca de mi mamá era mediante las que habían sido sus cosas.
Volví a meterme por debajo de su brazo, pero esta vez con la espalda hacia el suelo, y le mostré el arma.*

-Mira. Esta era de mi mamá.
Mi hermano la guarda en un lugar especial, junto con todas las demás.

*Él trabajaba con armas de fuego, pero esas eran más dificiles de esconder así que no había sacado ninguna aún.*

*observe al niño sacar algo de entre sus ropas, sin prestarle demasiada atención hasta que se acerco a mostrármela. Sentí el mismo escalofrió de antes recorrerme sin poder dejar de mirar la daga y luego al niño, en el que ahora veía facciones de alguien que llevaba bastantes años en algún circulo del infierno, de pronto su risa de la taberna repercutió en mis oidos*

-El nombre de tu mamá, lo sabes?

*pregunte intentando ocultar el ligero temblor de mi voz nacido de la conmoción*

*Sonreí al notar en su mirada que la daga le había gustado, y cuando preguntó asentí, mientras volvia a guardar mi tesoro entre mis ropas como diciendo "es mío y no te lo doy".*

-Pero es un secreto también. *Contesté aun sonriendo, pero noté algo en su voz que era distinto y lo miré fijamente. Me miraba de algo, y no sabía porqué.*

-Tienes que ir al baño? *Pregunté, incorporandome hasta quedarme sentado y mirandole con atención.*

*di un suspiro intentando recobrarme, esa mujer debía estarse riendo de mí en el infierno, sacudí la cabeza, habría jurado que escuchaba sus carcajadas con toda claridad*

-El de tu padre también es secreto?

*pregunte adivinando la respuesta, quien fuera que hubiera criado a este niño sabía muy bien quien era Dannia Gain*

*Pareció por un momento que se molestó por algo, pero cuando me preguntó sobre mi papá volví a negar con la cabeza.*

-A am... no, pero tampoco lo se.

*Le dije confundido. Porqué querría él saber sobre mi papá?*

-Yo no tengo papá. O si, pero no se quién es.

*Recordaba haberle preguntado a Henry, pero no me dijo nada. Henry, hasta hace unos años, no hablaba nada.
Luego Luan me dijo que probablemente estaría muerto.*

-Me dijeron que murió, como mi mamá, pero yo no lo creo.
Yo creo que vive y que algún día lo voy a encontrar, si viajamos lo suficiente

-Y quien te crio?

*pregunte con tranquilidad decidiendo bajar al fogón de abajo para poder encenderme un cigarro, lo necesitaba*

-Espera aquí

*le indique mientras bajaba por las escaleras. Avance más dentro de la casa hasta llegar al fogon permanentemente encendido, en la parte trasera del lugar, cerca de un gran patio interno donde trabajabamos el metal. Saque un puro y lo prendí, antes de regresar hacia el muchacho y volver a subir*

-Un amigo, y luego mi hermano.

*Contesté. No parecía malo decirle nada de eso. Henry no me dijo que estaba prohibido.
Asentí, mirandole levantarse pero a pesar de que quise obedecer, era más curioso que obediente y cuando se hubo marchado, me levanté y bajé la escalera con pasos ligeros, procurando que no me escuchara, para poder ver las cosas que tenía en el piso de abajo. Aún así no toqué nada, pero si pude ver lo que hacían con las armas, que no eran armas comúnes y corrientes como las que se encontraban en cualquier parte.
Creí que el hombre iba a demorar más tiempo, pero no fue así. De pronto escuché sus pasos regresando desde la parte de atrás y me escondí en el primer sitio que encontré. Bajo una cubierta de tela que cubría un cañón de hierro enorme.*

-Y tu hermano si tiene nombre?

*pregunte mientras subía antes de dar un suspiro al ver que no estaba. Volví a bajar y mire alrededor, con la luz extra que me brindaba el cigarro quemandose pues la luz del fogon no llegaba hasta allí*

-Sal de donde estes antes que rompas algo

*ordene sin molestia recargandome en la pared mientras fumaba*

*Lo escuché preguntar y me cubrí la boca, para evitar reírme. Claro que tenía nombre, pero era secreto igual que los demás. Todos los nombres eran secretos.
Él volvió a bajar y creí que iba a buscarme, o que se iba a enojar, pero no pareció que hiciera ninguna de las dos cosas.
Podía ver donde estaba tan solo por el brillo anaranjado de su cigarro encendido. Entonces miré en esa dirección y salí de debajo de la manta, arrastrandome por el suelo a gatas, y me reí.*

-Lo sientooo. Quería mirar más de cerca.*confesé, disculpandome antes de ponerme de pie y sacudirme la ropa, que no me di cuenta lo sucio que había quedado porque estaba todo oscuro.*

*lo observe arrastrándose por el suelo, su ropa quedaría negra de hollín. Di un par de pitadas pensativo, no había mucho que hacer con esa tormenta de cualquier manera*

-Puedes mirar, no tocar

*indique quedándome donde estaba para vigilar que cumpliera con eso*

-Y deberías aprender a usar esa daga si la vas a llevar contigo

*Asentí con entusiasmo evidente en una sonrisa amplia y feliz. Podría mirar, aunque mirando era difícil no tocar nada, porque todo era tan interesante.*

-Usarla? Como se usa?

*Pregunté confundido, pues siempre pensé que las dagas así de bonitas eran tan solo de adorno, porque las que usaban los marinos a bordo para sus tareas diarias no eran nada parecidas.*

-Nadie me enseña a usarlas. Solo Tetra. Pero ella dice que no puedo hasta conseguir permiso de mi hermano. *Y él no iba a dejarme.
Parecía lógico que henry me quisiera mantener lejos de las armas, teniendo en cuenta el tipo de persona que era mi mamá, pero yo me tragaba sus excusas y estaba convencido de que era reamente porque yo no tenía edad suficiente.*

-Usted que vende armas, sabe cuántos años hay que tener para poder usarlas?

-Bastantes más de los que tu tienes

*respondí simplemente cruzado de brazos, si este realmente era el hijo de Dannia era mejor mantenerlo vigilado en lo que respectaba a armas*

-Cuando tengas mi edad podrás usarlas

*seguramente aprendería mucho antes, pero para cuando ese momento llegara al menos seria menos influenciable, esperaba*

-Pero no debes llevar armas contigo si no sabes usarlas, es peligroso

-Aaauuuumm... *Reclamé, mientras miraba un fusil de cuatro cañones, un arma enorme y pesada.
Volteé a verlo cuando se puso de ejemplo y lo miré con cara de disconformidad.*

-Su edad? En serio?
Pero mi hermano no es tan viejo y las usa todo el tiempo, igual que Tetra!

*Reclamé, acercandome hasta donde él estaba.
En cambio, parecía que él no llevaba armas en su cinto ni escondidas en ninguna parte entre su ropa, o se notaría.*

-Porqué es peligroso? Si no la uso, no tiene que ser peligroso.

-Que tú no las uses no significa que otros no puedan usarlas contra tí

*di otra pitada y lo mire acercarse, cada vez que lo miraba creía ver más rasgos de Dannia en él*

-Si alguien te ataca desarmado, pronto tendrá un arma gracias a ti

*la situación era bastante extraña, y me recordó los días en que era un joven estúpido que se había embarcado con el capitán Gain, y conocido a su hija que no era mucho mayor que este niño en ese momento*

*Me reí con su ejemplo.*

-Si alguien me ataca desarmado nada más corro y me escondo ^^

*Contradije con completa ingenuidad.
Con tal que desarmado nadie podía hacer mucho en contra de alguien, pensaba.
Nunca creí que alguien pudiera siquiera robarme o nada mas atacarme porque si.**