Posada Cuatro Estaciones

*sea como fuera, la verdad es que el niño necesitaba un poco de atención. Fuera por el incidente o antes de esto, porque todo lo que había ocurrido seguramente era producto de eso mismo.
Me reí incrédulo*

-Eras que... Bastarda, ratera o perra?

*Porque no creía que se refiriera a Noble.
Era increíble, pero ese te me abrió ligeramente el apetito... Esos huevos duros se veían deliciosos justo ahora.*

-Porque tengo que ser una de esas opciones?

*Cuestione divertida por su rápido cuestionamiento*

-Era noble, pero termine en las calles y robando

*Aunque exactamente no en esa forma pero de aquí iniciamos en la piratería, y la vida desde ahora habia sido aventuras, dolor, diversión y todas las experiencias que hasta ahora ocurrieron*

-Porque es lo que dije, y saltaste con que eras una de esas.

*Me reí, y aunque tenía que contenerme el abdomen para evitar moverme demasiado, al final no pude reprimir una carcajada al oírla. *

-Noble... Noble tienes la esperanza de serlo algún día. Aunque de princesita actúas muy bien.

*La molesté, a pesar de que en el fondo le creía. De dónde si no iba a sacar esa carta de ángel que no se le borraba ni con la piel curtida por el sol y la sal de alamar? Y esos modales de estirada, solo podían ser la marca que dejaron en ella la buena vida de alta cuna.*

-Fue lo único que no dijiste

*Le reclame haciendo un puchero y haciéndome la indignada por sus comentarios, la verdad sabia que nadie lo creía pero no importaba realmente pues ya pasaban muchos años después del asunto*

-Que hay de ti? Al menos sabes de donde vienes?

-No es obvio porque?
Si tuviste algo de nobleza alguna vez, seguro que está escondido debajo de toda es a mugre piratezca que llevas encima.

*Me di cuenta que fingía. Ni modo que creyera que algo así la iba a desalentar, con lo ruda que siempre se estaba mostrando.*

-Yo?
Qué podría querer saber una noble princesa de un mendigo como yo? Seguro que me vas a llevar como bufón a la corte y te reirías de mi el resto de mi insignificante vida.

*Bufé, rodando los ojos.
Yo no hablaba de mi vida pasada. Solo vivía el presente. Era así mi estilo de vida y nunca volteaba a ver el pasado. Como podría? Siendo tan miserable como fue, seguramente ya hubiera muerto si fijara mis pensamientos en el pasado. No sería capaz de ver adelante con claridad, ni podría vivir ela hora libre de culpas*

-No dije que lo fuera ahora, simplemente te di la contra en cuánto a que el hijo de un noble no viviría en las calles robando

*Le recordé encogiendome de hombros, esa vida ni siquiera la recordaba y seguramente no la hubiera descubierto si no me hubiera acercado a Alexander, pero en realidad no importaba pues no iba a cambiar lo que habia sido todo el resto de la vida*

-Burlarme? El único que se a burlado hasta ahora eres tu de mi. Podria tener el derecho a lo mismo, no?

-Yo no dije que no. Dije que no lo imaginaba. Y eso es cierto, no puedo imaginarlo.

*Me sonreí tranquilo. Su contra no venía a lugar.*

-Ademas si un noble llega tan bajo como para tener que robar, resulta que ya no es un noble.

*En realidad sólo estaba buscándo pretextos para no darle la razón, y me divertía la manera en que ella Intentaba hacer lo mismo conmigo. *

-Al final, noble o no que importa. Quien llega a robar para vivir no es más que un bastado a los ojos de cualquiera. Y cuando te mueres dejas la misma mancha de sangre en el suelo que los perros callejeros.

-Bueno es imposible imaginarlo en verdad

*Le dije sonriendo divertida y luego solo hice un ademan con la mano como si fuera una hélice, pues en verdad no impottaba el asunto de ser noche o bastardo todos terminariamos igual*

-Eso es cierto, pero aun no me haz dicho nada de tu, supongo que lo evitaras, verdad?

*La verdad era una y solo una. Todos moriríamos algún día, y por esa razón yo siempre me dedicaba a vivir el ahora.*

-Para qué quieres saber... Llevas una ficha con la casta de tus posibles pretendientes? Como las princesas que escogen a su marido dependiendo de los títulos y tierras que posea.

*Me reí de nuevo con las similitudes que le iba encontrando a su actitud a la de las típicas doncellas de clase alta. Quizás no mentía al decir que había pertenecido aluna vez a la nobleza. *

-Lo lamento, mi leydi... No tengo mas título que el nombre que escogí para mi y la única tierra que poseo es la que llevo pegada en los zapatos. Ah, y aquella debajo de mis uñas!

*La molesté de buen humor, mostrándole mis manos que, en realidad, estaban limpias, y no llevaba puestos mis zapatos ya que había estado acostado poco antes.
La verdad odiaba hablar de ese pasado. Recordar que mi progenitora era una mierda de mujer que no merecía que la llamaran madre, que me hizo el niño más desgraciado que pudo mientras estuve a su lado solo por vengarse de las consecuencias de sus propios actos... No era algo agradable en lo que pensar.
Me puse serio, tomé un huevo y lo miré un momento. Estaba hervido, pero aún llevaba la cáscara dura encima.*

-Mi historia no es muy distinta a muchas que seguramente habrás escuchado. La típica historia de un crío nacido de una prostituta que no sabe quien la preñó. Un crío cuya madre detesta porque le roba su belleza y juventud cada vez que le amamanta. Un crío al que ella se cansa de cuidar y tira a la calle apenas aprende a caminar, porque en el bajo mundo de este basural quien no trabaja no come, no importa la edad que tenga.

*Lo decía con seriedad mientras quitaba con cuidado la cáscara del huevo. En realidad, mi madre sabía bien quien era el hombre que le había dejado este engendro de hijo. Hablaba de él constantemente con aún más desprecio que de mí pues era un cliente habitual, pero tras haberme hecho se desapareció. Eso la amargó a ella profundamente, y se desquitó conmigo toda la vida. *

-Madame Angie, se hace llamar la perra maldita. Ya no ejerce, pero tiene un séquito de putas jóvenes a las que exprime como a vacas en un burdel en el puerto.

-Pretendientes? Cuales pretendientes?

*Pregunte sorprendida e ingenua del tema, pues jamas me tomaba enserio a esos hombres que solo buscaban un cuerpo para pasarla bien, pero tenían prostitutas asi que yo estaba fuera de elección*

-Titulo? No sabia que había títulos para seleccionar

*Esta haciendome la tonta, hasta que el se puso serio y empezó a narrar algo se du vida junto a su madre, era una lastima que los padres siempre se desquitaran con su hijo pero era demasiado para el pequeño y al final solo terminaba como el resto de los que estaban en esta isla, solos y en peligro*

-No tengo idea de quien sea, pero y bueno Crimson ya comerás algo?

*Pelé el huevo con toda calma mientras le hablaba y cuando mencionó a la bruja esa y de no conocerla, casi sonreí con alivio.*

-Eso espero. Con la cara de linda que tienes de seguro que te recluta por la fuerza y se consigue un cliente adinerado a quien sacarle la pasta, igual de guarro que ella, para que te folle por todos los orificios.

*Es lo que hacía. Les prometía el cielo y la tierra a las bobazas jóvenes y luego las esclavizaba con sus cuentos para vender a las vírgenes por precios altísimos. Era todo un negocio, exitoso por decir lo menos, pero sucio y despreciable como ella misma.
Le mostré el huevo medio pelado, al que le quité lo que le quedaba de cáscara antes de darle una mascada.
Prefería el huevo duro al plato des gachas que venía en esa bandeja. Siempre odié las gachas. *

-Bueno dudo que le sea fácil reclutarme

*Le dije con seguridad porque ni de loca entraría a trabajar en un burdel y mucho menos dejaría que cualquier idiota me tocada de esa manera y sin mi consentimiento, pero bueno dejaríamos ese asunto de lado evitaría el lugar*

-Entonces te volviste un ladrón para sobrevivir....pero tu nombre es un apodo entonces?

*Era mejor si evitaba pasearse por ese Sector, aún cuando, a fin de cuentas, ella también era bastante capaz de cuidarse sola. *

-Que dices? No, yo no soy como la princesa que se vuelve pirata, o como el hijo de carpintero que se vuelve pastor... *Era la historia suya y la de muchos otros, pero la mía era distinta. Yo seguía siendo lo que era. *

Para volverme algo tengo que haber sido otra cosa antes. No me hice ladrón, es lo que he sido desde que tengo memoria. No sé hacer ninguna otra cosa. Soy simplemente un ladrón bastardo hijo de prostituta. Nada más.

*Le expliqué con cierto orgullo, comiendo luego la otra mitad del huevo. Y por supuesto que estaba orgulloso, si robar y saquear es para lo que había nacido, y además tenía talento para ello. No era como si a estas alturas pudiera arrepentirme de ser lo que soy, después de todo había sobrevivido hasta ahora gracias a ese estilo de vida. *

-Apodo dices?
No es un apodo. Es mi nombre. Apuesto que ya haz oído hablar de mi en muchos lugares. Soy algo así como famoso en tierra firme, casi como ciertos piratas de los que se cuentan historias en las tabernas.

*Comencé a hablar con la boca llena de huevo, pero lo tragué forzado para explicarle la reputación de este servidor.*

-Mi Leidy, usted tiene la fortuna de estar en audiencia con Crimson Jones Manos-Ligeras. *Le dije con exagerada solemnidad y luego me sonreí divertido. *

-A que no suena estupendo? Crimson Jones... Se me ocurrió un día mientras escuchaba la historia de Barba Roja. Y me dije, si un sujeto puede elegir el nombre por el que quiere que lo conozcan entonces... Yo me llamaré Crimson.
El Jones vino tiempo después.

- Entonces solo aprendiste, lo hiciste bien y ahí te quedaste

*Dije más como reflexión que como pregunta pues es lo que habia entendido a final de cuentas de esa explicación suya y estaba bien, suponia yo*

-Pues no, no habia escuchado de ti

*Le respobdi con sinceridad, no me solia sentrar el la tierra cuando estaba en el mar, cuando lo havia era que decidia venir a ver a mi familia, aunque ahora parecia estar pasando malos momentos con los más pequeños*

-Aah! Entonces si tienes otro nombre, tu nombre de pila

*Me encogí de hombros. Era lo mismo si ella lo pensaba así. Era más que un trabajo conveniente, sino lo único que podía hacer. O que, cambiaría a estas alturas de oficio? Quién querría un ladrón hijo de nadie como aprendiz? No creía poder trabajar en ningún otro sitio. *

-Anda, que cruel. Tenías que decir que si.
Estoy convaleciente, no ves? Tienes que acerme sentir importante.

*Reclamé y con justa razón. Pero Fingí ofenderme y Fruncí el entrecejo para luego solo sonreír. *

-Encima me ninguneas y luego me quieres sacar información personal?
Jajajaj.... Lo siento. Tendrás que esforzarte más si quieres saber eso. O al menos hacerme sentir a gusto.

*Por supuesto, solo quería aprovecharme para sacar beneficio de su curiosidad*

-Como esperas que diga que si? De verdad no habia escuchado de ti, recuerda que yo vivo en altamar la mayor parte del tiempo, asi que las cosas de tierra firme no las conozco

*Al menos no las que tenían que ser novedas, si el era famoso en tierra yo no lo sabría hast aie me enterara de eso y el apenas se lo estaba inventando*

-Querer saber? Solo comente que si tenias otro nombre

*Pregunte con una mezcla de confusión y sorpresa claro que fingida, la verdad la platica habia llegado solo por no estar en silencio pero siempre era bueno saber sobre el pasado de la gente que tenia alguna relación contigo*

-Si no te sientes agusto no es mi culpa, no he hecho nada malo, al contrario te traje el desayuno y eso es bueno

*Comenté encogiendome de hombros*

-Pues yo tampoco vivo en alamar pero vivo escuchando de ustedes los piratas todos los días.

*Si entendía que era distinto, pero tampoco era como si un simple ladrón pudiera hacerle el peso a un pirata. Estábamos en categorías completamente distintas dentro del crimen organizado.*

-Yo no veo que solo lo comentaras. Es la tercera vez que lo mencionas, eso para mí es querer saber. Aunque no entiendo para qué.

*Me encogí ligeramente de hombros. De verdad no entendía eso de querer preguntar cosas de poca importancia. *

-Pues se me ocurre algo.
Dime primero cuál era tu nombre de princesa y luego te digo el nombre que me puso esa bruja.

-Si pero de piratas famosos, no se cualquier pirata

*Le recordé, yo no era famosa así que no podia escuchar historias sobre mi, por eso me causo algo de gracia su comentario*

-Solo hacia platica pero si te molesta dejo de hablar contigo

*Me daba igual, si quería responder o no, asi que estaríamos bien si no hablábamos de nada, entonces empezó a hablar de que le dijera mi nombre*

-Ahora tu quieres saber el mio, mira quien esta de curioso

-Curioso yo? Tan solo le pongo un precio equivalente a mi información personal. Si quieres algo tienes que dar otra cosa del mismo valor a cambio. Es lo normal.

*Sonreí tranquilamente. No había comido mucho pues de lo que más tenía ganas era de un buen trago de ron o algo parecido. Pero a falta de eso, bien tomé la jarra de agua para beber un poco y aclararme la garganta. *

-Tu nombre de princesa por mi nombre de nacimiento. Es un buen trato, o no?

-Ahora eres un negociante? Entonces tienes cualidades para otras cosas

*Le dije en broma mientras lo miraba de reojo terminar de comer y luego beber agua, asi que estaba bien al menos ya mas relajado*

-Anna Henrietta Stuart de Inglaterra, ese es mi nombre de princesa, como dices

-Pues si quieres podrías intentar robarme la respuesta... Pero tendrías que esforzarte bastante para obligarme a hablar

*Disfrutaba de molestarla y de sus respuestas también cargadas de maquinaciones e intriga como para engañarme, pero hasta ahora no lo había logrado. Yo era más listo de lo que ella creía y obviamente, si solía hacerme el idiota para que mis enemigos me subestimar aún y entonces asestaba un golpe que nunca previeron venir.
Prro me sorprendió que ella, de pronto, lanzara un nombre tan complicado y largo que primero me desconcertó y después me dio risa.*

-Ana Henrietta, hahahaa... Seguro que te lo haz inventado recién.

*Me reí llevándome una mano sobre mi abdomen vendado para sostener mi herida. No quería que de tato reírme me quedara una hernia. *

-Aaay ay... Me haces doler...
Y dime, Ana Henrietta... Como es que terminaste siendo Cassandra, eh? Aunque creo que Cassandra es mas bonito, te queda mucho mejor.

-Los nombres de los nobles no siempre son de los mejores

*Y yo solo lo sabia gracias a Alex, pues no recordaba mucho de lo que habían vivido por no decir que nada cuando era muy pequeñ*

-Pregunta el que no tiene curiosidad, ya hice mi parte del trato así que si no hablas, yo tampoco lo haré de nuevo

*Declare finalmente pued ahora quería ser más listo y no se lo iba a permitir, asi que se me ocurrió algo y sonrei ampliamente*

-O tengo que ir a preguntarlo al puerto?

-Pues me ha dado curiosidad a ver que historia te inventas ahora.
Contestará mi pregunta si te respondo? Si no, pues no hay trato... * Si, había cambiado las reglas del trato de pronto, pero qué mas esperaba ella de un timador como yo?
No dejaba de reírme aunque ahora más suavemente  y la mire de reojo frunciendo el ceño mientras me reía, negué con la cabeza lentamente.  *

-Que es lo que preguntarías? Cuál es el nombre de Crimson Jones? Como se llamaba el hijo bastado de Madame Angie?

*Me volví a reír. *

-Casi cedo a la gran tentación de dejarte ir y preguntar, a ver que te dicen. Pero seguramente te vas a meter en grandes líos, y quién me cuidaría después si dejo que te maten?

*Obviamente, yo no me iba a meter al puerto porque mi vieja me detestaba. Y si preguntaba por mi por ese sector seguramente la tomarían por amiga mía y quien sabe que cosas podían pasarle. Mi vieja tenía el control de toda esa área de la ciudad. No por nada era una de las proxenetas más reconocidas de las islas, y una referencia para el rubro.
Después de un rato seguía con la sonrisa en mi rostro aún después de disipar las carcajadas*

-No me invento nada pero si eso crees no veo porque te interese saberlo

*Le dije encogiendome de hombros, pero al escuchar sus preguntas me sonrei de medio lado, sonaba a un reto y me atrevería a tomarlo, pero no mientras estuviera aquí, quiza cuando zarpar de nuevo a la Rosa, era una tentadora idea*

-No necesitaras que te cuide, a final de cuentas lo has hecho bien solo, no?

*Aun pensaba en la idea de ir al puerto y una chispa de emoción brillo en mis ojos, me rei para mi misma de pensar que tanto lío podría crear en el punto solo por diversión*

-Terminaste de comer?

*Cambie de tema con una sonrisa animada, tenia que bajar la bandeja aunque aun habia tiempo, pero también tenia que revisar sus heridas*

-Pues aunque sea ignorante y del populacho, se disfrutar de buenas historias. No importa que sea inventada.

*Ella me hacía gracia. No tenía cara de estarme mintiendo y por eso su historia era aún más interesante, con esa intriga y la posibilidad de que estuviera diciendo la verdad.
Si era una noble inglesa, seguramente había alguien que estaría ofreciendo algo por ella, una suma bastante importante de dinero. *

-Eh, que es eso... *Pregunté bruscamente al ver esa mirada entusiasta de pronto en sus ojos y luego cambiaba radicalmente el asunto. *

-No estarás pensando en ir a ver si lo que te digo es cierto, verdad?

*Parecía que si, parecía estar entusiasmada con la idea de meterse en líos. No pude evitarlo. Una amplia sonrisa se dibujó en mi rostro, mostrándole todos los dientes y negué con la cabeza de nuevo.*

-Al parecer la vida entre cortesanos era bastante aburrida y monótona. Quizás no sea necesario que me cuentes ninguna historia. Ya entiendo porqué quisiste salirte de allí. Estás loca y no tienes arreglo, niña.

*Me reí, sin embargo y si lo que estaba pensando resultaba verdad, ella podía tener una utilidad bastante rentable si la conve cía de quedarse conmigo, al menos por una temporada. Así, sana y salva... Y si resultaba ser que no valía un centimo como noble, tal vez obtendría alguna recompensa por entregar a un pirata.*