Posada Cuatro Estaciones

*Recibí lo que me daba sin resistirme. Hubiera agradecido más un trago de licor o algo fuerte, pero el agua no estaba nada mal aún cuando no era un trago refrescante.
Respiré tan profundo como me lo permitió el dolor. Estaba seguro de que ahora mejoraría, con ella conmigo.
Era la única que se preocupaba por mí, aunque por un momento lo dudé pues pasaron horas y ella no regresaba. 0ero estaba aquí ahora... Si no fuera por ella de seguro este disparo me habría matado, y ahora mi cadáver estaría alimentando perros callejeros en algún sucio callejón de la ciudad. *

-Eso es, despacio

*No quería que se me fuera a ahogar y con el dolor a flor de piel seria un problema pues se llamaría fácilmente, así que en cuanto termino el vaso lo deje descansar de nuevo, quedande con el, tendría que quedarme si quería que viviera pues aunque la mujer era buena dudaba que me ayudara a mantener a este tonto con vida*

*Bebí poco a poco, y aunque intenté sostneer el vaso por mi mismo, no logré mas que estorbar pues mi pulso era torpe y casi la hice derramar el agua. Al final desistí y dejé que ella me diera de beber.*

-Gracias.

*Susurré, aprovechandome de descansar sobre ella.
Realmente lo agradecía, y me sentía contento de que estuviera a mi lado.*

-Mas tarde comerás un poco para que vayas ganando fuerza

*Le advertí con tranquilidad, no me quedaba mucho del día, así que quizá esa noche la pasaría ahí para cuidarlo y luego volvería a casa a cambiarme y volvería a cuidar a este tonto hasta que estuviera mejor*

-Por ahora sigue descansando

No necesité que ella me lo dijera. Después de que cerré los ojos me dejé descansar y me quedé dormido de nuevo confiando en que ella estaría aquí al despertar, como prometió, con una buena comida.
No supe cuando o como pasó, porque dormí profundamente toda la noche y no desperté de nuevo hasta el dia siguiente, cuando la luz llegó de lleno sobre mi rostro cuando alguien abrió una cortina.
Entonces fui consciente del entumecimiento de mi cuerpo y cuando intenté moverme, del dolor de mis heridas.*

-Auu... *mascullé con los dientes apretados, llevandome una mano sobre el rostro para fregarme los ojos.*

*Había esperado que despertara para cenar, pero se quedó dormido toda la noche y yo al final también me quede dormida debajo de el sin poder ir a casa esa noche esperaba en un par de días Crimson mejorará l mi familia creería que no me importaban, pero me importaban y quisa hasta que aclararan lo de Tay estaba bien estar lo menos posible, luego ya llegaría con algunos regalos.
Por la mañana me despertó en ruido y la luz que entraba de la ventana*

-Que demonios...

*Comente a modo de queja cubriéndome los ojos para poder acostumbrarme a la luz que entraba, así me di cuenta que era el viejo ogro dueño del local*

*Me fregué los ojos con mis dedos y tuve que habituarme a la luz, abriendo los ojos poco a poco.*

-Que pasa... *Me moví ligeramente a un costado y cuando vi a un viejo sosteniendo un martillo en las manos junto a mi cama, me espanté. Pensé que venía a matarme o algo por el estilo.*

-Que diablos!... Quién es... *En un intento por alejarme me sobre esforcé en moverme demasiado y eso hizo que me doliera todo el cuerpo.*


-Me reclamaron ayer que la habitación no estaba en buenas condiciones.
La vine a reparar.


*Dijo el hombre con la voz seria y a de verdad que hablaba en serio, pues venía con herramientas y materiales para reparar no se que cosas.
Miré a Cassandra a mi lado... Si, estaba a mi lado, aunque vestida así que no habíamos hecho nada... O al menos eso supuse.*

-Viejo... tienes problemas.

*Le contesté a media voz, adolorido ya que apenas podía sostenerme por mucho que quisiera levantarme.*

-Te reclamen que tenia un enfermo y no le ayudaron para nada

*Le corregi con firmeza mirandole con el entrecejo fruncido pero no dije nada, ya lo que fuera a hacer era su problema, pero sentí a crimson moverse tanto que al final se lastimo*

-Tu quédate quieto que recién cambie la vendajes

*Y n quería que la marchara tan pronto, deje al ho.bre hacer su trabajo y me senté recargando mi espalda en la pared*

-Creo que iré por el desayuno

-Y yo te dije que esto no es un hospital sino una hostal. No sabes leer? Claro que no, es un pirata...

*Se respondió solo y escupió sobre el suelo al decir esa palabra. Pirata... La gente de por aquí solía maldecir a cualquiera que se hiciera llamar pirata, por mucho que la mayoría de los habitantes de la isla se alimentaran con el dinero que los piratas saqueaban para gastarlo en los vanos placeres de esta isla*

-Oiga. mas respeto con la señorita... *Le dije, recostandome de nuevo cuando ya Cass me impidió volver a levantarme.
El hombre soltó una risotada.*

-Señorita... Esa estuvo buena.
Yo solo vengo a reparar la ventana, que es lo que me compete.

*Acomodó entonces unos taburetes para comenzar a aserrar una tabla que seguro iba a usar para hacer su dichosa reparación, y continuó su trabajo como si no estuvieramos aquí.*

-Si, pero creo que tampoco está de más ayudar un poco

*Le dije sin verdadero interés de pelear con el hombre pues era terco y no iba a cambiar de opinión, si no hacían por atender a sus huéspedes que era eso de arreglar tonterías inútiles en este momento*

-Y el que no sabe que hostal viene de hospitalidad, lo confunde con hostilidad que muestran los que atienden

*Dije al final cerrando la puerta y dejando a los dos ahí encerrados uno haciendo su "trabajo" y el otro descansando*

-Ayudar... Como si los de tu clase ayudaran mucho.
Al contrario, solo dan problemas.

*Masculló el hombre mientras cortaba la madera. Tenía suficiente como para construir una tapia.*

-Eh, porqué tanto afán?

*El hombre me miró con cara de poco hablar y chitó la lengua para seguir con su trabajo.*

-Pareciera que vas a construir una ventana en vez de repararla, viejo. Nomas digo.

*Hice un movimiento como si encogiera los hombros pero ligeramente pues si llegaba a moverme mucho me hacía doler yo solo.*

-Viene un frente de tormenta. Hay que tapiar todas las ventanas de este lado que es el que da a mar abierto.

*Respondió el hombre después de acabar de aserrar un par de tablas para medirlas en la ventana.
Eso no me sorprendía. Estabamos en la epoca en que comenzaban las tormentas así que supuse que era parte de su trabajo resguardar su fuente de trabajo. Pero aún así, no parecía venir ninguna tormenta al corto plazo pues a travez del vidrio se veía el cielo hermoso y despejado.*

-Claro que no te importa, porque eres un inútil al que lo tiene que cuidar una nena, verdad?... *Se rió de mi con descaro.*

*Estar lidiando con ese hombre era un problema ya había cambiado mis modos y el seguía siendo el mismo tosco idita pero no podía esperar mucho de la gente de esta isla, iba a ir a la cocina a buscar a la mujer para conseguir comida, per almpassr por la recepción mire lanpared de anuncios y me llamo la atención el cartel de "Se busca" con la imagen de Alex en ella y la recompensa lo exigía vivo o muerto.
Frunci el ceño por la tontería que estaba viendo, todavía hacía unos 8 años lo había visto de nuevo pero creía que solo era que no se habían enterado de su muerte, pero ya habian pasado 10 y aún lo buscaban? Era algo que no entendía.
Tome el cartel y lo guarde, preguntaría a Gillian después, por ahora me consentre en ir por la comida a con la señora*

-Buen día, señora podria darme unos tazones de comida?

*Le llame llegar a la cocina, pero no la ci de inmediato sino hasta que salió a la mesa*

-Esta vez has venido temprano

*Asenti con la cabeza sonriendole amable y acercandome a donde ella, sabia que mantenía miedo pero también había demostrado que no tenía malas intenciones, así que esperaba me ayudara*

*Viejo desgraciado. Ya iba a ver cuando pudiera levantarme y estuviera sano. *

-Tu vieja te cuidará también cuando te deje como un trapo a golpes. Ahí veremos quien es el inutil

*Le prometí camorra, claro que le Prometía camorra a todo el mundo pero pocas veces resultaba*

*Pasaron unos días, varios días a decir verdad. Mis heridas no eran algo sencillo después de todo. Cassandra intentó sanarme por su cuenta pero al final de todos modos tuvo que llamar a un doctor de verdad y se llevó un merecido regaño. Que no estabamos a bordo de un barco y que no eramos piratas para tratar las heridas de una forma tan rústica, por decir lo menos. Pero al final resultó bien. El doctor hizo su trabajo y ella continuó cuidando de mi durante los días siguientes.
Cassandra no era una mujer fácil de convencer y hasta me había dejado plantado unas cuantas noches solo porque había intentado acercarme a ella más de la cuenta, según ella.
Por fortuna no me abandonó del todo y pude sanar poco a poco con su ayuda.
Después de dos semanas de estar recostado moviendome apenas, pude levantarme y caminar. Iba con cuidado, eso si, porque todavía me dolían las heridas y las tripas las tenía hinchadas así que no podía beber alcohol por prescripción, aunque sabía que en el mismo día que dejara esta puta posada me iba a beber medio mar de ron mientras me cogía a todas las putas del puerto. Y que ganas de salir de una vez por todas, porque esos abuelos me tenían con los cojones en la garganta de tanto molestarme todo el tiempo.
Caminé un poco por la habitación, de un lado al otro. Y cuando sentí dolor me senté en una silla junto a la ventana. El aire fresco con sabor a mar alcanzó mi rostro tras abrir la pequeña ventana que daba a la plaza, y desde aquí podía escuchar las campanas de los barcos que zarpaban y el bullicio de la gente allá abajo en la calle.
Me sentía bien aquí. Si alguna vez tenía una casa, la haría de tres pisos y pondría mi habitación en lo más alto.*

*Aunque la actitud del posadero no cambio mucho me lleve bien con su esposa quien me abastecida de algunas cosas que necesitaba para curar a Crimson, para mi desgracia en una ocasión estuvo muy mal y tuve que ir a la clínica por ayuda, lo cual fue bueno y malo, pues aunque ayudo a Crimson a mi me regaño y aunque me mostre molesta por el asunto no dije nada a final de cuentas lo importante era la salud de Crimson.
Después de eso habia pasado los días entre la casa de Gillian y la posada, pues no había venido a ver a un herido sino a mi familia y les daba la mayor prioridad posible, ademas de que habia tenido que conseguir más dinero para pagar al medico y lo que restaba de la estadía de Crimson.
Ese día fui a verlo a media mañana y me lo encontre sentado junto a la ventaba*

-Al menos ya te has levantado

*Le dije con tranquilidad llevabdo algo de fruta y huevos para que comiera algo*

*Estaba tranquilo, pensando en lo que haría una vez me sintiera mejor... La vida era corta, decían, y aunque nunca creí que la mía fuera muy larga que digamos, tampoco era como si quisiera morirme baleado como un perro, aunque no era yo mucho más que eso. Un perro callejero que se crió en los sucios rincones de esta insignificante ciudad puerto.
Quería hacer algo con esta vida que me quedaba. Algo grande, algo importante. Pensaba... no podía dedicarme por siempre a robar y estafar, como si fuera todavía uno de esos críos que vivían en las ruinas de la Iglesia de las Flores. Había pasado casi una vida entera desde esa época en la que me arrastraba por la mugre sorbiendome los mocos a través de las calles, pidiendo algo de comer a cada hombre o mujer que veía solo para acercarme y vaciarle los bolsillos.
Pensaba en todo eso, ensimismado por esos pensamientos idiotas que me hacían sentir más viejo de lo que era. Por eso me tomó por sorpresa la llegada de Cassandra y su voz llegó a mí como el ruido de un trueno que me hizo brincar sobre la silla, seguido de una ligera expresión de dolor.*

-Vaya, vaya. Pero que sorpresa. No esperaba que vinieras a honrarme así con tu presencia.
Ya pensaba que te habías olvidado de mi.

*Me forcé a sonreir y volví a acomodarme de manera relajada sobre la silla, puesto que aunque no llegué a levantarme, la tensión de la sorpresa me había hecho doler de pronto.*

-Qué es eso que huelen mis oídos... Huevos duros, por casualidad?

*Me sonreí, esta vez, con buen ánimo*

-Si sigues portandote como idiota puede que deje de visitarte, a fin de cuentas ya te puedes mover

*Le dije con todo indignado por su comentario, aunque en verdad me daba igualpero debia de compotarse di queria que lo siguiera viendo*

-El desayuno, claro está

*Frunci el ceño extrañado y Solté un suspiro, volviendo mi vista hacia afuera por la ventana medio abierta.
Yo que me esforzaba por estar contento para ella y ella llegaba como toda un ogro, totalmente amargada por cosas que habían pasado hace días.*

-Aaah,  nos levantamos de malas pulgas el día de hoy.

*Le contesté tranquilamente para ver el horizonte. Había llegado un barco hace poco. Un barco mercante, a juzgar por las velas pintadas de color y las banderillas que adornaban lo alto de las cofas.*

-Gracias por la comida.

*No tenía demasiada hambre, pero comería si ella me acompañaba. Aunque con esa actitud no creía poder disfrutar demasiado una comida junto a ella.
No se porqué a veces venía así tan agria, como si fuera una molestia para ella estar conmigo. Si era así, no tenía ninguna obligación de seguir viniendo. *

*Me acerque para poner la bandeja en la pequeña mesa junto a la que estaba Ctimson y acomode todo para que comoera tranquilo*

-Si me hubiera despertado de malas no hubiera venido desde un principio

*Le dije con tranquilidad, el era el que se hacia la víctima queriendo dar lastima cuando ya había hecho mucho por el en estos dias*

-Anda ya, come

*Le dije y me sente en la otra silla recargandomeen el respaldo completamente y hechando la cabeza hacia atrás para ver el techo*

*Estaba tranquilo, pensando para mi mismo y matando el tiempo, en realidad. No había mucho más que pudiera hacer después de todo. Incluso con Cassandra aquí, con ese ánimo de perros, no resultaba ser tan interesante ni divertido.*

-Si, madre. Ya va...

*Le dije frunciendo mi expresión pues parecía que ya se creía con derecho a mandonearme solo porque había hecho por mí cosas que nadie le había pedido realmente... Miré de reojo lo que había traído pero no lo Toqué. No tenía de verdad ganas de comer, y menos si querían obligarme. *

-Como está tu sobrino.
Se le pasó ya el trauma del otro día?

*Había querido preguntar por el crío antes, pero hasta ahora veía la oportunidad. Antes estaba demasiado débil para poder hablar ni tres frases con cualquiera, o ella estaba de gruñona que no me daban ganas de hablarle.
Ahora, a pesar de su cortante actitud, parecía más tranquila que otros días. *

-Ya te había dado una paliza si fuera tu madre

*Le dije, pero me sonrei divertida por la idea, aunque claro estaba que ni de cerca seria por la edad, pero siendo tan malcriado como era no dudaba dársela algún dia*

-Tayler? Depende de que trauma hablemos.
Recuerdad? Tiene el incidente de la iglesia y el de la calle con los piratas

*Aunque en realidad parecía más que su trauma era en la iglesia y no en la calle pues se había mostrado tan interesado que ahora Gillian tenia que vigilar que no le hiciera nada malo*

-Ha!.. Ya lo creo.

*Fingí una carcajada. Hubiera sido gracioso si no fuera porque aún sentía en las caderas a veces las palizas de esa mujer y que me acordaba de ella cada vez que veía ese dedo que me había quedado chueco por culpa suya.
Tomé una taza de la bandeja con algo que parecía ser té de alguna clase de hierba desconocida para mí. Supongo que sería de esas que Cassandra no paraba de decir que me ayudarían a nosequé con mis heridas. Las había tomado hasta ahora, pero ya me estaba hartando de tesitos y medicinas. *

-Cómo sea... Ya se le pasó?

*Sabía lo que había vivido el chico, no necesitaba que ser específica y además dudaba que el muchacho hiciera la diferencia entre un mal episodio y el otro. Habían ocurrido tan cerca que de seguro en su mente parecía como una larga y horrible pesadilla. Eso pasaba cuando uno era niño y no paraban de ocurrir cosas malas al rededor. *

-Ese niño no debería andar deambulando por las calles.
Tiene un padre, una madre... Y una tía estupenda que le puede enseñar todo lo que él quiera aprender.

*No necesitaba la calle. Nadie en su condición privilegiada la necesitaba*

-La calle es para los bastardos.

*Le dije con cierto recelo antes de beber ese té en medio de una expresión de desagrado. *

-Pues no estoy segura no he platicado con él, pero parece el mismo de siempre hasta ahora

*Aunque estaba más gruñón a mi parecer y demasiado exigente con sus padres a pesar de que ellos eran buenos con el y su hermana, suppnia que aun estaba más bien influenciado por lo que queria*

-Parece que el no entiende eso

*Y al parecer tampoco sus padres pero yo no podia interferir en las decisiones de ellos y tampoco tomar iniciativa no seria bueno*

-Experiencia propia?

*Fruncí ligeramente el entrecejo y negué con la cabeza. Lo estaba dejando pasar... Eso no estaba bien.
Si no había hablado con él, el chico seguramente estaría albergando sentimientos que le hacían más daño mientras más pasaba el tiempo.*

-Dejame adivinar... es retraído por naturaleza y habla poco contigo y los demás miembros de su familia?
No me hagas reír. Hasta un niño retraído necesita hablar de vez en cuando, sobre todo después de ver lo que tú ya sabes.

*Yo lo entendía bien, y eso que no tenía ni hijos siquiera. *

-Los niños no entienden. No tienen aún la capacidad de entender lo que es mejor para ellos, y no lo necesitan entenderlo, solo obedecer a los mayores. Y si no quiere obedecer, pues para eso existe la correa del pantalón.
Cuando crezca entenderá...

*Había una edad en la que uno dejaba de ser un niño pequeño y se daba cuenta de lo bueno y lo malo. Se daba cuenta de los errores de los padres, de las injusticias, de los abusos. Y al crecer uno entendía y juzgaba al ver los resultados en uno mismo si ellos lo habían hecho bien o lo habían hecho mal... Pero para entonces ya era tarde para los malcriados como yo.*

-Tú que crees. Imaginas al hijo de un noble como ratero en un puerto de mala muerte?
No lo creo... Si fuera más que un bastardo al menos gozaría de un poco más de respeto y no me saldrían disparando como si fuera un perro callejero.

*Bebí un poco más de te a las malas y dejé la taza a un lado. Se volvía desagradable después de un rato, como estar tomando mierda de vaca licuada en agua caliente*

-Para nada, es un niño muy extrovertido y normalmente hablaba con todos y de todo, pero tiene más confianza con su hermana

*Aunque Gillian también había hablado con el y cuando no obedecía le dio un castigo que no habia dado antes porque no solia ser necesario,*

-Yo lo era

*Le respondi mirandole tomar el té y aunqie me quise reír no lo hice pues luego creeria que le estaba mintiendo*

-Aunque eso no lo supe en un principio