Calles de la ciudad

*No sabia si llamarlo de nuevo o dejarlo para que aclarara sus pensamientos y que decidiera volver con su familia, aquella que se preocuparía si le llegaba a pasar algo y por eso ahora que estaba aqui iba a cuidarlos aunque tuviera que estar en más sombras para vigilarlos.
Me cruce de brazos mientras esperaba y revise los alrededores que estaban desolados en esa parte de la isla, el ruido se amortiguaba o desaparecía bajo el sonido de la lluvia*

*Respiré el aire libre de humo y cerré los ojos mirando arriba para sentir la lluvia.
Todo lo que necesitaba era un momento a solas para entender que echaba de menos a mí hermana, y que no soportaría marcharme y dejarla sola. Le había prometido después de todo nunca dejarla sola y no había Sido difícil cumplir esa promesa hasta ahora, que sentía que mis padres solo me fastidiaban siempre.
Poco a poco la lluvia fue menguando mientras pasaba el tiempo y pude ver en el cielo que la nube negra que pasaba por encima de la isla se iba en dirección Nordeste.
Caminé de nuevo tranquilamente siguiendo el camino. Sabía dond estaba ahora que la lluvia había cesado, y sabía que si seguía el camino y luego subía la colina llegaría de nuevo a casa, por el patio de atrás.*

*No era que odiara la lluvia pero había sido preferible que Tay no saliera en este momento pues era seguridad que podría enfermar alguno de los dos si nos descuidabamos un poco, aun asi permanecía en mi lugar mirando al pequeño pensativo e indeciso, por fortuna deposite de llover poco a poco y él empezó a andar de nuevo, yo haría lo mismo detrás para que no se fuera a asustar*

*Seguí caminando tranquilamente, y ahora que ya no llovía podía oír mejor todo al rededor y sentía también más frío ya que había quedado todo mojado. Pero llevandome casa me iba a cambiar y me calentaría así que no había problema con eso.
El problema era que desde que había dejado de caer la lluvia me di cuenta de que alguien me seguía de lejos. Sentía sus pisadas aun cuando no lograba oirlas, y hasta ahora no parecía querer acercarse. Así que seguí caminando como si nada y esperé el momento adecuado.
Ese momento llegó cuando, a los pies de la colina del bosque, encontré el lugar por donde tenía que subir a casa.
Volví a detenerme y miré hacia arriba, la colina era empinada y los árboles aún estaban bien frondosos a pesar de tener las hojas ya de color marrón y amarillo. Me sería fácil perder a mi perseguidos durante la subida.
Me sonreí y saqué las manos de mis bolsillos paramédicos pronto comenzar a correr colina arriba a toda velocidad.*

*Era un niño listo, pero a pesar de eso le faltaba ingenio cuando se trataba de los adultos, por eso permanecia a distancia para poder preveer sus movimientos o pensamientos en lo mejor posible y poder evitar que hiciera o le pasara alguna tonteria.
Supe que se habia dado cuenta de mi presencia cuando empezo a correr por la empinada, un niño listo, mis pasos eran el doble de tamaño que los de él y era buena corriendo, pero solo me mantendria lo mas cerca posible sin acercarme hasta que pensara en enfrentarme.
Me sonrei de medio lado, aun cuando la ropa me pesaba por la humedad pero eso no me iba a detener ni retrasar*

*Un adulto tonto nada más correría detrás de mi por la empinada. Conocía la colina mejor que nadie, pues había vivido allí toda mi vida. Además podía ser pequeño, pero era más ágil que un torpe adulto ese patas grandes y me movía más de prisa porque no me costaba trabajo esquivar árboles y colarme por los senderos que los jabalíes salvajes hacían por debajo de los arbustos al pasar.
En poco rato subí tan de prisa que creí perder a mi perseguidor y me desvié del camino a casa en dirección a la playa, sin dejar de correr. Iba a dar un rodeo, solo para divertirme al ver que ser cansaba de correr detrás de mi.*

*Corri por detras de Taylor pero no por la empinada sino por el costado de la colina era mas facil y rapido, porque del otro lado la empinada era menos inclinada y podia subir mas rapido, pero como no sabia que quien iba detras de él era yo pues no podia imaginarse el sin fin de atajos que habia conocido a lo largo de los años.
Pero al menos se entretenia y le haria relajarse de lo que fuera que le causaba ese conflicto interno que lo obligo a salir de la casa de buenas a primeras. Le vi tomar rumbo a la playa pero esta vez solo le segui caminando aprisa para poder saber cuando decidia cambiar de nueva cuenta su rumbo*

*Por fin ya no sentí más su presencia y me reí para mi con gusto. No me detuve sin embargo porque sabia que podía alcanzarme una vez más si yo aminoraba.el paso. Seguí rumbo a la playa, hacia la clínica del doctor malhumorado ese a que siempre venía a molestar. Nico y yo veníamos na menudo a su Jardín, ella buscaba plantas nuevas y yo tesoros escondidos. Era divertido mientras no nos pillaron.*

*No habia muchos lugares a donde ir en esta isla, pues solo estaba el pueblo y muy escasamente casas mas alejadas del centro de poblacion, por lo que no fue dificil saber que el otro punto a viajar era la clinica, odiaba aquel lugar desde que estaba el joven medico por eso no me acercaba a menos que fuera completamente necesario. Acorte el largo viaje por un atajo donde debia de ver llegar a Taylor una vez que volviera a cambiar de rumbo*

*En cuanto deje de ver a Tay tome rumbo a la ciudad y a pesar del paso tranquilo que llevaba rápido empece a pisar las calles transitadas después de la lluvia, el ruido me daba nostalgia pues hacia tanto que no disfrutaba de la fiesta nocturna que siempre ofrecía esta isla.
Por eso ahora que sabia que los niños no necesitaban de alguien que los cuidara no tendría que preocuparme ya llegaría ese niño a casa solo cono había salido.
Mire las tabernas que siempre tenían ese ruido de disputas, peleas, risas y gritos, buscaría alguna donde pasar un rato y luego volvería a casa*

*Después de la muerte y entierro de los chicos regresé a la ciudad y me conseguí una capa para abrigarme, pues era una mañana fría y llovía sin cesar. Alcancé a llegar a la taberna antes de que la lluvia se vaciara sobre la ciudad entera, y cuando menguó ya me había bebido dos jarras de cerveza negra, que me ayudó a calentarme un poco antes de salir afuera.
Reconocí una cabellera roja larguísima por entre todos los colores oscuros de la calle. Entre piedras grises, cajas café, ropas negras y el cielo nublado, ese cabello rojo brillante resaltaba de inmediato a la vista de cualquiera.
Me acerqué por detrás de ella y arropando me con la capa, alargué mi mano diestra hacia su arma o, en realidad, al lugar donde debería estarlo, sobre su cadera*

*Avanzaba sin problema alguno y sin tomar en cuenta a nadie, sin embargo me sentia como si estuviera en el barco despues de obtener un buen botin, mire a los lados como si buscara algo o a alguien, pero solo me servia para poder ver de reojo hacia atras, de esa manera pude percatarme de alguien detras de mi y con la intencion de hacer algo por eso cuando calcule que estaba su mano cerca lo tome de la muñeca, gire pasando por debajo se su brazo y torciendolo hacia atras de su espalda, me pegue a su espalda y tuve que levantarme un poco para alcanzar su oreja*

-Mira que te gusta el mal trato, Crimson

*Murmure a su oido y me sonrei levemente antes de apartarme y darle una patada en el trasero al tiempo que lo soltaba para hacerlo caer*

*Creí que no se iba a dar cuenta, pero apenas si alcancé a tocarla cuando de pronto me vi enganchado y contorcionado... Menos mal que me mantenía en buen estado *

-Pues no me esperaba esto, en realidad.

*Contesté antes de que me pateara y di un paso más adelante para no caerme.*

-Porqué puedes tocarme el trasero y yo no a ti. Eso no es justo.

-Estar alerta en esta isla es importante

*Murmure con una risita divertida, cuando tuvo que avanzar a prisa para no caer*

-Porque te rompería varios huesos antes de que eso pasara

*Advertí encogiendome de hombros y luego llevando mis manos a la cintura *

-Ademas porque dejaría que me tocaras el trasero?

-Ooooh, gracias entonces por salvarme la vida.

*Contesté con ironía sacudiéndome el brazo para no sobarme.*

-Es lo que hacen los amigos, no? Y me lo acabas de demostrar. Porqué si no te dejaría tocar el mio?

*Me reí acercándome a ella con cierta sugerencia, solo para molestar.*

-Por cierto, tus sobrinos están bien? Porque si no tienes que cuidarlos ya, podríamos dar... No sé... Una vuelta?

-Mas bien el comentario era para que supieras que salvo la mia

*Le corregi mirandole con seriedad y al escucharle no pude evitar reirme divertida*

-La verdad no me dejaste, solo no pudiste evitarlo

*Le aclare pero al verle acercarse coloque mi indice rapidamente en su frente para detenerlo de que se acercara mas*

-Lo estan despues de la mala noche que pasaron, pero ya descubri que no necesitan que los cuiden si ya se creen grandes

*Aparte mi mano y e encogi de hombros*

-Estaria bien, me ayudara a pasar el rato

-Entonces acabo de ser víctima de una acosadora pervertida! Dios mío que alguien haga algo. Me tocó el trasero!

*Fingí riéndome con las.manos en los bolsillos, pero me detuve cuando vi su dedo en mi frente y torné los ojos hacia arriba.*

-No se.porqué te tomas libertades.conmigo y no me dejas que yo haga lo mismo. Es aburrido cuando el juego no es parejo.

*Comenté ya erguido.y luego de escucharla negué con la cabeza.*

-Los chicos de su edad son propensos a la estupidez. Al contrario, necesitan más atención que nunca. Pero déjalos a sus padres! Ellos los trajeron al mundo después de todo.

*Me encogí de hombros y me reí, porque yo a la edad de esos chicos hacía peores cosas, solo que no tenía padres para corregirme.*

-Gracias! Por darme unos minutos de ti... Me siento afortunado.

-Lo dice el tipo que desde que llegue a la isla me a seguido?

*Cuestione en broma, siguiendo su juego de victima ya que la unica aqui habia sido yo*

-Porque no tienes tanta suerte

*Y no iba a tenerla, le empuje levemente con el dedo y baje de nuevo mi brazo*

-Supongo, yo solo vine de visita

*Asi que sino tenia que preocuparme por ellos, pues mejor, aunque sabia que si Gillian o Anne me lo pedian iba a estar ahi ayudandolos*

-Mira que tu suerte empieza a cambiar

*Bromee ante su comentario, pues ya le habia dicho que no tenia suerte en realidad*

-No es una ciudad grande. Encontrarse la misma gente en la calle durante dos días consecutivos no cuenta como "seguir"
Aunque....

*Pues no. No contaba, pero era cierto que yo la había estado siguiendo ayer y hoy la habían recibido, nada más.*

-... Quien no querría seguir a una mujer tan linda.
Deberías agradecer que soy yo y no un pervertido descarado.

*Me reí de mi mismo, pues se me catalogaba a veces en esa descripción.*

-Debes de ser tú la que me trae la buena suerte. Cosas buenas me pasan cuando tú estás cerca.

*Comenté, caminando por la línea de la calle junto a ella.*

-Te gustaría beber algo? Agua, hidromiel?

*Eran las bebidas que se consideraban femeninas, al menos. Aunque no faltaba a quién le gustara el Grifo y el ron.*

-Mas bien creo que eres un pervertido perseguido

*Aunque no era verdad que me siguiera todo el tiempo, pero que curioso que siempre me lo encontrara*

-Tu crees, y como que cosas buenas te han pasado?

*Cuestione curiosa, porque realmente no habia nada que yo creyera que fuera de suerte*

-Te acepto la bebida, pero ya veremos que se me antoja tomar

-Qué mala impresión tienes de mi. Eso es deprimente.

*Aunque no me importaba mucho, mientras no fuera la impresión que perdurara con el tiempo.*

-Pues, conocerte, en primer lugar.
Y ayer tuve una muy buena comida de noche antes de encontrarnos en la iglesia.

*Lamiré de reojo y me sonreí.*

-Me sorprendes! Creí que ibas a negarte a la primera.

-Tu crees?

*Pregunte de broma, aunque sin poder evitar reirme por lo indignado que se creia*

-Porque me negaria? puedo contigo sobria y ebria

*Asi que no tenia ventaja de ninguna manera, porque tampoco era como que tomara tanto*

-Que soberbia!

*Exclamé rindome de la seguridad que demostraba. Era sin dudas una chica fuera de serie.*

-Pues ya veremos quién puede con quién.

*Bromeé.
Ella no venía armada, como la noche anterior. Creí que eso me daría cierta ventaja.*

-No es soberbia, es sinceridad

*Aunque si podia sonar soberbia en algunas cosas que decia especialmente en contra de él*

-No es dificil saberlo

*Especialmente porque tenia que ser cuidadosa, no llevaba cosas de valor, pero nunca faltaba un idiota que quisiera propasarse*

-En cualquier caso, no es de mi de quién tienes que preocuparte.

*Había tipos, cientos de ellos mucho peores que yo. Al menos yo intentaba guardar las apariencias y mantener la confianza.
No tuvimos que cambiar demasiado para llegar al mercado y ver frente a nosotros la gran variedad de tabernas que estaban a disposición de nuestro gusto. Aun cuando t nos a mis preferencias, dejé que ella escogiera.*

-Adelante. Tienes el privilegio de escoger a dónde iremos. En honor a mi palabra, te llevaré a donde tú quieras.