Exóticas playas

*Mientras Henry se divertía me detuve a medio camino cuando senti que nos alejabamos mucho del barco, sin embargo no iba a dejar solo a Henry así que seguí detrás de el, pero nadar como humana me era cansado y opte por cambiar mi forma de humana a la de sirena para seguir en el mar y disfrutar del mar*

*Me quedé mirando la luna brillante y hermosa en el cielo, con ese rostro que no dejaba de mirarnos cada noche durante toda la vida, como testigo incondicional de la historia humana.
Una salpicadura me llamó la atención detrás de mí y me giré para ver a Aerith nadando con libertad con su cola de sirena.
Sentí por un momento que una aguja se clavaba en mi estómago y eche una mirada al barco... estaba lejos, aunque quizás no lo suficiente.
Me acerqué a ella nadando y la Contuve de nadar a las profundidades pues más abajo yo no podría seguirla, y era algo que lamentaba de verdad. Que no tenía la capacidad de soportar el peso de las profundidades.
Le hice una seña para que salieramls a la superficie a hablar.*

*Me sumergible un poco mas al tomar mi forma original pues las escamas reflejaban la luz de la luna formando un destello que pedí llamar la atención y trate de evitarlo, al menos hasta que estuviera lo bastante lejos del barco pero Henry me interceptó e hizo subir a la superficie*

-Que ocurre?

*Se había detenido repentinamente y me preguntaba porque*

-Bueno... sólo quería asegurarme de que estabas bien.

*mire de reojo en dirección al barco.*

-Estamos muy cerca. Alguien podría verte además pues las noches despejadas brillan en alta mar y los vigías tienen muy buenos ojos.

*No quería que supieran de su naturaleza, por mucho que confiara en ellos

-Lo estoy

*Le asegure yabque realmente estaba bien porque estaba disfrutando de ese pequeño momento de libertad*

-Entonces no debo cambiar?

*Pregunte morando mi cola moverse bajo el agua y haciéndola cambiar de nuevo a mis piernas que movía una y otra para mantenerme en la superficie*

-Estamos bien que cambies, pero debes tener cuidado de no hacerlo cerca de alguien que pudiera verte ^^

*La tome por los hombros y la acerque a mi para darle un abrazo.*

-Vamos a cubierta. Ya casi es hora del relevo de vigilantes.

-De acuerdo, tendré más cuidado

*Le asegure sonriéndome sinceramente, me caía bien, era amable y muy bueno, le mire cuando me sujeto de los hombros y aunque no fue incomodo si me sorprendió su abrazo*

-Gracias por todo

*Le dije respondiendo su abrazo *

*Le sonreí ampliamente al soltarla y moví mis pies para girarme en direcció al barco*

-Bien... vamos, que se hace tarde

*Declaré antes de sumergirme y nadar de prisa hacia el barco.
Había un cabo suelto que caía siempre por un costado de la quilla, lo usaba todo el tiempo para bajar y subir así que no sería ningun problema regresar*

-Vamos

*Acepte al tiempo que asentia con la cabeza y no tardando nada antes de empezar a seguirlo por debajo del agua hasta llegar al barco.
De ahí nos ayudamos de una cuerda para empezar a subir de nuevo y volver a los preparativos para bajar a conseguir suministros *

*Baje con parte de mi grupo a la isla, donde ya el resto de los hombres nos esperaban con lo barriles que habia preparado, al menos estaba segura que llevar el agua seria facil, asi que con dos hombres cada barril los llevamos rodando para ir a buscar el agua que necesitabamos.
No habia necesidad de ponernos de acuerdo, todos teniamos una mision y era mejor llevarla a cabo pronto y largarnos de esa isla misteriosa. Por eso fue que solo me concentre en mi trabajo para ir a buscar el agua fresca que necesitabamos*

*Cuando llegamos a la orilla me dediqué un minuto a analizar a mis compañeros de labores. Una muchacha de dedos finos aunque bastante torpe, un hombre robusto y despistado y otro sujeto que parecía bastante normal, si no fuera por aquel parche que le cubría la falta de su ojo derecho y una pierna de palo medio podrido que ataba con una gaza a la altura de su muslo y le impedía caminar con normalidad.
Por lo demás, no dudaba de que fuera un grupo bastante empeñoso.
No perdí mas tiempo y comencé a dar órdenes e instruir a mi equipo para cumplir nuestro trabajo de prisa.
Dibujé unas plantas y algas en un cuadernillo y se los mostré. El hombre de la pata de palo resultó ser más inteligente que los demás y entendió de inmediato qué era lo que debía buscar en aquel sector, de modo que le deje a cargo de la muchacha y con el gigante nos pusimos en marcha hacia el interior del bosque, donde obtendría cocos y plantas de mayor tamaño que no podría cargar por mi mismo y aquel sujeto me sería de bastante ayuda*

*En cuanto bajamos a la isla notamos que el resto de los compañeros ya se habían ido a empezar sus labores, por lo que solo tomamos las canastas e hicimos lo mismo, nos dividimos en dos grupos asi tendríamos oportunidad de buscar y encontrar un poco de todo, ya cuando lo tuviéramos podría revisarlo y dejar solo lo que no fuera dañino para los demás, quedamos en vernos aqui mismo una vez tuviéramos las canastas llenas*

*Caminamos bastante hacia el interior de la isla aún cuando podíamos oír las olas, no era ni remotamente posible ver el mar desde aquí.
Comencé entonces a recolectar hojas y hongos. Me fijé en el camino que había algunos comestibles y que habí aarbustos con bayas... Estuve a punto de recogerlas sino fuese porque me recordé que Aerith era quien recolectaba la comida.
Un poco más allá, sin embargo encontré bayas venenosas. Su aspecto y aroma eran similares a las bayas comestibles y su sabor era parecido. Pude comprobarlo yo mismo hace tiempo atrás cuando comí bayas venenosas a propósito con fines investigativos y por un momento, recordaba, dudé de mi propio conocimiento herbolario cuando sentí su sabor. No fue sino cuando comencé a enfermar que supe que realmente eran las de tipo venenoso.
Me preocupé un poco en cuanto a Aerith, por que no fuera a equivocarse y realmente mezclara las vayas comestibles con las venenosas y acabara enfermando toda la tripulación.*

*Nos adentramos en la selva en cuanto tuvimos todo listo y fuimos revisando los frutos, siempre tuve cuidado con las frutas de la selva y habia aprendido a identificarlas de muchas maneras sin necesidad de probarlas. Asi que me iba fijado en la savia, los tallos o si estaban en racimos, ademas de los colores amarillos, verdes no eran convenientes recoger, asi que aunque llevaba pocas, era seguro que iban a ser seguras, ademas aun faltaba mucho por recorrer*

*No traia mis libros de notas y lo lamentaba aqui donde las plantas crecian salvajes y no como en mi organizado jardin de plantas medicinales. Habia perdido todo cuando nos caimos del barco transporte aunque confiaba que mis pertenencias hubiesen llegado tods a salvo a Tortuga. 
Robbin de seguro estaba preocupado. Solo esperaba que no dejara sus labores por buscarnos o hiciera algo estupido antes de que llegaramos.
Recordaba cuando Borelli me daba catedras sobre plantas, para que eran y para que servian. Con el aprendi mucho y aun en mis recuerdos sonaba su voz cuando veia alguna hoja familiar o me encontraba con alguna flor silvestre.*

-Estos jacintos los cultivó Elaine...

*Murmuré al ver las florcitas en forma de campanilla. Jacintos silvestres, pequeños y utiles para el dolor de cabeza y el estreñimiento. Pero lo interesante de los jacintos era que eran atractivos para las Arenarias, un poderoso purgante que crecia siempre en la tierra junto a los bellos jacintos.
Me incline apartando con mi mano delicadamente las hojs del jacinto para identificar la arenaria.*

-Estos dos hacen una buena pareja.

*Decía siempre Borelli, riendo. 
Detras de mi, el marinero grandulón que me acompañaba no paraba de mirarme como si intentase averiguar si el calor no me habia frito el cerebro o algo por el estilo.*

*Estando en la isla y en parte lejos de Adriel pude tener un buen dia, los ayudantes que llevaba ademas de ayudarme mucho, me hacian reir, nos divertiamos recolectando los mejores frutos y saludables para que no fuera a causar algun incoveniente en la tripulacion.
Sin embargo no dejaron de pasarme por la mente las palabra de Adriel, que al final lo mejor que habia hecho era olvidar mis intentos vanos con él que no tenia, segun él, nada que ofrecer a los demas.
Lo sabia desde hace mucho tiempo y aunque trate de llevarme bien con él nunca fue completamente posible mis mejores platicas eran con Robbin y mis mejores aprendizajes eran con Adriel lo cual le agradecia a ambos, pues despues de estar solo y rodeada de animales, ellos se habian vuelto mi unica familiar y amigos*

-Recuerden que debemos tomar los coloridos siempre que las hojas esten sanas y los tallos no tengan espinas, ademas de que no deben tener olor amargo

*Les recorde a todos agregando cada vez mas frutos a las cestas y tener suficiente para todos, asi qu seguimos revisando la selva y sus frutos, aunque repentinamente escuche una suave voz y voltee a ver a mis compañeros que estaban entretenidos buscando las plantas, frunci el ceño pero la voz no se detuvo asi que empece a seguirla a donde crei que era donde venia*

*La recoleccion era un trabajo que no hacia a menudo. Ahora recordaba que era una tarea que me gustaba hacer, aun cuando tomaba tiempo y era por eso que solia dejarlo como trabajo para Robbin y a veces a Aerith.
Reconocer plantas con raíz, escarbar para sacar tubérculos y escoger los mejores, buscar por el suelo, montado en los árboles, extraer corteza, sabia, exprimir hojas y lamer su jugo... Era como un juego de niños pero con un trasfondo muy serio, pues debia armar un botiquin para toda la tripulacion y con las utilidades mas variadas posibles en poco tiempo.
Estaba montado en una cocotera, intentando alcanzar los brotes tiernos de una enredadera parasito que solia crecer al rededor de estos árboles y servia muy bien como purgante en caso de que alguien se contagiara con la temida enfermedad de la sangre, lo que yo llamaba septicemia en primera fase.
Alcancé la cúspide. Un solo brote gordo me servia para todo un mes de tratamiento, de modo que esperanzado alargue mi mano y con el cuchillo en la otra, la separé de su tallo y sonreí, glorioso y satisfecho.
El sol me llegaba de rente, pero aun asi, desde la altura, logre ver una familiar cabellera rubia que merodeaba por la selva alla abajo.
Aerith... no se suponia que estaba recolectando alimentos junto a su equipo?
Quizas se habia perdido.
Aspire una bocanada de aire con fuerza al sentir una punzada en el vientre ante la idea y baje de prisa del arbol, casi tirando todo en el canasto que mi acompañante cargaba.*

-Lleva esto a la orilla y trae otro canasto vacío

*Le ordené, largando a correr en la direccion en que habia visto a la muchacha merodear*

*Camine un par de pasos distraída, pero ne tuve que detener de golpe cuando uno de los compañeros se paro frente a mi, preocupado ne pareció a mi*

-Esta bien, señorita?

*Me sorprendió la pregunta y solo salí de mi distracción sonriendo apenada*

-Lo lamento, solo me distraje un poco, por favor sigan recolectando iré a ver si encuentro alguna otra variedad

*Me disculpe, pero encontré la manera de safarme un poco asi que deje a todos ahí, para yo volter a emprender el camino por el que esa voz estaba pidiendo ayuda, solo iría a ver y si no podía hacer nada ya volvería yo por ayuda.
Asi con paso firme y sola ne aleje de mi grupo para explorar sola esos lugares*

*Esquivé ramas y sortee un gran crecimiento de arbustos picudos antes de llegar al lugar donde la habia visto, pero al llegar alli ella ya no estaba.
Revisé el lugar y vi huellas de otra persona, de modo que me apresure a rastrear sus pasos con el fin de alcanzarla.
Uno no sabia, podian parecer todos amables, pero aerith era una muchacha muy inocente y ellos, piratas. Y no confiaba para nada en los piratas.*

Alexandriel Stiles escribió:-Bueno... habrá que averiguarlo algun dia.

*Murmuré para mi. 
Solia probar los medicamentos que confeccionaba sobre mi mismo para saber sus efectos, bien podia hacerme picar por una babosa para saber cuan poderoso era su veneno. Pero no seria ahora sino cuando regresaramos a casa.
Era verdad que nadie parecia conocer demasiado acerca de las criaturas que vivian en el mar, no se si por supersticion o porque era un lugar tan inaccesible, bajo la superficie nadie podia estar durante mucho tiempo sin llegar a morir.
Sin embargo, recordaba que Borelli tenia en su estudio hace mucho tiempo unos documentos hilados acerca de sirenas... Nunca lo tome en serio.*

-Si, igual que nosotros tenemos que volver a casa, asi que date prisa.

*La apresuré.
Este tipo de acciones no solo demostraban que aerith era medio estúpida por perder nuestro valioso tiempo con babosas, sino que tambien tenia un corazón grande y bondadoso.*

-Dices que viven en el mar, pero yo nunca he visto en el mar mas que peces y algas... No tenia idea que habia tambien babosas.

*si, uno no podia saberlo todo en este mundo. Habia muchas sorpresas ocultas por ahi, y por eso es que el mundo nunca era aburrido.*

-Solo tendrías que consiguiendo otra

*Y dudaba que lo lograra fácilmente pero eso ya lo vería cuando volviera a casa, seguimos caminando hasta que finalmente llegamos al otro lado de la isla, afortunadamente donde no había nadie a la vista, mire a Adriel de reojo y sonreír a causa de lo apurado que estaba*

-Las babosas viven en las profundidades del mar, por eso casi nadie las ve, quizá está solo tuvo nada suerte de ser arrastrara fuera del mar

*Supuse yo mirando el agua y parando en la orilla donde no ne alcanzaba el agua, mire a la babosa dentro del jarrón y sin pensarlo ya mas di los pasos hacia dentro del nariz pelo como siempre nunca toque el agua con mis pies solo camine sobre ella tranquilamente y sabiendo que Adriel lo vería, aunque quizá con eso podría el entender lo que le decía en el barco*

-Entonces conseguiré una.
*Dije con simpleza.
Nunca me acercaba demasiado al mar, desde el ataque de aquella sirena hace años atrás. Por eso es que cuando Aerith comenzó a acercarse yo me quedé atrás, avanzando con pasos lentos y cortos.
Mire hacia atrás al bosque y luego al horizonte donde el mar se unía al cielo.
Había tantas cosas que desconociamos de ambos mundos a pesar de convivir en medio de los dos diariamente durante todas nuestras vidas.
De reojo pude ver movimiento en la villa abandonada de la que nos habiamos alejado y distraje mi atención.
Lo sabía. Allí aún habia gente!*

*Me concentre en dejar a la babosa un poco dentro del agua para que no la fueran a regresar las olas, asi que baje el jarrón
y lo introduje en el agua antes de ladearlo para que pudiera salir sin problema alguno, saque el jarrón una vez que ella salio y fue que me di media vuelta para salir del mar*

-Ocurre algo?

*Pregunte al ver que miraba hacia la aldea, iría a dejar el jarrón y volvería a mis labores para poder marcharnos *

*Entrecerré los ojos para mirar mejor y cuando Aerith volvió a mi lado y quiso adelantarse, la tomé del brazo.*

-No regreses.

*Le dije como cuando le daba una orden*

*Me detuve de golpe cuando me sujeto y voltee a verle curiosa por su repentino cambio de actitud*

-Que es lo que te pasa?

*Cuestione esta vez preocupada pero manteniendo mi mirada en él para saber que era lo que podría pasle*

-Tengo que ir a dejar emo jarrón y volver a las labores

-Hay personas en esa aldea.

*Sostuve firmemente su brazo y la atraje hacia atrás.*

-Deja ese jarrón en cualquier sitio y vámonos de aquí.

*Dudaba que fueran amigables, o se habrían hecho ver.
Incluso, dudaba que pudiesemos regresar con los demás sin ser seguidos por aquellos visitantes, y es que si se trataba de un grupo de traficantes, los pondríamos a todos en peligro.*

-No estamos solos en esta isla... por eso nos mandaron en grupos y debíamos darnos prisa.

*Murmuré comenzando a retroceder y arrastrando a Aerith conmigo.*