Calabozos

-Soy... soy consciente de ello.

*Murmuré, sintiendome regañado.
Sabia que Jared acabaría enterandose de todo, incluso de todas mis mentiras acerca de que era su hermano y de que su madre fue una buena mujer...
Esperaba que pudiera entenderlo y no haberle causado más daño en el intento de protegerlo.*

-Gracias... por preocuparse por nosotros.

*Dije al final, sonriendoles a ambos en agradecimiento sincero.*

*Me sonreí levemente y asentí on la cabeza.
Era bueno que al menos se diera cuenta de que lo que estaba haciendo era incorrecto. Desde ahora en más iba a ser cuestión de que quisiera cambiar las cosas para mejor en vez de seguir haciéndole daño al niño. No era un daño inmediato ni severo ahora, pero cuando se diera cuenta de que creció creyendo mentiras, iba a ser muy doloroso para él. Era mejor decirle la verdad desde ya.
Me concentré en el hombre y vendé su herida, pues ya parecía estar cada vez más sano y sentí la necesidad de hacerlo, aunque sabía que tal vez no iba a ser necesario luego.*

-Cómo es eso... de los inmortales?

*Pregunté de pronto ya cambiando el tema.*

-Mueren, pero no mueren realmente? Cómo es posible que sea solo por comer carne de sirena.

*Por mi parte, estaba realmente intrigado con ese asunto.*

-Yo siempre me preocupo por ustedes

*Le dije llevando mi mano de nuevo a su cabeza y revolverle los rubios cabellos como los mios, eso quiza de alguna manera nos hacia parecer mas familia que otra cosa*

-La carne de sirena tiene muchas cualidades buenas y malas gracias a Calypso.

*Aunque en realidad no sabia si era por eso o solo por el simple hecho de ser un ser viviente como todos en el mundo*

*Me encogí al sentir su mano sobre mi cabeza.
Ella seguía tratándome como si fuera mas pequeño y quizás, como se creía mi hermana mayor, nunca iba a dejar de verme de ese modo.
No me molestaba en absoluto, después de todo ella era lo más próximo que había tenido a una hermana, tanto en las buenas como en las malas. Nos odiabamos por tonterías y al segundo siguiente era como si nada hubiera ocurrido.
Miré a Marko de reojo y asentí a las palabras de Tetra.*

-Así es.
Las sirenas son casi indestructibles, tienen esa capacidad natural de sobrevivir a cualquier tipo de amenaza, son muy resistentes y por eso se dice que son inmortales.
Su carne es un veneno para otras criaturas, pero hay seres humanos con ciertas fortalezas que aún no se cual es, que los hace resistir el veneno.

*Le expliqué lo más claramente que pude en ese momento.
No había ningun drama en contarle todo eso a Marko. Yo sabía que él no usaría esa información para su beneficio propio y tampoco se encargaría de divulgarla irresponsablemente.*

-A cambio, reciben las propiedades que la mágica carne les ofrece, la resistencia equivalente a la de aquella sirena que consumieron. No los hace inmortales, pero pueden sanar de prisa en su medio natural como las sirenas sanan de prisa de sus heridas cuando están en el suyo. Si pierden sus signos vitales, incluso, una vez que las heridas sanan y dejan de ser mortales, vuelven a vivir, no importa cuanto tiempo haya transcurrido.

*Escuché atentamente lo que los dos decían.
Sentía como si estuviera recibiendo una cátedra especializada en criaturas místicas.
Nunca había sido dado a creer en esas leyendas, sin embargo todo indicaba ahora de que algo de razón tendrían esas historias fantásticas.
A pesar de que sus relatos parecían ser terriblemente malos, pues Henry no podía contar una historia seriamente jamás y no era buen relator, estaba viendo los efectos en vivo y en directo aunque la causa de aquellos efectos fuera así de mística, no quitaba que fuera sorprendente lo que mis ojos estaban presenciando.*

-Entiendo. Por eso es que dicen que aquello que no te mata, te hace fuerte.

*Veneno.
Me preguntaba si habría otras maneras de aplicar ese veneno... Hacer que dejara de ser un veneno y utilizar esa propiedad sanadora sin hacer permanente el efecto. Podría salvar muchas más vidas si se lograra una cosa así.
No hayaba la hora de poder hablar con este hombre, este científico sobreviviente de la carne de sirena. Seguramente él sabría mucho más, por experiencia propia, acerca de estas propiedades místicas que había adquirido*

*Me quede en silencio escuchando lo que decía Henry, la historia sobre sirenas era una grandiosa y fantastica que solo los marines se atrevian a contar aunque nunca supe como es que esas historias se daban si la mayoria de los marineros morian en los naufragios*

-De hecho es una suerte que podamos encontrarnos con una sirena

*Eran demasiado cuidadosas a la hora de salir del mar, o procuraban no hacerlo para no exponerse a los cazadores que querian su carne*

-Ahora que lo pienso, creen que sean pareja?

-Piede que no veas otra sirena durante todo el resto de tu vida, Marko... deberías aprovechar ^^

*Sin malos significados, por supuesto.*

*Oí a Henry decir esas cosas y lo miré con los ojos entrecerrados. A qué se refería con "aprovechar"?
Pero si que casi me dio un ataque cuando oí a Monique y negué con la cabeza, alarmado.*

-Shh!!
No lo mencione siquiera o intentará matarla u_u

*Recordaba aún demasiado bien cuando casi me estranguló por mencionarlo, y ni siquiera hablaba realmente en serio.*

-Parece ser que el tema es delicado entre ambos, sobre todo para él.

*Arque una ceja a la repentina reaccion de marko y le mire confundida hasta que escuche lo que decia y me sonrei*

-Eso quiere decir que lo son

*Asegure, pues seguramente lo tenian oculto, aunque no podia entender el motivo de eso*

-O solo colegas de trabajo?

*Me reí con las obceciones de Tetra por andar suponiendo parejas a los demás, pero cuando le suponían una a ella se colocaba toda incómoda.*

-Se lo preguntáremos cuando despierte ^^

*Con tal que no creía que el hombre.fuese tan fuerte como para significar un problema. Lo único es que era inmortal, así que podía asesinarlo cuantas veces quisiera mientras no tocara su cabeza.*

-No, mejor es que ni siquiera lo mencione. No es una buena idea si quiere llevar las cosas en paz u_u

*Insistí.*

-Por cierto, no irá a ver a Jared?
Estaba despierto hace un momento y estaba esperandolo. Preguntó si usted estaba ocupado y expresó sis deseos de verlo

*Arque una ceja al escuchar a Marko y láser ka cabeza sin entender demasiado bien*

-Porque tanta evasiva con ese tema Marko?

*Solo lo había preguntado por curiosidad no porque fuera a preguntarlo de verdad, especialmente porque no era mi asunto*

tanto tiempo hemos pasado aquí abajo?

*Pregunte mirando a Henry se me había hecho que Jared había despertado muy rápido*

-Pues... porque...

*Me llevé una mano al cuello instintivamente, pero negué con la cabeza pues ya no quería hacer más conflicto.*

-Al rededor de una hora y media, casi dos.

*Anuncié tras ver mi reloj de bolsillo*

-Tanto ya?

*Exclamé sorprendido pues no me había dado ni cuenta de que había corrido tanto el tiempo y aunque no me olvidé de Jared, no creí que despertaría tan pronto.*

-Iré de inmediato.

*Dije levantándome y sacuudiendo mis pantalónes, los miré de reojo a los dos.*

-Quédense los dos aquí. Así aprovechan de conversar y conocerse mejor.

*Dije dando dos pasos atrás y con una expresión sugerente, volviendo a las bromas entre ellos dos y salí afuera con paso rápido y riéndome.*

-Si que a pasado rapido el tiempo

*Dije sorprendida del tiempo que habiamos estado ahi metidos*

-Que hacemos si despierta?

*Pregunte cuando acepto irse a ver a Jared, podria despertar en cualquier momento y no sabiamos que ibamos a hacer*

-Ya vas de nuevo

*Le acuse mirandole con los ojos entrecerrados por el asunto, ultimamente se empeñaba en dejarme con Marko*

*Me devolví un paso y miré a través de la puerta semi abierta.*

-Atalo a los barrotes. Así no causa problemas si se despierta con ganas de pelear

*Le había visto en la isla, su actitud agria y violenta y al parecer Marko sabia de primera mano acerca de su predisposición a las peleas.
Atarlo a los barrotes antes de que despertara podía ser una solución rápida y efectiva para evitar siniestros.
Dicho esto les levanté el pulgar y me arranqué escalera arriba corriendo hacia mi camarote.*

*Miré a Monique de reojo y me avergoncé, pues él seguía insistiendo en nosotros cuando yo quería llevar las cosas con calma a pesar de todo... Quizás fuera una presión que necesitaba. Había estado llevando las cosas con calma mucho tiempo ya.*

-A... atarlo??

*Dije sorprendido. Estaba bien, si era un hombre impredecible, sin embargo atar a una persona herida como él lo estaba me parecía que era un acto barbárico.*

-Capitán...

*Iba a refutar, pero el se fue antes de que pudiese decir nada.*

-Lo ataras tu?

*Pregunte a Marko, sabiendo quiza de antemano que no lo haria, asi que mire al hombre y luego a Marko*

-Vamos fuera de la celda, si despierta minimo que sea encerrado

*Le dije apresurandole para que salieramos y poder cerrar la celda*

*Negué con la cabeza.*

-No creó que sea la mejor idea.

*Confesé mirando luego al hombre sin decir nada pero entonces Monique se levantó e hice lo mismo.*

-/Me parece también que es la opción más sana.
Atar a un hombre  herido no es mas que una barbaridad, aunquque tenga la capacidad de vivir eternamente.

-Bueno entonces que así sea

*Dije esperando a que saliera para poder cerrar la celda y ya no preocuparnos. Una vez fuera me senté de nuevo en el piso para esperar*

-Ya esta

*Sali de la celda cuando ella lo hizo después de asegurarme de que mi maletín estaba completo y no dejaba olvidado nada dentro, así como sus vendas estaban bien ajustadas.Acerque un banquillo desde el extremo del pasillo y se lo ofrecí, a pesar de que ella no había dudado en sentarse en el suelo a la primera.
Me causaba cierta gracia que no tuviera la delicadeza de otras mujeres, y me hacia sentir confiado de que ella no estaría al pendiente de mis faltas de atencion y todo el tiempo exigiendo caballerosidad de mi parte.
Eran esas razones por las que yo tampoco había sido capaz de conseguir fiancee aún a mi edad. Carecía de la caballerosidad a la que estaban comúnmente acostumbradas las señoritas del medio.
Monique era diferente no solo en sus maneras, pero eso me resultaba sumamente atractivo.*

-Tome asiento en el banquillo, por favor.

*Le sugerí al dejarlo a su lado.*

*Una vez que me sente en el suelo, mire a Marko levemente de reojo y volvi la atención al hombre en la celda, para luego pasarla a la otra celda y encontrarme con la sirena que seguia durmiendo.
Parecia tan inocente que no me lo creia que fuera una sirena, sin embargo ya lo habia dicho Henry y le creia. Escuche de repente ruido a mi lado y me encontre con Marko y un banquito*

-No hacia falta, pero gracias

*Le dije sonriendole amablemente, y usando el banquito para que no se fuera a sentir o a enojar, solo por mis tendencias masculinas*

*Le sonreí complacido en que aceptara y me quedé de pie apoyado contra la pared mirando hacia la celda.
No parecía que hubiera mucho de que hablar entre nosotros dos, sin embargo es lo que quería.
Aprovechar el tiempo y conocerla mejor...
Recordé que me había dicho que Henry ya no la quería a bordo del barco, sin embargo me resultaba difícil de creer*

-Qué hará una vez lleguemos a Dominica, señorita Monique?

*Pregunté de pronto.*

*Podria haberme sentido incomoda por no hablar con quien estaba junto a mi, pero no podia porque no le conocia y no teniamos absolutamente nada de que hablar, ademas el tiempo que pase como mudo me dio la capacidad de no necesitar platicar sino habia que hacerlo.
Aparte la mirada para dirigirla a Marko al escuchar su pregunta, pero frunci el ceño y negue con la cabeza*

-Deja de decirme señorita, solo dime Monique

*Le pedi, ya era mucho y me sentia extraña de ser llamada señorita cuando era la presencia que menos tenia*

-Bueno, tengo un embarque que recoger con un conocido, hare unas entregas y el resto lo mandare a Tortuga para luego poner marcha hacia alla

*Le explique pensativa, no sabia si Henry ahora iba a tomar rumbo a Tortuga pero yo iba a ir*

*Fruncí ligeramente la boca y asentí.*

-Lo siento

*Ya me lo había dicho antes, no se porqué seguía saliendome así.
La oí hasta el final y asentí.
Ella entonces seguiría trabajando.*

-Tiene ya un medio de transporte para enviar su mercancía?

*Al grano. Al grano. Seguí repitiéndome. Ya basta de rodeos tontos.*

-Si quiere puede venir con nosotros.

*Le ofrecí livianamente y sonriendo de medio lado.*

-Vamos a cargar cosas aquí, pero seguro quedará espacio suficiente para usted.
Así... así no tenemos que despedirla tan pronto.