Planta Baja

-No... no es tan bueno.
Estaba mejor durmiendo...

*La verdad, despertar no me había hecho mucha gracia.
Apoyé los codos sobre la cama y me incorporé para ver mi pierna.*

-Has estado ocupada... estás bien?

*Pregunté mirandola de reojo. Parecía estar bien.*

-Ese tritón... estaba realmente.. loco...

*Fruncí el ceño en una expresión de dolor y volví a recostarme*

-Cuando los vi salir... creí que algo realmente malo pasaría.

*Realmente me había preocupado y... asustado.*

-Qué fue lo que pasó afuera?...

-Es una lastima, podría volver a hace que durmieras

*Murmure divertida poniéndome de pie cuando se incorporo un poco*

-Bueno alguien tiene que cuidarte. Y si estoy bien

*Le asegure sonriendole y tomando un trapo para remojarlo en el agua, exprimiendolo y limpiando el rostro de Adriel*

-Algo malo como que?

*Cuestione curiosa, no sabia si malo para el o para mi*

-No mucho, solo tonterias de alguien que quiere lograr lo que quiere

*Agradecí aquel paño fresco en mi rostro y cerré los ojos un instante.*

-no lo se... algo malo, simplemente...

*Volví a abrir los ojos al oírla.*

-Y qué quería? ... El asunto, al fin y al cabo era conmigo.
No entiendo porqué... llevarte a tí.


*Mi voz se apagó hacia el final de la frase. Mi cuerpo estaba de verdad débil y cansado.*

-Lo unico malo fue tu pierna, por suerte estara bien

*Le asegure sonriendole, mirandole unos segundos antes de hablar*

-Segun el salvarme de ti un loco inmortal

*Respondi con tranquilidad*

-Decia que yo era una sirena y que comias mi carne para conseguir tu inmortalidad, puedes creer esa tonteria?

*Le explique, antes de hacer burla a mis palabra para que no les diera mucha importancia*

*Levanté una ceja un poco sorprendido por la revelación.*

-En cierto modo... supongo que logró darse cuenta.

*Murmuré.*

-La mujer del pantano... me dijo que solo una criatura del mar podía... ayudarme.

*Volví a cerrar los ojos. Solo una criatura marina podría ayudarme a volver a ser yo mismo.*

-creí que...podría ser él pero... ahora se que no debí confiarme.

*Confesé tranquilamente, sonriendome al tono que ella utilizaba para explicar lo sucedido. Sin embargo a mí no me había causado gracia.*

-Pudo lastimarte... y no iba a poder ayudar.

-Darse cuenta de que?

*Pregunte curiosa apartando el paño para verle mejor mientras lo remojaba de nuevo*

-Que pasa ahora que todo mundo quiere decir cosas que no entiendo?

*Pregunte al aire volviendome a Adriel y limpiando de nuevo su rostro*

-El quería "
ayudarme"
dudo que me hubiera hecho daño...bueno mas o menos

*Dije recordando lo que había hecho en mi mano*

*Di un suspiro y mi cuerpo se contrajo en un espasmo de dolor.*

-Pues... no estaba seguro si él era... como yo o realmente una criatura del mar...
Él se dio cuenta en seguida de la diferencia entre los dos.

*Lo que significaba que era un tritón de verdad, y que había perdido mi oportunidad para regresar a ser humano.*

-Desde que me convertí en esto, he estado buscando la manera de volver a ser yo mismo.
Consulté con una adivina... dijo que debía buscar una sirena.
Que esas criaturas... me ayudarían a encontrar la respuesta.

*Expliqué tranquilamente, alargando las palabras y en voz baja. Solo para que ella entendiera es que me tomaba la molestia de explicarlo.*

-Intenta relajarte

*Pedí al ver su expresión, mirándole un poco preocupada por sus palabras*

-Te lo dije desde el principio

*Le recordé tranquila escuchando de nuevo y con mas atención su explicación*

-Yo debería ayudarte, yo hice que quedaras en ese estado a pesar de querer ayudarte

*Murmure algo sentida conmigo misma aunque no había imaginado que buscaba una cura*

-Me haz ayudado... todo este tiempo.

*Le conteste en un murmullo.*

-Haz estado conmigo, me cuidas... te haz quedado a mi lado... a pesar de todo lo mal que... lo haz pasado...

*Llevé mi mano sobre la suya, la que sostenía el paño en mi rostro.
Podía sentir la temperatura de mi cuerpo ascendiendo y tambien el acelerar de mi ritmo cardiaco.*

-Pudiste marcharte y dejarlo todo... pero no ...
Eso... fue lo que realmente... salvó mi vida... No ... no la... carne de... de sirena.

*Tomé una bocanada de aire e incliné mi cabeza hacia atrás, exhalando un gemido gutural. La herida dolía demasiado ahora, más que antes, debido a la inflamación.*

-Ayudarte? creo que vemos las cosas de diferente manera

*Asegure divertida*

-Bueno creía que no podías cuidarte solo, a pesar de que lo repetías mucho

*Dije en respuesta mirando su mano tomar la mía*

-De algun modo sentia que te lo debia, pero al final solo me quede por gusto

*Respondi llevando mi otra mano a sujetar la suya y mirandole preocupada*

-Sera mejor que llene la tina de agua y le de algo para el dolor, al menos ayudara

*Tenia que hacerlo, asi podria recuperarse un poco mas aprisa*

-Podía cuidarme solo...

*Dije con un ojo entreabierto.*

-Agua?... para qué?...

*Pregunté confundido, levantandome para quedar sentado.*

-Solo trae un calmante. Esto va a sanar a su tiempo...

*Miré mi pierna y la forma en que Aerith la había sanado. Las vendas estaban bien. Iba mejorando su técnica.*

-Creo que... vamos a terminar volviendo juntos a Tortuga.

*Murmuré, sonriendo de medio ado a pesar del dolor.*

-Por supuesto que no podías

*Le corregí aun teniéndole sujeta la manos hasta que se sentó*

-Para curar mas rápido esas heridas, sanar a su tiempo tardara mucho

*Dije recordandole la situación, fui a buscar entre sus medicinas los calmantes para llevarlos hasta donde él*

-Eso es bueno, aunque me gustaria que volvieras sin tanto dolor encima

*Murmure dejando el calmante en la mesa de noche, tenia que acercar el vaso con agua antes de darle la medicina*

-No tardará tanto como crees...

*Negué con la cabeza.
Normalmente heridas más profundas demoraban una o dos noches.*

-Puedo soportarlo.
Una vez soporté una golpiza mucho peor. Me rompieron la mayor parte de mis huesos y me envenenaron con una cuchilla.
Creo que nunca te he contado esa historia...

*Tomé las medicinas y las introduje en mi boca pasandolas solo con mi propia saliva.*

-Sobreviví sin la carne de sirena. Puedo hacerlo ahora también.

-De acuerdo, lo haremos como prefieras

*Le dije resignada pero con una leve sonrisa en el rostro*

-A habido pocas historias que me has contado

*Y no me molestaba en preguntar a pesar de las dudas, pues anterior mente solo se enojaba y decía que no era mi asunto luego las olvidaba o simplemente las dejaba pasar. Lleve el vaso con agua y se lo ofrecí aun cuando ya había tomado las medicinas*

-Porque quieres volver a ser normal?

*Pregunte curiosa, pues no sabia las razones exactas*

*Tomé el vaso de agua que me ofrecía y comencé a beber, primero rapidamente y luego mas calmado.*

-La verdad... no es como si quisiera contarlas...

*Me sonreí de medio lado y apoyé la espalda en la almohada, atrás en la cabecera de la cama.*

-Pues... porque no es algo que haya escogido.

*Me sonreí. Había una razón mucho más de peso, pero ella solo iba a cuestionar mis razónes como siempre.*

-Y si quisieras ya me las habrías dicho

*Dije sonriendole, acerque la silla y me senté de nuevo mirándole entretenida*

-Y ademas no es asunto tuyo

*agregue imitando su voz, pero solo me sonrei al terminar*

-Supongo que debi haberle preguntado aun en su inconciencia

*Murmure dando un suspiro, para luego recargarme en el respaldo de la silla mirando la pared frente a mi*

*La miré con los ojos entrecerrados cuando me imitó*

-Es verdad... no es asunto tuyo...

*Contesté, sin embargo me sonreí y llevé una mano a su cabeza.*

-Al principio era genial... sabes?
Saber que podía hacer cualquier cosa y que no iba a morir. Que incluso si me disparaba en la cabeza, resucitaría al día siguiente.
Que no demoraría en sanar...
Confeccioné medicinas con mi propia sangre, pensando que se esa forma podría utilizar las nuevas propiedades de mi cuerpo para ayudar a otros. Pero continué equivocándome una vez tras otra hasta que me di cuenta de que no era posible...
Los pacientes que tomaban esas medicinas, morían o se transformaban en bestias carnívoras... y me vi obligado a asesinarlos.

*Le relaté. Obviamente, todo eso lo había hecho en secreto, incluso a espaldas de ella y le hice jurar a Robbin que no diría nada a nadie cuando me sorprendió abriendome las venas para recolectar mi sangre.*

-Desde hace un tiempo hasta ahora he estado observandome, y me di cuenta, además, que no estoy envejeciendo...
Han pasado 10 años desde entonces, y mi rostro sigue igual que desde aquel día. Como si mi cuerpo hubiera quedado atrapado en ese momento...
Qué pasará si esto continúa. Si soy incapaz de envejecer y de morir... seguiré viviendo para siempre?
Y si eso ocurre... veré pasar el mundo incansablemente a mi al rededor... y con los años la vida comenzaría a carecer de sentido...
Porque.. .qué sentido tiene vivir eternamente en un mundo donde solo existe sufrimiento?

*Me encogí un poco ante su mano en mi cabeza pero volví a verle sin ningún problema, escuchando su historia hasta que llego al punto en que había experimentado con su cuerpo y otras personas, en ese momento le mire con los ojos muy abiertos por la sorpresa*

-Que hizo que?

*Pregunte a pesar de haberlo escuchado completamente bien y de entender que era lo que había intentado hacer, pero no podía creérmelo para nada*

-Eso es inmortalidad Adriel.
Mírale el lado positivo seras guapo por siempre y tienes mejor carácter que antes así que podrías tener muchas prometidas e inclusive si decides podrías tener mucha familia

*Sabia que mis palabras eran tontas y podrían hacerle enojar, pero me resultaba de alguna manera divertido imaginármelo*

*Me sonreí de medio lado al oir su punto de vista. Era gracioso escucharla a veces.*

-Tener muchas prometidas y mucha familia... suena genial, pero sabes?
Amar a una mujer toda una vida y aún así tener que verla morir, y tener que continuar viviendo con ello...
Si ser inmortal significa eso, no quiero serlo.

*Había pensado mucho en eso. No creía ser capaz de soportar algo así.*

-Voy a terminar loco... Imagínate a un loco inmortal con instintos asesinos reprimidos...

*Concluí sonriendo levemente. Aún ahora me costaba trabajo reprimir esos deseos*

*Me quede pensativa un poco a su explicación mientras miraba el techo curiosa y cuando termino de hablar voltee a verle*

-Pero Adriel, jamas he sabido que ames a alguna mujer, es mas desde que te conozco nunca te vi cortejando a una mujer.
Y creo que deberías aprovecharlo en lo que llega, no sabemos si es posible que este en este tiempo o en uno mas adelante.

*Dije aun meditando mis palabras, y recordando un poco cuando me gustaba a pesar de lo molesto que era*

-Ademas con lo de instintos asesinos reprimidos podrías hacerte caza recompensas, serias rico, podrás matar gente mala y sacar esos instintos

*Sujetar divertida pues me imaginaba todo lo que iba diciendo y parecía una buena idea*

-Es que... bueno...

*Suspiré profundo.*

-Al final me harás contartelo todo, verdad? *Sonreí mirándola de reojo. Ahora teníamos tiempo. No había más pacientes que atender ni recetas que entregar. No podía hacer nada más que estar recostado y solo estabamos los dos en la instalación de la clínica.*

-Antes de venir a América, en mi tierra natal, era justamente eso que me dices que sea... Aprendí a asesinar como quien aprende a caminar, desde muy temprana edad. No solo asesinaba gente mala, sino también gente inocente solo porque me pagaban por ello.
Es la realidad de la cual escapé hace diez años, y no quiero volver a vivir de esa manera ni aunque viviera por toda la eternidad.

*Era cierto que en el transcurso del tiempo había cambiado, sin embargo no lo olvidaba. No podía olvidar mi pasado y no quería recordarlo por siempre.*

-En ese entonces pensaba que era la única manera de vivir.
Estar en prisión, perder a mi prometida y a mis amigos de ese entonces, me hizo pensar las cosas y cambiar la perspectiva del mundo en el que vivo.
No tengo que cambiar al mundo, pensé, sino que quien tiene que cambiar soy yo. Adaptarme a ese nuevo mundo y a su gente... y eso es lo que he tratado de hacer.
Aquí, en este lado del planeta ya no soy un asesino...

*Me encogí de hombros a su pregunta y le mire inocentemente, el no tenia que platicar nada, pero siempre que decía mis puntos de vista terminaba diciendo algo aunque no se lo pidiera. Deje que terminara de explicarme su vida antes de sonreir levemente*

-Ya entiendo

*Murmure un poco descepcionada, no podia conseguirse una novia y no podria trabajar en algo asi despues de dejarlo, pero se me ocurria otra idea*

-Entonces sigue investigando, eres inteligente seguramente descubriras muchas cosas que beneficien a otros

*Le sujeri como ultima opcion*

-Asi no te enamoras y no te preocupas de perder a nadie mas

*Me hacía sonreír, aunque todas las cosas parecieran malas, al final ella siempre, siempre encontraba la solución más simple. Sin embargo...*

-Las cosas no son tan sencillas. Aún... hay algo que tienes que saber...
Pero te lo mostraré cuando volvamos a casa.

*Di un suspiro pesado y cargué mi cabeza hacia atrás. Nunca antes habíamos conversado tanto. En realidad, nunca habíamos conversado de nada.
Lo único que hacía era darle ordenes y ella obedecía. O de lo contrario, discutíamos fuertemente cuando alguno no estaba de acuerdo con el otro.
Me daba cuenta ahora que a pesar de estar trabajando juntos tanto tiempo, apenas nos conocíamos el uno al otro.*

*Hice cara de puchero al escucharlo ademas de verle con cara de enojada, pero me relaje al escucharle mirándole curiosa*

-De que se trata?

*Pregunte solo por costumbre, pues sabia que posiblemente no me diria nada hasta volver a tortuga*

-Aunque las cosas tu siempre las haces complicadas

*Agregue a su primer comentario, relajándome en la silla y mirando el techo distraída*

-Por cierto, jamas he preguntado pero... que se siente ser inmortal?

*Pregunte mirandole de reojo*

*Fruncí la boca a su pregunta.*

-Pues... nada especial.

*No me sentía diferente a como era antes. Al menos no físicamente diferente.*

-... quiero decir... que en realidad nada parece haber cambiado. Sigo sintiendome igual que antes. Solo al principio, los primeros meses después de haber comido la carne de sirena, parecía estar siempre cansado. Pero supongo que el trabajo también tenía que ver en eso.
Luego, solo se siente extraño saber que estas muriendo, y ser consciente de que no morirás en realidad.
Estar al borde del abismo, sentir que tu corazón se acelera, o se detiene. Sentir la desesperación de no poder respirar, y luego despertar recordando que deberías haber muerto. Recordando esos segundos de agonía mientras que todo se volvía oscuridad.

*Le explique son sencillez, mirando las vigas descubiertas del techo.*

-Aparte de eso y de lo confuso que puede ser asimilar que vivirás por siempre... no siento nada extraordinario.