Casa de campo

*Llegamos de vuelta a la casa esa noche y después de haber trabajado todo el día, tuve que ayudar a Karen a hacer todo, pues ahora tenía que estar en reposo y sin esforzarse... Comimos, conversamos un rato y nos pusimos de acuerdo para el día siguiente.
Terminé más cansada que de costumbre, tanto que no tenía ni ganas de reclamar.
Cuando nos llegó la noche solo apagué mis candelas y me tiré en la colchoneta del suelo a dormir, que realmente lo necesitaba.*

*Me alegre de volver a casa y de pasar un rato agradable con Gabrielle por fortuna habíamos llegado a un acuerdo con el asunto del trabajo y en cuanto nos llego la hora de dormir agradecí que eso hiciéramos.

A la mañana siguiente como siempre fui la primera en despertarme y aun en contra de las indicaciones medicas me levante para ir a preparar el desayuno. Mientras me entretenía en eso vino a la mente el hombre al que había mandado al hospital y que no había sabido nada de el desde que había dejado la clínica.
Di un suspiro esperando que estuviera bien atendido y recuperándose.
Finalmente termine de preparar el desayuno*

-Gabrielle es hora de levantarse

*Le grite como siempre, esperando que se levantara para empezar un bueno dia de trabajo esta vez ya podría acompañarla todo el día*

*Dormía tan plácidamente que el grito de Karen me tomó completamente por sorpresa, haciendome brincar de la almohada.
Abrí los ojos pesadamente y la luz me llegó en la cara, así que me tiré de espaldas de nuevo contra el colchón, gritando un reclamo.*

-No quiero levantarmeeeee...

*Grité con voz cansada.*

-Me duele la espaaaalda.

*argumenté, dando un giro sobre la cama para enrollarme con las frazadas para un lado y luego hacia el otro.*

*Di un suspiro al escuchar su respuesta y me sonreí de medio lado dejándola que se volviera a recostar*

-Entonces te quedas descansando iré a abrir la lecheria

*Le dije con tranquilidad, tenia toda la intención de hacerlo como compensación por dejarla sola el día anterior*

-Igual te dejo el desayuno

*Agregue sin moverme en realidad de donde estaba para poder servir los platos ya con la comida*

-eh....


*Dije sin ganas, procesando lentamente la sus palabras en mi cerebro adormecido hasta que, solo segundos más tarde lo comprendí.*

-EH???!

*Exclamé, levantandome como una cuncuna envuelta en las mantas y como pude me puse de pie.*

-Que te pasa! Eres idiota?!
Tu menos que nadie puede decir esa clase de cosas! Descerebrada!

*Di un par de saltos para avanzar e impedir que se fuera, pero me caí de frente, afortunadamente bien blandito a causa de las frazadas, las que hace un rato me parecían confortables ahora me parecía que me tenían aprisionada.*

*Me sonreí divertida a su repentina reacción, la verdad solo esperaba que me gritara y aunque así lo hizo, el golpe seco que le siguió me preocupo un poco*

-Estas bien?

*Cuestione asomándome por la puerta cuando llevaba el primer plato para dejarlo en la mesa con ayuda de una de las muletas*

-Pues puedo decirlas

*Le corregí con tranquilidad, dejando el plato antes de volver por el otro, luego por la jarra de agua y los vasos en una cuarta vuelta*

*Levanté la mirada y vi a karen junto a la puerta.*

-Hey, ya deja de pasearte por todos lados o te voy a atar a una silla!
Qué parte de "
descanso absoluto"
no eres capaz de entender ¬¬

*Dije con molestia. Era tan estúpida que incluso me hacía molestar a primeras horas de la mañana.*

-Anda a sentarte, tonta!

*Le ordené con una exclamación, ayudandome de mis brazos para liberarme de las mantas enrolladas*

-No me estoy paseando

*Le corregí, a pesar de que si lo había estado haciendo apenas un par de vueltas y antes de que me lo ordenara ya estaba sentada en mi silla esperándola para que desayunáramos juntas*

-Quiero hacer las entregas, me dejaras?
O me harás quedar en la lecheria?

*Cuestione mirando hacia donde estaba, sabia que las entregas serian un problema para mi pero mientras no ordeñara yo seria una inútil también en el local*

*Logré zafarme de las frazadas y me levanté en pijamas y fui junto a Karen.
Me sorprendí de ver el desayuno servido y todo hecho y me sentí tan irresponzable que fulminé a Karen con la mirada.*

-Es suficiente. Te ataré a la silla y no te moverás en el resto del dia.
Que eres estúpida o que.
Dejame revisar tus vendas

*Dije bruscamente, pero al contrario de como eran mis palabras, mis manos descubrieron su herida con suavidad.
Aunque era bastante obvio que no se había quedado quieta a visa de que las vendas estaban manchadas por completo de sangre.*

-Te dije que te quedaras quieta y ves lo que haces. Me haces perder el tiempo.
Obedece de una vez y deja de darme problemas!

*Limpié la herida antes de que pudiera decir nada y volví a vendarla con trapos limpios. Luego lavaría los sucios y los volvería a utilizar.*

-Y deja de decir tonterías también que me pones los nervios de punta.
"
Quiero hacer las entregas"
*me burlé*
Como si realmente pudieras hacerlo con esa pierna... Piensa un poco antes de abrir la boca.

*Además de no hacer caso a las recomendaciónes, se ponía a hacer las cosas como si nada. Me ponía furiosa, porque quien debería hacerlo era yo. Tenía que cuidarla para que se recuperara y ella no dejaba que lo hiciera y me sentía completamente estúpida por no ser capaz de hacer algo tan sencillo*

*A pesar de lo acostumbrada que estaba con lo malos comentarios de Gabrielle, no evite sorprenderme ante lo que decía. Aunque al final di un suspiro dejándola que me revisara y también dejando que se desahogara de su enojo*

-Gracias

*Murmure amablemente cuando termino de vendarme*

-Y lo lamento

*Dije bajito disculpandome por hacerla preocupar demasiado y aun tener que hacer enojar, aunque no era mi intención siempre lograba hacerlo*

-Solo queria ayudarte

*Me sentía tan frustrada por no haber sido yo quien despertara temprano y hacer todas esas cosas, que mis ojos se cuajaron con lágrimas que no dejé caer por puro orgullo.*

-Oye... ya deja de disculparte ¬¬

*Le dije y tomé mi plato y me fui a terminar de comer a la habitación mientras me vestía. No quería llegar tarde al negocio y tampoco queria dejar sola a Karen, asi que sería mejor llevarla conmigo y atarla, como había dicho, a una silla.
Comí a las rápidas y también me vestí de la misma forma así que en poco tiempo estuve lista para salir.*

-Vamos, no me hagas además demorar más de la cuenta.

*Dije dandole una mano para que se apoyara en mi.*

-Pero yo...

*Murmure sintiéndome mal cuando la vi irse a comer a su habitación, había esperado que desayunáramos juntas pero al parecer si se había molestado demasiado.
No tarde demasiado en comer, pues no era mucho y estando sola no tenia que esperar a nadie ni que me esperaran para terminar mi comida. Así que cuando la vi salir y apurarme ya había terminado*

-Ya voy

*Murmure tomando su mano para levantarme y tomar las muletas para empezar a avanzar a la salida*

*Salimos afuera y luego de cerrar la puerta fui a buscar la carreta y los caballos para alistarlos para salir.*

-Debo cambiarles las herraduras. Están bien gastadas.

*Noté, ayudando a Karen a subir.*

-Te quedarás en la sala de atención, pero no quiero que andes yendo y viniendo todo el rato, vale?
Te dejaré todo lo más a mano posible para que no te levantes.

*Seguí a Gabrielle y le mire mientras preparaba todo, hasta que finalmente me ayudo a subir a la carreta*

-Esta bien

*Acepte sin queja, no queria que llegara a molestarse mas porque le contradecía*

-Haré mi mejor esfuerzo

*Le asegure mirandola subir a mi lado y finalmente ponernos en marcha*

*Después de cerrar la puerta de en frente con los seguros, y las ventanas, preparé mi cena y comí sola mientras esperaba que Karen llegara.
Como no llegó, luego apagué las velas y dejé la puerta de atrás sin el seguro por si se le ocurría llegar. Ya vería ella lo que hacía, y me fui a dormir.
Estaba terriblemente cansada y no iba a estar perdiendome mi valioso tiempo de descanso porque a ella se le ocurría pasar a otros lados antes de venirse a la casa. Claro... como ella no hacía nada ni siquiera sentía la mitad del cansancio que yo todos los días.*

*Las horas esperando pasaban más lentas y no luces de Gabrielle para al menos saber si habia llegado, estaba claro que no le importaba ya , así que no había nada que hacer, la noche siguió su camino y termine dormitando en algún momento hasta que el frío empezó a calar por la madrugada y me las vi difil para arroparme lo mejor posible con lo que traía, entre tiritando de frío y el cansancio me volví a quedar dormida algún tiempo y volvi  a despertar asustada, no había nadie esa noche por los rumbos pues con los barcos en el muelle los ladrones tenían otros objetivos*

*Quise dejar una vela encendida al menos en la habitación, pero luego desistí al recordar las tantas veces que vi quemarse casas enteras con sus habitantes dentro por dejar velas encendidas de noche, asi que después de apagarla de un soplo me cubrí hasta la cabeza con la manta, para que cuando Karen entrara, no me despertara. Quería dormir tranquila, y lo logré como nunca ántes.
Creí que iba a sentirme mal por haber dejado a Karen atrás, pero no fue así. Me sentía, incluso, aliviada, pues desahogué mis rabias finalmente después de que resistí todo el dia de hacerlo. Así que dormí de corrido toda la noche, hasta la mañana.*

*Aún no cantaba el fallo cuando finalmente despert  y me Di cuenta que seguía oscuro, no tenía casi esperar afuera, no iba a entrar y por la mañana Gabrielle no me dejaría retrasar para salir a trabajar.
Lo que me había hecho me dio mucho sentimiento y mientras me levantaba empecé a llorar en silencio, al final si se quería deshacer de mi y ahora estaba más que claro. Con ayuda de las muletas me incorporé completamente y empecé a andar de regreso a la lechera no tenía caso esperar aquí si iba a ser lo mismo en cuanto Gabrielle despertará.*

*Hubiera querido quedarme durmiendo durante horas y horas y horas. Lo hubiera hecho si no hubiera sido porque creí escuchar a Karen que me decia "Levántate! A desayunar!"
Me incorporé de una vez para sentarme en la cama y bostecé profundamente.*

-Ya voooooy.... *Contesté aún adormilada.
Estaba oscuro afuera aún. Buena hora para levantarse.
Me calzaba las botas cuando cantó el gallo y bajé para el desayuno, pero no había nadie en la cocina.*

-Karen?

*La llamé. La cocina estaba fría y el fuego apagado. No había agua caliente y ni señas de Karen.
Fruncí el ceño, tomando el peine para desenmarañarme el cabello mientras la buscaba por la casa y miré por la ventana hacia afuera. No había nadie.*

-Esa tonta... podría haber calentado el agua antes de irse.* Seguro quería llegar antes a la lechería para redimirse y demostrarme su compromiso con el negocio.
Esperaba que fuera así, pero que no olvidara desayunar allá.
En tanto yo no me di prisa. Encendí el fuego, puse agua a hervir y me senté a comer trozos de pan del dia anterior, con mantequilla.*